"Riverdale" (2017): cometiendo los más viejos pecados, de las formas más nuevas
Muchas opiniones hay con Smallville. Que es la peor basura que podría haber existido. Que fue una buena serie en el inicio. Que pedí 10 años de mi vida siguiéndola esperando a que el idiota de Tom Welling le dejara de tener miedo al traje de Superman, solo para descubrir que se lo puso en los últimos minutos de la serie.
Pero si hay algo que podemos concluir, es que Smallville, a pesar de que estiró su chicle innecesariamente más que Bendis con los Guardians of the Galaxy o que Didio con New 52, es que movió el mundo televisivo. Alguien vió en Smallville la puerta de entrada de las adaptaciones comiqueras al mundo de la televisión. Ese alguien, es Greg Berlanti, productor, escritor y director. Berlanti estuvo directamente involucrado en 2 de las teleseries series gringas más relevantes de los '90, Dawson's Creek, Everwood y que tocó el mundo comiquero trabajando en la película de Green Lantern.
Junto a Andrew Kreisberg, Marc Guggenheim, Berlanti creó, escribió y produjo Arrow. Y la historia ya la conocemos. Arrow cementó el camino a superheróicas live-action; The Flash, Legends of Tomorrow, Supergirl, creando el Arrowverse.
Pero, la sed de Berlanti por las adaptaciones no se quedaría con eso. La semana pasada se confirmó que Black Lightning, otra serie superheróica bajo su producción, obtuvo un piloto en The CW y además hace 2 semanas estrenó Riverdale, drama adolescente basado en los personajes de Archie Comics, que fue escrita por Roberto Aguirre-Sacasa uno de los cabecillas de la editorial. ¿Vale la pena ver la serie? Bueno, ví los primeros 3 episodios para darle el beneficio de la duda y estas son mis conclusiones.
En general, el drama adolescente televisivo está sobreexplotado. Las series son incontables y la formula ultra conocida, pero ¿puede que arrojarle personajes comiqueros carismáticos arregle o cambie algo? Bueno, si funcionó con las series del Arrowverso, permitiendo que fans de los cómics se adentren fácilmente en series adolescentes, Riverdale debería tener el mismo efecto, ¿no? Bueno, si pero no.
Si bien Riverdale busca modernizar los personajes que existen en los cómics de la editorial para prometer algo nuevo dentro del envase de un drama adolescente, y también, bueno... entretener, tiene muchos elementos clásicos trabajando. El pueblo pequeño lejos de la realidad donde sucede todo es casi tan cliché como que todo ocurra en los contornos de una secundaria, que también es parte de la formula ni-tan-secreta al momento de crear un drama televisivo adolescente. Triángulos amorosos, el protagonista principal en constante conflicto interno, no tan solo por la amiga enamoradiza, sino por sus gustos personales. La nueva en la ciudad y los pseudo-villanos adinerados y estereotipados son solo algunas de las claves básicas a la hora de armar este tipo de series, por lo que tampoco se preocupan en esconder que están reinventando el fuego.
Y el guion no es distinto. Las conversaciones, la forma en la que se arma el argumento es típico de serie de esta calaña adolescente. "Oh, nos une una tragedia pero no hablaremos de ella hasta que la trama avance y lo necesite".
Si nos vamos a un sentido más intrínseco, Riverdale es lo que es. Un simple drama adolescente, con todas las características dramáticas clásicas del género, que para variar, toca tema relevantes adolescentes del momento. Lo que cambia es el envase. Y es ahí donde Riverdale cambia las reglas del juego. Porque el drama adolescente simplón, es envasado en un contexto neo-noir con personajes de cómics clásicos que son argumentados de una forma muy especial y distinta que en las páginas de la editorial.
Recordemos que es Archie del que estamos hablando. El personaje lleva 75 años vivo, y se codea en longevidad con grandes de las historietas como Superman, Spider-Man y Batman (entre otros), por lo que era justo que el foco volviera luego de sus últimas reinvenciones y sus pasadas evoluciones dentro de la misma editorial. Sus 75 años de historia tienen un rol que jugar en Riverdale. Entre las relaciones interpersonales, reverencias comiqueriles y contexto argumental, podemos ver el toque "Archie" en grandes partes de la serie. Pero Riverdale tenía que cambiar la carcasa para innovar, por lo que le incluyen al drama, un poco de misterio y elementos policiales, casi detectivescos, algo que de verdad me gustó.
