"Saban's Power Rangers" (2017): nostalgia como motor y obstáculo [SIN SPOILERS]
Parte elemental de ser reseñadores, además de sobre-analizar las cosas que vemos y leemos, es pensar, condicionar e imaginar cómo podrían haber sido tocados ciertos elementos y ángulos en los productos que estamos consumiendo para su revisión. Esta semana, fuimos a la Avant Premiere de la película de los Power Rangers (2017), y hay que decirlo, fue una película altamente anticipada porque prometía ser una gran reimaginación de la franquicia, al punto de cambiar trasfondos de personajes, diseños y, en general, parte de la historia misma. ¿Cumple esta película con cambiar el envase pero entregarnos ese legado que recibimos cuando niños, sobre hacer la diferencia y defender con justicia ante el mal? Te contamos a continuación.
Para los desentendidos o son como Sheldon (el pollito que nunca ha salido de su caparazón en La Granja de Orson), los Power Rangers son una gran franquicia de series y juguetes basados en las aventuras de cinco —o seis— jóvenes a los que se les otorgan poderes y trajes para luchar contra el mal. Y cuando el mal tomaba esteroides o se agigantaba por culpa de un báculo, una semilla o cualquier elemento mágico a convenir, los jóvenes Rangers podían convocar robots gigantes llamados Zords para combatir el mal. Partiendo primero con la serie original, Mighty Morphin' Power Rangers, creada por Haim Saban y Shuki Levy, han tenido decenas de generaciones a través de los años, generando una mitología rica y una historia digna de sentarse a ver. La serie está basada en la serie japonesa de los Super Sentai, que es lo mismo pero japonés. Sé que más de alguno me asesinará por esa línea, pero es en resumidas cuentas para que se entienda. Perdónenme una. El primer episodio fue emitido el 28 de agosto de 1993 y fue un absoluto hit en la cultura popular y en los jóvenes de los noventa.
Es necesario que expliquemos primero que fuimos en la parada de un fan acérrimo de la serie original, pero íbamos preparados y con las expectativas bajas, porque claro, a más baja altura, la caída duele menos. De hecho, salimos con la sensación de que habíamos visto una buena película , pero si consideramos que teníamos la expectativa de ver algo del nivel de Dragon Ball Evolution, no había mucho que superar. Aún así, hay elementos para destacar y otros para criticar.
La historia
Alterando muy poco del lore y la mitología inicial de la serie, la película empieza con una buena base —y breve— de por qué se está generando el conflicto que deberán resolver estos jóvenes marginados, al más puro estilo de The Breakfast Club. De hecho, es la misma premisa: se conocen en detención, un sábado por la mañana. Después de unos cuantos giros y desencuentros, los cinco jóvenes se encuentran con Alpha y Zordon, y se involucran en la batalla contra Rita Repulsa y su búsqueda por el cristal Zeo.
Tomando esto en cuenta, es necesario destacar los esfuerzos para alterar la historia de los personajes con el fin de crear un equipo más inclusivo y menos racista como lo era el original. Negro era afroamericano, Amarillo era la china y así.
Los personajes
Uno de los puntos más fuertes de la película es sin duda el equipo de jóvenes que se transforma en los Power Rangers, como casting y creación de personajes. El corazón del equipo y el que se lleva la película completamente es Billy, interpretado por RJ Cyler, un joven afroamericano con rasgos de autismo que no entiende el sarcasmo pero que entrega un realismo al equipo y a la película, junto con las otras características del grupo. Es relevante destacar que siempre se suele elegir al personaje con autismo para ser un comic relief, como pasó con Drax en Guardians of the Galaxy. Muy bien logrado, paralelizando al Billy original de la serie, este también es un prodigio cientifico. Y en general, cada uno de los integrantes de este nuevo equipo de Power Rangers entrega cosas que la serie original no, e innova bastante en ese sentido. Es cosa de pensar que pasan la mitad de la película en castigo, toman alcohol y bueno... hacen lo que un adolescente hace en el siglo 21. Trini es una persona que busca encontrarse a sí misma y su identidad personal; Zack vive un delicado tema familiar; Kimberly sufre por los cambios y transformaciones de su personalidad; y Jason tiene que vivir con el recordatorio constante de su error y se mete en problemas como una forma de escape y desquite de lo que le sucedió.
En este sentido, Jason es el personaje más pobre en cuanto a historia y motivación en la trama, ya que toda su concepción gira en torno a su error y las consecuencias de sus actos. Ese conflicto interno se pierde fácilmente una vez llegado el poder de los rangers, quedando un personaje blanco para interpretar. De hecho, su relación de amistad con Billy es lo que lo salva en la película. Billy se echa a Jason encima y logra elevarlo a un personaje en el que podemos reflejarnos.
Junto a Billy, los otros dos mejores papeles de la cinta son para Becky G. (Trini, Yellow Ranger) y Elizabeth Banks (Rita Repulsa), ambas muy fuertes y con claras definiciones de lo que son sus personajes; sí, con alguna que otra escena extraña e infantil por el tono de la película, pero también son las que comparten uno de los mejores momentos de la cinta en un enfrentamiento personal. Zack y Kimberly tienen una profundidad que la serie original no se permitía, sin ningún rasgo de perfección en ellos, mostrando en los personajes un lado más, pero que no logran deslumbrar en las escenas de grupo o de acción.
