"Lo Mejor del Día" (2016) de Raúl Ruiz y Abel Elizondo: rompiendo los límites de la imaginación y la novela
Aviso de Spoilers: La reseña que sigue a continuación trata los sucesos más recientes de la serie revisada, por lo que puede desvelar detalles argumentales importantes para quienes no estén al día. |
Generalmente, a la hora de escribir una reseña, uno logra plantearse una lista de prioridades sobre las cuáles hablar, sobre las cuales opinar a favor o en contra. Sin embargo, y muy para mi (dis)gusto, hablar de Lo Mejor del Día es mucho más desafiante de lo que pude presuponer ¿Por qué? Te invito a descubrirlo.
LO MEJOR DEL DÍA
Editorial: Visceral Ediciones
Publicación: 09/09/2016
Guion: Raúl Ruiz
Arte: Abel Elizondo
¿Qué es lo primero que piensan si nombro literatura y dibujo? Probablemente recuerden esos viejos y ya casi obsoletos libros de cuentos ilustrados de su infancia, o si son más eruditos en el mundo del libro ilustrado, pensarán en el libro álbum. Por supuesto, muchos pensarán en la novela gráfica y ya de lleno en el cómic. ¿Me creerían si les digo que me es imposible clasificar Lo mejor del día en una de estas categorías? Por el nivel narrativo, sería lo más parecido a una novela gráfica, sin embargo, el aspecto gráfico es tan relevante como el escrito (tanto en dimensiones concretas como en el efecto narrativo). Vamos desglosando la idea.
Raúl Ruiz, reconocido cineasta chileno, es el encargado del guión, los diálogos, la narración. El libro condensa dos historias principales “Sinfonía de la luz” en la que acompañamos a un niño, Pedro, en su viaje junto a Beethoven (sí, el mismo en alma y espíritu) y “Lo mejor del día”, un cuento en forma de caja de pandora, un relato principal que contiene muchos otros más, yendo desde lo más general a lo más singular y viceversa; además, junto a estos dos relatos principales, se encuentra otro mini relato, adaptado al estilo de un relato epistolar, titulado “Diga en pocas líneas, ¿qué significa una madre para usted?”. Estos tres relatos, cada uno con su encanto, conforman el libro completo.
¿Qué puedo decir sobre ellos? Son maravillosos, el surrealismo se encuentra plenamente representado, y no de manera sutil, sino en un primer plano que va desde el relato fantástico hasta lo onírico, mezclando diálogos y narraciones creíbles para, de manera suave, llevarnos a través de un viaje en el que fantasmas e ironías están a la orden del día. Si debo destacar algo que realmente me gustó, y caracteriza en cierta medida el estilo de Ruiz, es el trato crítico e satírico con el que se incluyen diálogos en los que se habla de dictadura, gobiernos de derecha, nazismo, e incluso filosofía. Ruiz pasa por una serie de temas de carácter erudito, tratándolos con acides y ligereza, poniéndolos en la boca de un niño, y mezclándolos con un relato que algunas veces parece distante de ellos. Pero como buen cineasta, algunas cosas pueden ser expresadas en palabras, mientras muchísimas otras deben ser expresadas en un plano gráfico. Es ahí donde entra la magnánima mano de Abel Elizondo.
El trabajo ilustrativo de Elizondo es simplemente hermoso, contundente y variado, adaptándose sin problema al preciso relato de Ruiz. Las notas más altas del libro son sin duda la complementaridad que hay entre dibujo y palabras. La técnica de Elizondo es perfecta, sin dejar de ser fluida, sinceramente, me parece que el trabajo realizado en la adaptación del relato fue la acertada, sin llegar a abusar de ninguno de los dos medios. Las acuarelas resultan cautivantes en la medida que Elizondo las utiliza desde un trazo muy escueto, hasta ondas muy subjetivas, jugando a la vez con el surrealismo de Ruiz y con aquellos silencios que aportan a la narrativa.
Ahora bien, esto no sería una reseña si no encontrara algo que puede ser representar un obstáculo para algunos lectores. Creo, que tal como la fusión de la ilustración y narración escrita puede resultar cautivante en la medida que no está enmarcada dentro de un género único, puede resultar igualmente confusa y hasta cansadora para lectores que no estén familiarizados. Esto, porque en muchas páginas encontramos de manera un poco “revuelta”, párrafos escritos, viñetas, bocadillos, guiones, todo mezclado, lo que puede confundir fácilmente. Como lo mencioné anteriormente, creo que esto le da un encanto a único al relato y al libro en general, pues plasma el espíritu de Ruiz, la desconexión, los saltos temporales, y a la vez, la ilustración nos da la mano como lectores para llevarnos a través de los planos que las palabras no pueden tocar.
Sin lugar a dudas, Lo Mejor del Día es una entrega que fascina, satisface y sorprende gratamente, sobre todo si eres amante de la literatura, la ilustración o la narración gráfica. Es un libro que no se enmarca dentro de los límites del género, sino que se desafía a sí mismo y juega con los medios y a través de ellos. La ilustración es magnífica, y en aspectos materiales, la presentación, calidad del empastado, de las hojas e impresión en general hace que valga cada peso. Y en términos intelectuales, les aseguro que no los dejará indiferentes, más de uno quedará pensativo.