"Animal Man" (1992) de Jamie Delano y Steve Pugh: sexo, amor, terror y ecología
Animal Man debe ser de esos personajes de segunda fila que toda la gente quiere. Creado por Dave Wood y Carmine Infantino para Strange Adventures #180 (septiembre de 1965), su línea siempre estuvo delimitada por apariciones esporádicas como invitado especial. Pero no sería hasta que la propia DC Comics le diera su serie propia —alentados por la "Invasión Británica" de los ochenta— y que lo escribiera Grant Morrison durante los primeros 26 números de su colección, que el personaje ganaría esa fama.
Lamentablemente, su vida editorial no ha sido tan regular como uno quisiera. Después de la etapa del escocés, el encargado de seguir con la colección sería Peter Milligan, quien tendría un gran reto que no pudo sobrepasar. Con todo el tratamiento existencialista de Morrison, Milligan tenía poco material con el que trabajar, por lo cual decidió sumir a Animal Man en un coma psicodélico tras el cual despertaría encontrándose divorciado de su mujer y sumido en una cruenta lucha contra el gobierno. Esto no terminaría de enganchar con la crítica, al público ni con los editores de DC, los cuales terminarían la etapa de Milligan en el número #032 de la colección.
Aquí es donde entra Tom Veitch —hermano de Rick Veitch, colaborador habitual de Alan Moore en Swamp Thing— quien optaría por terminar de separar a Animal Man del universo superheroico de DC. También desecharía el origen extraterrestre de los poderes del personaje, asignándole un carácter de tótem representando a todo el reino animal. Además, el personaje sería uno de varios que podrían controlar animales, siendo Maxine, la hija más pequeña de Animal Man, la sorpresa detrás de las intenciones de Veitch. Esta etapa dura hasta el número #050 de la colección U.S.A.
Aquí es donde entra Jamie Delano y Steve Pugh, específicamente en el número #051.
Derechos animales
Delano pisa fuerte, dejando su impronta de forma efectiva de manera rápida. Para ahorrarse cualquier intervención de la continuidad anterior, el escritor inglés mata a Buddy Baker, dándose carta blanca para trabajar en los temas que estime conveniente.
El principal cambio que hizo Delano en la colección fue el carácter y el tono de la misma. Alejándose del existencialismo, Animal Man se convertiría en una colección de terror, con tintes extremistas en los temas tocados por la historia. Así, el personaje se convertiría en un real representante de los derechos animales, un ecoterrorista y en el Jesucristo de una religión animalista.
Todos estos cambios se suceden de manera gradual, afectando a los personajes a medida que estos se suceden, dejando una evolución muy marcada en los mismos.
Además, Delano potenciaría en mayor medida lo planteado por Veitch, dejando claro que Animal Man es el elemental del Rojo, la energía vital que rige sobre todos los animales, planteando que la raza humana como tal se ha alejado tanto de éstos que han perdido su conexión con el Rojo o la Red Vital.
Aquí es donde viene uno de los cambios más radicales del personaje, dejando de ser humano y adoptando formas animales quiméricas y poniendo en jaque la relación con su familia, concretamente su esposa, que no termina de entender los cambios extremos de su esposo.
Los hijos de Buddy representan de manera sutil la conexión del personaje con la humanidad, mal que mal son productos de su humanidad y de su amor, concepto que en el reino de los animales no está atado al sexo —como descubrirá su esposa en algún momento— siendo Cliff, su hijo mayor, el más alejado de su padre y Maxine, la pequeña, la más cercana entre él y el Rojo.
El sexo es representado y separado del amor, siendo quizás la mayor diferenciación que hace Delano entre el ser humano y los animales. Buddy tendrá sexo con Lucy, otro personaje que tiene un leve contacto con la Red Vital, pero no sentirá amor por ella, dejando claro que es a Ellen, su esposa desde la primaria, a la que siempre ha querido, pero que existen varias formas de amor.
Como decía anteriormente, el Animal Man de Jamie Delano y Steve Pugh es un extremista, un personaje que lleva sus convicciones hasta las últimas consecuencias, como deja claro el número final de la serie.
A modo de resumen, Maxine y Buddy —ya convertido en el Elemental del Rojo— deciden que el mayor cambio que pueden lograr para beneficiar los derechos de los animales es una religión animalista que enseñe la importancia de que el ser humano y los animales tienen que vivir en equilibrio, convirtiéndose en todo un éxito gracias al sacrificio de Animal Man en un evento que mezcla la orgía animalesca y la muerte.
En el apartado gráfico, Steve Pugh parece ser la elección idónea para el guion de Delano. Siendo una historia más oscura y madura, Pugh maneja una puesta en escena mucho más cercana al día a día, destacando la representación de sus personajes como cotidianos y realistas. Así, las mujeres son más cercanas a la realidad y los hombres están lejos de los físicos esculpidos de otras colecciones. Pugh funciona muy bien, sobre todo por sus expresiones faciales y su variado uso de las distintas anatomías que tienen los personajes en la historia.
Además, Pugh es muy inventivo a la hora de representar animales y muy cuidadoso en los diseños de los distintos elementales en los que se transforma nuestro personaje principal, dando horrores muy bellos.
Los colores de Tatjana Wood son limitados por la época, pero encajan en el realismo planteado por el guion de Delano, dejando de lado cualquier color eléctrico y usando tonos pasteles que encontraríamos en el día a día.
Si bien no posee tanta fama como los números que llevó Grant Morrison, al Animal Man de Jamie Delano es un ejemplo de que siempre puedes explotar aún más a un personaje, y que las buenas historias solo están limitadas a la inventiva de los creadores. Personalmente la recomiendo porque el tratamiento de los temas es tan maduro como inquietante, dejando ideas interesantes en el papel. Muy interesantes.