Y, lamentablemente, Bryan Cranston (Malcom in the Middle, Breaking Bad) se pierde como Zordon. En la forma que fue presentado y el personaje interpretado, le falta para ser ese símbolo de liderazgo, paz y esperanza que emanaba del Zordon original. Pero, dado el cambio de formato, sí presenta características llamativas, como conflictos internos que repercutirán en el equipo.
La dirección
El director Dean Israelite logra un producto interesante cuando decide tomar riesgos y agregar elementos nuevos a la historia, además de contar con actuaciones bastante decentes por parte de algunos miembros del elenco. Sin embargo, la película no está exenta de problemas, y si nos sacamos los lentes de la nostalgia, hay varias escenas que terminan arrastrando la cinta y le impiden ser mejor de lo que resultó.
Al igual que en su película anterior, Project Almanac (2014), el trabajo de cámara de Israelite tiene su firma por todas partes, una desastrosa firma de alguien que no teme experimentar cosas nuevas pero que parece no notar cuando estas no funcionan, y así nos regala las primeras escenas con extraños movimientos de cámara que, si la intención era narrar algo en particular, se quedan cortos y sólo terminan como un añadido estético que no aporta a la cinta. Hay una escena al comienzo en donde la cámara gira en 360° a velocidad fija dentro de un auto para mostrarnos una persecución. Comprenderán que desconcentra demasiado ver todo girar en una persecución de autos.
De todas maneras, las escenas de acción y la decisión de los tiempos en la escalada de poder de los Power Rangers mismos parecen salvarse de esta experimentación y nos permite disfrutar planos más abiertos donde podamos disfrutar de los golpes y patadas. Bueno, casi, aún no entendemos por qué el primer enfrentamiento divertido sucede en el agua. Gracias, Israelite.
Con esto expuesto, es imperante aclarar que sí hubo una preparación relevante al casting. A los jóvenes sí se les podía creer que sabían pelear, las coreografías están muy bien armadas, con y sin trajes de poder. Y a un nivel más técnico, la animación por computadora está muy bien puesta en la cinta. Los efectos especiales, post-producción y CGI de la última media hora de película están muy bien logrados y explotan en pantalla, entregando escenas de pelea de calidad, bien ambientadas, tanto en equipo como posteriormente con los Zords.
La nostalgia
Si hay algo que coincidimos cuando salimos de la película es que tiene un manejo de elementos nostálgicos evidente. Israelite y John Gatins (guionista) salieron al paso tratando de tomar una franquicia y elevarla a estándares actuales, tanto en historia como argumento, creación de personajes y dirección, tratando de entregar un consolidado más actualizado y contemporáneo a la serie original.
Ahora, el problema principal con la cinta es cómo usan esos elementos nostálgicos para causar la impresión del público. Sí, nos gustan los Power Rangers, pero esta es una historia nueva con muchos ingredientes nuevos que sí funcionan, una nueva historia para Rita Repulsa y más profundidad en los protagonistas que les permite tener personalidad; sin embargo, en medio de esta historia que puede llegar a ser interesante, el equipo tras la cinta decide incorporar elementos que nos recuerdan a la saga clásica, y el problema es que estas incorporaciones caen de la nada y se nota —lamentablemente— que fueron incluidas a la fuerza, al igual que los chistes que de un momento u otro empiezan a contar los protagonistas, aunque hayan sido los más depresivos durante toda la cinta. Entonces, como resultado tenemos una película que muestra a adolescentes que deben superar sus problemas, pero no tanto; que tiene humor, pero no tanto; que tiene acción, pero no tanta; y que apela a la nostalgia, pero no tanto.
Se siente como si la cinta tuviera miedo de ser una película de Power Rangers. Tiene muchos elementos nuevos para mostrar, pero le asusta arriesgarse y busca ese anclaje nostálgico gratuito para que te acepten los cambios, y eso se nota.
Conclusión
La franquicia siempre ha sido unida por la hermandad y el compañerismo. De hecho, tienen un dicho muy famoso que dice: "una vez un ranger, siempre un ranger".
La razón por la que mencionamos esto es porque, sin importar los problemas que tenga, las incoherencias o las dudas que genera en dirección, la película mantiene una médula identificable a la serie original, la de los noventas. Busca llegar a los jóvenes de la misma manera que la serie en su momento. Tiene acción, es dinámica, entretenida, a ratos graciosa y más importante, una llamativa puerta de entrada a las nuevas generaciones, los niños, que todavía no conocen a los Rangers. Mantiene la esencia de lo que es ser un Power Ranger y privilegiar el bien del equipo y la lucha por la justicia por sobre el personal. Se siente como un nuevo miembro de la familia Ranger, con todos sus problemas. En ese sentido, aún cuando se le pueden encontrar un montón de fallas técnicas, de guion y a ratos de coherencia, la serie original también tenía esos problemas, y a veces eran peores, pero se mantenía en la línea de divertir y entretenerte un rato, aún con fan service gratuito y por goteo, como lo hace la película. Y en eso, cumple.
En fin, que mala es la última power rangers.
PD: Hay escena post-créditos, ¡quédense a esperarla!