Mesa de Combate S01E02 - "Un pilar que llegue al cielo"
Caminando por el pueblo, escuchas un mensajero real de la ciudad de Kingsbridge entregando un importante mensaje: “El Prior Philip desea construir la catedral más bella de la Tierra y busca a los mejores maestros constructores de Inglaterra para realizar esta tarea.” Tú, como uno de estos constructores, deberás sortear distintos obstáculos para obtener los materiales y favores necesarios para ser el Maestro Constructor que más haya contribuido a esta épica tarea. Encuentra a los artesanos que le saquen el mayor provecho a tus materiales, pero cuidado, ya que puede que los demás Maestros lo contraten primero. Gana el favor del Rey o presenta tus respetos al Obispo para protegerte de los poderosos eventos que pueden arruinar tus planes de un momento a otro. Si logras administrar bien tus recursos y adelantarte a las jugadas de tus oponentes pasarás a la historia, como parte de Los Pilares de la Tierra.
Los Pilares de la Tierra es un juego competitivo basado en el mundo descrito en el libro homónimo de Ken Follett. Personificando a un gran Maestro Constructor, buscas acumular puntos de victoria a través de distintas estrategias y al finalizar las 6 rondas de juego, el jugador con más puntos se lleva la victoria. Con ciertas mecánicas similares al juego reseñado en nuestro anterior artículo, Ticket to Ride, aprovechamos de introducir dos denominaciones que sirven para definir los juegos de mesa, Eurogame y Worker Placement. Pero tranquilo, que dentro de poco te lo explicaremos en detalle.
Los Pilares de la Tierra
Año: 2006
Editorial: KOSMOS
Diseño: Michael Rieneck y Stefan Stadler
Número de Jugadores: 2 a 4 jugadores
Tiempo de juego: 90 a 120 minutos
Dependencia del idioma: Moderada
Idioma: Español / Inglés / Francés / Alemán / Italiano
Abriendo la caja
Una bella ilustración de la catedral, a cargo del gran Michael Menzel, adorna la portada de la caja. Dentro podemos encontrar todos los componentes del juego en un práctico organizador plástico insertado en la caja:
● 12 piezas de maestro constructor
● 4 piezas de trabajador grande
● 33 piezas de trabajador pequeño
● 6 piezas de madera para construir la catedral
● 1 bolsa de tela
● 1 tablero de juego
● 1 manual de reglas
Lo primero que destaca a simple vista es el tablero. Sin lugar a dudas, se ve como una ilustración sacada de un libro de historia sobre principios del siglo XII. En cada rincón te está contando una historia sobre la ciudad de Kingsbridge y sus alrededores. Junto con ser donde se desarrolla la partida, el tablero también cumple la función de dirigir el juego, ya que la mayoría del flujo de éste está ordenado secuencialmente, junto con una breve explicación de que ocurre en cada paso. También, si nos fijamos en el borde del tablero, encontraremos una mecánica que nos puede resultar familiar, porque al igual que nuestro primer invitado, este también cuenta con un marcador de puntos de victoria, pero además, en el borde inferior tiene un marcador de oro, el cual utilizaremos para contratar nuevos artesanos y comprar los materiales que nos falten en el mercado. Esta forma de presentar el juego evita que debamos consultar constantemente el manual a la hora de recordar qué paso sigue ahora.
Las figuras que representan los maestros constructores, trabajadores y marcadores, están hechos de madera y pintados de uno de los cuatro colores principales correspondientes a cada jugador: Azul, Verde, Amarillo y Rojo. Además, existen los materiales, y aquí es donde se pone un poco abstracta la cosa. Cada unidad de material está representado por un simple cubo de madera pintado de distinto color: Madera, Arena, Piedra y Metal, por lo que requiere de la imaginación de los jugadores para completar la experiencia.
Las partes de la catedral tienen detalles simples pero bien logrados y con el color natural de la madera, sigue perfectamente la ambientación del juego.
Por último, las cartas, son de un tamaño menor al acostumbrado, teniendo muy poco texto y acompañado de una pequeña ilustración. Esta última está a tono con la estética del juego y puedes sentir que lo que ocurre allí es algo importante para la historia.
Revisando el manual
Como te lo mencionamos en un principio, te explicaremos qué es un eurogame. Este tipo de juegos poseen ciertas características que los diferencian de otros, como por ejemplo:
- Conflicto de manera indirecta. Los jugadores no pelean directamente con sus cartas o figuras, sino que compiten a la par por obtener las mismas metas o recursos de una manera más eficiente.
- Bajo o nulo azar. ¿No odias cuando sacas un 1 en el dado? ¿Igual que en la ronda anterior? ¿Y la anterior a esa? Estos juegos limitan el factor suerte lo más posible, y si este aún existe, siempre te presenta más de una alternativa sobre qué hacer cuando tienes una mala tirada. Además de sentarte en una esquina y llorar, claro.
- Mecánicas simples, pero con muchas opciones. En su mayoría son fáciles de enseñar, ya que sus reglas son simples, con lo cual tus opciones son claras pero variadas, permitiendo distintas estrategias ganadoras en un mismo juego.
- Especial énfasis en el arte. Acá es muy raro encontrar figuras detalladas de distintos personajes de fantasía para que estés horas y horas pintando. En cambio, usan figuras simples y dejan que tu imaginación haga el resto. Pero las ilustraciones del tablero, caja y manuales te cuentan una historia, como si cada una tuviera un real propósito narrativo.
