"Rocket Raccoon" (1985): ¿es este Rocket Raccoon?
En 1985, el personaje de Rocket Raccoon fue lo suficientemente popular como para poder tener una miniserie propia, donde lo mostraban en solitario viviendo sus aventuras. Este camino no fue corto, ya que el mapache antropomórfico tuvo su debut nueve años antes. Creado por Bill Mantlo y Keith Giffen para la colección Marvel Preview en su número #007 (verano de 1976), ambos autores se inspiraron en la canción "Rocky Raccoon" de los Beatles.
Mi mayor escollo a solventar con la miniserie escrita por Mantlo e ilustrada por Mike Mignola —muy temprano en su carrera— es que esta versión del personaje —la original— es muy distinta de la versión moderna que se dio a conocer tanto en el relanzamiento de los Guardians of the Galaxy a partir de la saga "Annihilation" o en la película de James Gunn. Leídos los dos primeros números (de cuatro que componen la miniserie original) tuve que detenerme y buscar la historia detrás del personaje, porque se hacían múltiples referencias a extrañas e inverosímiles situaciones que no lograba entender.
Como soy muy empático con los lectores de esta página, aquí va más menos la historia del personaje:
Rocket Raccoon actúa como el “Guardián del Cuadrante Keystone”, un área del espacio exterior sellado del resto del cosmos por el llamado “Muro Galaciano”. Rocket es capitán de la nave estelar Rack 'n' Ruin. Tanto él como su compañero Wal Russ —una morsa parlante— vienen del planeta Halfworld, en el cuadrante Keystone, una colonia abandonada para enfermos mentales donde las mascotas eran genéticamente manipuladas para darles inteligencia a nivel humano y capacidad de desplazarse en dos patas para desenvolverse como custodios de los internos. Rocket era el oficial jefe de seguridad que protegía a la colonia de distintas amenazas.
Este pequeño párrafo es clave para entender la miniserie de Mantlo, ya que Rocket dista mucho de tener la personalidad peleonera que se ve en la película de Gunn; aquí, el personaje es responsable y un líder nato, con suficiente carisma como para tener amigos y hasta novia —una simpática nutria llamada Lylla— además de ejercer como una figura de autoridad dentro del asilo Cucus Nest —una referencia obvia a One Flew Over the Cuckoo's Nest (Atrapado sin Salida) de 1975—.
Halfworld está divido en dos sectores por su ecuador: uno es donde habitan los mencionados enfermos mentales, mientras que el otro es un complejo industrial donde se fabrican juguetes para entretener a estos enfermos. La miniserie parte cuando la rivalidad entre los dos más grandes fabricantes de juguetes del planeta termina por hacer presión en los pobres lunáticos que están al cuidado de Rocket Raccoon. Judson Jakes —un topo que fabrica payasos asesinos— y Lord Dyvyne —un reptil que sesea constantemente— roban la Biblia de los Lunáticos y raptan a Lylla usando un comando de conejos mercenarios, y será obviamente Rocket el encargado de detenerlos y restaurar la paz en Halfworld.
Una vez que se tiene bien claro el contexto en el cual se mueven Bill Mantlo y Rocket Raccoon se puede disfrutar a cabalidad de esta historia. Si bien no es tan buena como se quisiera, Mantlo derrocha momentos muy imaginativos a la hora de construir este extraño mundo, sobre todo por el uso de unos extrañísimos personajes secundarios —casi todos animales antropomórficos— y sus increíbles gadgets y herramientas: bombas bananas, colmillos de morsa que disparan lásers, caparazones de tortugas con ametralladoras y muchas cosas más. El problema de la miniserie es que no aprovecha tanto este interesante set de juguetes y deja una sensación de que se pudo haber sacado algo más de este extraño mundo. Eso sí, los personajes de Mantlo rebosan carisma en pocas líneas, haciendo que la lectura nunca se sienta como algo pesado o aburrido.
Cabe destacar que el dibujo de Mignola calza perfecto en todo este contexto. Si bien no es el estilo que tiene hoy el ilustrador, maneja muy bien las poses y expresiones de estos animales y hay un nivel de detalles mayor a los que nos tiene acostumbrados en la actualidad, donde el entintado de Al Gordon nunca se siente fuera de lugar. Mignola es muy capaz de plasmar todas las ideas locas de Mantlo en un estilo muy diferente al actual, por lo que ya debería ser suficiente atractivo para chequear la miniserie.
Lamentablemente, en su tiempo, la miniserie de Rocket Raccoon no tuvo el éxito esperado por lo que el personaje se perdió en el limbo editorial hasta que el mismo Keith Giffen lo rescatara en la primera década del 2000.
De todas formas, no deja de ser una miniserie entretenida si se tiene el conocimiento adecuado del personaje, y que termina de ser refrescante al ver lo cambiado que está Rocket Raccoon desde su concepción original.