La narración de Jughead es sublime. Jughead es introducido como un novelista en producción que escribe sobre la vida en la ciudad y los sucesos que ocurren en la serie, como una interesante forma de narración. Okey, casi todas estas series tienen algún tipo de narración. Pero Jughead tiene un especial cuidado a la hora de hablar. Entrega de una manera omnisciente detalles que observamos y que apoyan la dirección, la serie y la actuación. También revela y menciona elementos futuros para no comprometer resultados pero si potenciar el guion. Por otro lado, juega un rol en la historia como personaje principal. Es ese juego entre el personaje y su habilidad de narrar los hechos, son los que entretenienen, porque es un narrador que observa, que sabe y que maneja información, pero que a la vez interactúa con el resto de sus personajes. Se sienten como 2 personajes distintos, el Jughead que está en las escenas y que cobra relevancia a medida que pasan los episodios, y el Jughead narrador que se sienta al lado de nosotros y prácticamente disfruta la serie al mismo tiempo.
La serie como tal, tiene referencias y maneja influencias de muchos shows, el más importante Twin Peaks, confesado por el mismo Aguirre-Sacasa, para el misterio y bueno, se le ve al kilómetro de distancia la influencia de Everwood. Veronica Mars se me vino a la mente tanto en el tipo de narración de Jughead como en el misterio neo-noir que desencadena.
Ahora con respecto al reparto, los mejores parados son, definitivamente, Jughead y Veronica. Y por razones diferentes. Jughead, da un vuelco de 180° a su contraparte del cómic, es un personaje retraído, silencioso y roza lo melancólico, mirando desde lejos la acción, casi al lado del público las escenas y se involucra cuando es justo y necesario. De hecho, recién en el 3er episodio tiene el protagonismo que sube de manera exponencial, lo que lo hace un personaje muy interesante y que resalta solo.
Veronica, quien ahora es latina, por la cuota de diversidad casi obligatoria hoy en día, es lo más parecido posible a una Veronica del universo Archie. Es empoderada, relevante, justa y feliz de entablar una amistad con Betty, o quizás algo más. La dejo ahí.
El casting de la serie está muy bien hecho. Betty resalta, considerando los ataques de ansiedad/ira, la carga psicológica que maneja y que la actriz sabe interpretar muy bien. Archie no me va ni me viene, porque francamente, la serie deja en claro el triángulo amoroso en el primer episodio y se dedica a explotar el resto de los personajes y las tramas que se van desenredando. Lo que si me gusta, es que el tipo es un pelmazo. En el sentido que le pasa de todo y está lejos de ser el modelo a seguir que es el Archie de los cómics. De hecho, la dinámica Archie-Jughead es relevante ya que su eterna amistad en los cómics es reemplazada con una extraña enemistad que tuvo por fecha de génesis ese 4 de julio y que los separó por bastante tiempo. Si bien es clave, como personaje principal y como uno de los que guardan secretos en un contexto de misterio, es la relación de Archie con el resto de la ciudad la que gana mi atención.
Los antagonistas de la serie son obviamente, los ricachones estereotipados, como Cheryl Blossom o los jugadores de fútbol americano. Pero Cheryl tiene un peso más importante, ya que es clave para desenredar el misterio central de la serie. ¿Qué sucedió con Jason, su hermano, en el río ese fatídico 4 de julio?
¿Cómo se involucran el resto de los personajes que estuvieron presentes en el río? ¿Cómo es que las revelaciones por goteo de lo que sucedió ese día afectan a estos personajes?
Es ese tipo de enredos, típicos, los que podrían quitarte las ganas de ver Riverdale, pero que a la larga, atornillan el misterio en la trama, junto al resto de los elementos de la serie. Por otro lado, la serie gana adeptos tocando temáticas más actuales y modernas que los cómics. Slut-shaming, o el acto de insultar a la mujer acusándola de promiscua, el empoderamiento femenino, relaciones indebidas y el casi incesto implícito son solo algunas de los puntos que está tocando la serie, las cuales tendrán repercusiones obviamente. Este tipo de temáticas son cosas que deben estar en la palestra actual, ya que este tipo de series tiene entrada gratuita a las salas de estar o living room de las casas, permitiendo generar conversaciones de estos temas.
En conclusión. Si te gustan las series dramáticas adolescentes, Riverdale es para ti. Si te gustan las series oscuras con su toque de misterio, le entraría con discreción, ya que los rollos amorosos podrían molestar, aunque la hermandad de Betty y Verónica fue casi inmediata, y el crimen del 4 de julio tiene una alta relevancia en el argumento central.
No me malentiendan. No digo que sea perfecta. De hecho, es lo que es. Un drama adolescente, que en genética no entrega nada nuevo a la mesa, pero que adorna la trama con una estética oscura, interesante y que supo modificar lo justo y necesario al canon de personajes de Archie para enmascarar su estructura clásica, mostrando un producto que atrae y que entretiene, pero que no se estresa en innovar más.
Por lo mismo, Riverdale es una serie que recomendaría, muy por el contrario de la primera impresión que tuve con los avances que veía. Es el cambio moderno, el aire nuevo contemporáneo a elementos clásicos y personajes de antaño de los cómics, lo que hace a la serie atractiva.
¡Ah! y Veronica ❤️
Riverdale captó mi curiosidad, Verónica obtuvo mi atención.