"El Ánima del Puerto: Infección" (2015): la venganza es la peor enfermedad
Chile es un país lleno de misterios. Cosas inexplicables han pasado, pasan y pasaran a lo largo de su territorio asombrando a su gente y muchas veces causándole un poco de temor. Uno de esos tantos sucesos tiene relación con el barco “Nuestra Señora del Buen Consejo y San Leopoldo” mejor conocido en la época como "El Oriflama”.
Hace casi un año reseñé el primer tomo de El Ánima del Puerto para estas mismas fechas, por lo que me pareció adecuado hacerlo de nuevo este año y reseñar la siguiente aventura impresa del espectro protector de Valparaíso, la cual lleva como título “Infección”.
Un poco de historia
El Oriflama fue un galeón español que zarpó del puerto de Cádiz en 1770 con rumbo a América del Sur. Destino al que finalmente arribo el 23 de junio de ese año, cuando fue avistado en las proximidades de Valparaíso en extrañas circunstancias.
Se cuenta que al abordar la nave el espectáculo era dantesco, tripulantes y viajeros estaban esparcidos por todos lados, la mayoría muertos y unos pocos que aún agonizaban. Hasta ahí algo relativamente normal para la época, pero lo increíble sucedió cuando en medio de una feroz tormenta las velas fueron izadas y se encendieron todas las luces del Oriflama. El devastado barco se irguió sobre las olas y desapareció en el horizonte ante la mirada asombrada de quienes creían que se iría a pique. Lo comenzaron a llamar “El barco de los muertos y agonizantes” y es una historia que se cuenta en los puertos del Pacífico Sur.
Desde entonces muchas interrogantes se han resuelto y otras siguen buscando una respuesta, el comic que nos reúne hoy toma la historia de este barco y construye a partir de ella su propia trama ambientada en el puerto de Valparaíso.
EL ANIMA DEL PUERTO: INFECCIÓN
Editorial: Mitomano Comics - Austrobórea Editores
Publicación: Mayo 2015
Guion: Michael Rivera Marín
Arte: Ximena Rodríguez
Rotulado: Sergio Alejandro Amira
Portada: Luis Naranjo Rojas
Reseña: Kishin
El arribo de un fantasmal barco llamado El Oriflama al puerto de Valparaíso trae consigo una contagiosa y rara enfermedad que se propaga rápidamente por toda la ciudad, haciendo que el miedo lentamente comience a invadir los corazones de los habitantes del puerto al ver que no hay forma de detenerla y mucho menos de hallar una cura.
Es aquí cuando Ánima, el espíritu errante que protege los cerros de Valparaíso y a su gente, decide intervenir e investigar para llegar a la raíz del problema, descubriendo que hay fuerzas dispuestas a todo e incluso sacrificar a miles de vidas inocentes con tal de lograr sus propósitos.
Comic autoconclusivo que en tan solo 28 páginas es capaz de contar una buena y entretenida historia de principio a fin, con una trama en apariencia simple pero que a medida que avanza logra un par de vuelcos interesantes que si bien no son grandes revelaciones si son inesperados y rompen un poco con la monotonía del clásico esquema héroe vs villano que comúnmente suele darse en cientos de historias.
A pesar que la motivación del antagonista, El Almirante, cae un poco en el cliché del típico villano vengativo, es completamente entendible e incluso uno puede llegar a empatizar con él a través de su historia y acciones, dándonos cuenta que a pesar de las horribles cosas que ha hecho no es muy diferente al protagonista ya que además de tener varias cosas en común son movidos por el mismo sentimiento y anhelo.
Otro factor importante es el miedo, el cual está presente en mayor o menor medida y en diferentes formas a lo largo de todo el cómic: Miedo a la desconocida enfermedad y a la eventual muerte que puede venir de esta o el miedo al verse imposibilitado de ayudar a los seres queridos y ver como estos son alejados por dar algunos ejemplos. Dándole a la historia un pequeño toque de terror que se ve acrecentado y complementado por la parte gráfica.
Partiendo por la portada, que dicho sea de paso ganó como “Mejor Portada de Cómic Chileno publicado el 2015” en los últimos premios FIC, que ilustra notablemente el protagonista y juega con una gran variedad de detalles propios de el en un fondo oscuro que no solo sirve como contraste, sino que también ayuda a crear la atmósfera propicia para lo que vendrá más adelante.
Las ilustraciones interiores son de primer nivel, con un diseño de personajes muy ad hoc para la temática y dibujos ricos en detalles que logran transmitir acertadamente lo que pasa con los personajes y lo que sienten a través de las expresiones de sus rostros, algo que es posible apreciar en cada página o viñeta con un primer plano. Sin duda el hecho que sea en blanco y negro le favorece bastante ya que realza ciertos aspectos de la historia dándole un toque sombrío y terrorífico.
Si hay algo de lo que probablemente pueda quejarme de Anima/Infección, serían ciertos detalles que no me convencieron del todo y siento que pudieron haber sido abordados de otra forma. Me refiero específicamente a un par de diálogos que exponían ciertas reglas del mundo de los espectros y que hubieran quedado mejor como pie de página o como una pequeña nota aparte al igual que en el tomo anterior. De forma que el ritmo que lleve la historia no fuera cortado abruptamente por una explicación que si bien ayuda a entender un poco más, se siente como algo fuera de lugar y termina entorpeciendo un poco.
Fuera de lo anterior, el cómic me gustó ya que a pesar de los detalles resulta ser una buena y entretenida historia de terror y misterio basada en una conocida leyenda sobre un barco fantasma, que logra transportarnos por mundos ajenos al nuestro y nos muestra que nada es tan malo o tan bueno como puede parecer. Haciéndome pasar un buen rato.