Para completar esta descripción, también mencionamos que este era un worker placement game, lo que en palabras simples se define como un juego donde tienes una cantidad limitada de trabajadores para obtener una cantidad X de recursos, donde por lo general, si un jugador decide recolectar un recurso, este queda agotado o muy limitado para los demás jugadores que llegaron después.
Cada jugador cuenta con 7 trabajadores pequeños y 1 grande, que cuenta como 5 pequeños. Además, tiene 3 maestros constructores, los cuales estarán encargados de recorrer la ciudad en busca de distintas ayudas para la construcción. Por último, cada jugador tiene 3 artesanos, lo cuales convertirán los materiales recolectados en puntos de victoria. Al inicio de cada ronda se roban del mazo 2 nuevos artesanos y 7 cartas de materiales para que los jugadores puedan elegir. Partiendo por el jugador inicial y en sentido horario, cada jugador elige una de estas cartas y debe pagar el coste de ésta, oro para los artesanos y trabajadores para los materiales. Cada material tiene un coste distinto, dependiendo del tipo y del tamaño del recurso, por lo que un bosque grande producirá más madera que un bosque pequeño, pero este último me costará menos trabajadores. Para pagar el oro, simplemente retrocedemos nuestro marcador de madera una cantidad de espacios igual a la cantidad de oro gastado. Para pagar el coste de un recurso, hay que colocar en el mapa —el bosque para la madera, la cantera para la piedra y la gravera para la arena— una cantidad de trabajadores que tengamos disponible igual al coste requerido en la carta. Una vez que todos los jugadores han escogido cartas o han decidido pasar, avanzamos a la siguiente fase.
En esta fase, el jugador inicial toma los 3 maestros constructores de cada jugador y los guarda en la bolsa de tela para después, uno a uno, ir sacando cada maestro para que el jugador dueño de esa pieza decida qué hacer. Acá fácilmente podemos reclamar que el factor suerte puede jugar una mala pasada, ya que los jugadores cuya pieza salió primero tienen una mayor variedad de acciones disponibles en el tablero para elegir y a la vez bloquearán dichas acciones para los demás jugadores. Pero esto se encuentra balanceado gracias a la rueda de costes, la cual se encarga de cobrar más oro a los maestros constructores que van a actuar antes y menos o nada de oro a los que actual al final, por lo que si mi pieza salió primero, puedo elegir entre pagar 7 monedas de oro y hacer la acción que desee, o puedo pasar y colocar en el tablero a mi maestro constructor al final, con menos opciones disponibles, pero sin tener que pagar oro por mi acción. Como acción especial, el jugador inicial una vez por ronda, puede decidir devolver un maestro constructor a la bolsa sin importar a quién le pertenezca y sacar uno nuevo, junto con ganarte el odio del jugador objetivo por arruinar sus planes. Una vez que todos los jugadores han colocado sus maestros en el tablero, se procede a la fase de resolución.
Acá se van resolviendo todas las acciones en el orden indicado en el tablero y los jugadores con maestros en cada una de ellas recibirán los bonos que esa acción entrega. Al iniciar la fase, se descubre la primera carta del mazo de eventos, la cual afecta a todos los jugadores por igual, menos al jugador cuyo maestro constructor se encuentre en la cátedra del obispo. Dentro de las acciones disponibles, podemos:
- Ganar oro extra en la fábrica de lana.
- Robar cartas de ventaja en la ciudad.
- Obtener puntos extra de victoria en el priorato.
- Recolectar materiales en los bosques, canteras y playas.
- Evitar pagar impuestos visitando al rey.
- Contratar mejores artesanos.
- Conseguir más trabajadores.
- Comprar y vender materiales en el mercado.
- Convertirse en el nuevo jugador inicial.
Al finalizar la ronda, los jugadores colocan una pieza de la catedral en el centro del tablero y se preparan para iniciar la siguiente ronda. Luego de colocar la sexta pieza, se comparan los puntos de victoria, y el jugador con más puntos es el ganador.
¿Por qué debes jugarlo?
Porque además de tener un arte cautivante, Los Pilares de la Tierra es como un buen libro —pun intended—, siempre tendrás ganas de leerlo una vez más y en cada juego puedes encontrar una nueva experiencia. El diseño simple y a la vez muy elegante de las mecánicas te permiten jugar con cualquier persona, con o sin experiencia, y no se vuelve una actividad pesada de realizar, pero a la vez tiene un nivel de profundidad lo suficientemente elaborado como para desarrollar estrategias a corto plazo. Además, el balance entre las acciones que deseas realizar y tu oro disponible, te obliga a constantemente ver tus prioridades y casi apostar con tus acciones y el orden de ellas. Inicialmente, puede que tome un tiempo llevarle el ritmo al juego, ya que puede ser abrumadora la cantidad de cosas que están pasando en el tablero y de las que hay que estar atento, pero luego de unas rondas de práctica se hace más ágil, porque las cartas y acciones tienen un texto simple que ayuda a acortar las lagunas mentales que algunos llegamos a experimentar. Por último, podemos destacar que es un juego muy balanceado y que la experiencia y estrategia hacen la diferencia sin depender de la suerte. Si lo tuyo es la estrategia, el manejo de recursos y en general, el estilo de los eurogames, este es un muy buen comienzo, con un precio muy accesible y además fácil de encontrar. Me puedo ver un viernes en la noche con un buen vino y amigos jugando Los Pilares de la Tierra. ¿Ustedes no?