MR - "Justice League" #050: Geoff Johns vs Justice League
Aviso de Spoilers: La reseña que sigue a continuación trata los sucesos más recientes de la serie revisada, por lo que puede desvelar detalles argumentales importantes para quienes no estén al día. |
La Justice League. Cada vez que escuchamos estas palabras, se nos vienen un montón de recuerdos asociados a la grandeza, al poderío y la épica. Seguramente muchos recordarán la excelente adaptación animada que hace una década —y más—, se proclamaba como la culminación de proyectos animados, como la excelsa Batman: The Animated Series o Superman: The Animated Series, que en esta última ya venía presentando aquellos personajes que poblaban los cómics de DC Comics.
Mi primera toma de contacto fue con esta serie y fue amor a primera vista. Historias épicas, con excelentes personajes, en que cada uno tenía más protagonismo y que pese a que en ocasiones no estuvieran al completo, sabíamos que estaban en alguna misión particular, o quizás estaban esperando el momento idóneo para aparecer, pero la sensación de unidad estaba fuertemente presente. Y es que algo que enamoraba de esta serie, no solo eran las historias más grandes que la vida misma, sino las excelentes caracterizaciones de los personajes, en el que pasados unos capítulos, ya sabíamos su origen e importancia en el grupo, pese a que desconociéramos varios detalles de ellos, pero que daba la sensación de que los conocíamos, como si fueran nuestros amigos o familiares. No eran necesarias explicaciones y orígenes secretos, ni nada.
Bueno, pero este no es un artículo para echarle flores a la adaptación animada del universo de Bruce Timm, sino para hablar de una de las tantas encarnaciones en el medio que vio nacer a este supergrupo: los cómics. Sabemos que especialmente en los cómics de DC, la Liga ha presentado bastantes cambios, tanto en las formaciones como en el tono, pasando de una formación hecha plenamente de secundarios, pero con corazón, en la mítica Justice League International de manos de Keith Giffen y J.M. DeMatteis, a una formación clásica con historias llenas de épica, como lo fue la etapa de Grant Morrison, o una olvidada etapa en que primaban las relaciones personales de los personajes como fue la de Joe Kelly, etc. El punto es que cada etapa de este mítico grupo viene a aportar sus cosillas.
Y es que esta formación The New 52 no la tuvo para nada fácil.
JUSTICE LEAGUE #050
Editorial: DC Comics
Publicación: 25/05/2016
Guion: Geoff Johns
Arte: Jason Fabok
Reseña: Chris
La formación era lo esperable. Batman, Superman, Wonder Woman, Aquaman, Flash…y Cyborg. Mucha gente gritó por el corazón de la Liga: Martian Manhunter. No estaba por ningún lado. Semanas más tarde, nos dimos cuenta que andaba en Stormwatch, totalmente fuera de su elemento. Dicho hecho, la nueva serie ya generó desconfianza en los fans más veteranos, ya que ni siquiera el número servía como una buena introducción a lo que sería este nuevo universo y al final tampoco resultó ser un gran guion, escrito casi en piloto automático por Geoff Johns como un muestrario para el arte de Jim Lee. Dicho hecho derivó en que la serie pilar del universo DC palideciera ante series como Wonder Woman, Aquaman o Batman. Así que quedó claro qué debía hacerse: mandar a volar al coreano. Para algunos no les resultará lógico, pero para los iniciados supondrán el nivel de intromisión y poder que tiene Lee en la editorial.
Con la salida de Lee de la serie, Johns, ni tonto ni perezoso, aprovecho el éxito de su Aquaman y procedió a realizar el primer gran crossover de la serie, en que la Liga debía parar el ataque de una Atlantis cansada de los ataques de los terrestres, provocando una guerra enmarañada de mentiras y traiciones. Johns había logrado subir el interés y calidad de la serie, más al traerse al increíble artista Ivan Reis, que también embellecía las páginas de su etapa en Aquaman.
Luego de esto, vendría la preparación para el siguiente gran crossover de la Liga: "Trinity War". Unos números interesantes y llenos de inventiva, que serían determinantes para entender de qué iba dicha guerra y el alcance que tendría, compartiendo importancia y argumento con una serie que solo serviría como satélite del crossover, como lo fue Justice League of America, y una Justice League Dark arrastrada por las garras editoriales. Como dato adicional, dicha serie consiguió un buen record de ventas, vendiendo 200.000 copias en su primer número, gracias a la noventera táctica de vender múltiples portadas, un hecho que ponía en evidencia el enfoque que tenía la editorial en aquel momento.
La "Trinity War" se dio en un interesante y divertido evento, si es que desconectabas el cerebro y te dejabas llevar por el increíble trabajo de Reis, Doug Mahnke y Mikel Janín, que aseguraban leer todo lo que Johns proponía en dicho evento. Y de por sí solo era un evento/crossover de transición para llegar al primer gran evento editorial de The New 52: Forever Evil. Este evento básicamente vino a ser el revulsivo para traer una serie de cambios al statu quo de ciertos personajes —como Dick Grayson—, ya que por sí solo no trae muchos elementos interesantes para leer, con argumentos muy vistos en eventos pasados de la editorial, acompañado, de a mi gusto, un poco atractivo dibujo de David Finch.
Pese a todo, esto trajo cambios positivos a la misma Liga. Agregando a sus filas a Shazam, la Justice League emprende rumbos a nuevos horizontes, empezando con una divertida aunque algo anecdótica saga que involucra a una algo poco afortunada Doom Patrol, dibujada por Doug Mahnke, que fue lo mejor de dichos números. No es una mala saga, pero sí queda algo desdibujada la Doom Patrol para los que le tienen cariño a dicho grupo.
Luego de ello, con cambio de dibujante incluido, tenemos la saga del Virus Amazo. Jason Fabok entraba en todo su esplendor a la Liga, luego de estar en el limbo en sagas menores de Detective Comics. Y vaya que sí aprovechó su talento, ya que es lejos lo más disfrutable de una historia otra vez entretenida, pero que no tiene muchas cosas nuevas que contar y además se hace algo extensa.
Lo más destacable de estos dos mencionados arcos es la importancia que Johns le da a la figura de Wonder Woman, intentado dejar de lado la estereotípica manera en que escribía al personaje, en que era una mujer más dada a irse por las armas, que a la otrora mujer que prefiere dialogar y comprender la situación en que se ven inmersos, sin dejar de lado el espíritu de lucha que siempre ha presentado. Es una buena evolución de parte del autor, ya que era una de sus constantes fallas a lo largo de la serie y que supo en cierta manera paliar.
Luego del fin de la amenaza de Amazo, tendríamos el evento que vendría a sacudir los cimientos de DC: Convergence. Como se habrán dado cuenta, los sacudió tanto que de paso espantó a millones de lectores, aburridos de las tonteras de la editorial. Pese a ello, DC intentó con la iniciativa DCYOU atraer a lectores de todas las diversidades y gustos, y en parte fue bueno el intento, pero el problema es que la herida estaba abierta y no se dio el tiempo para curarla. A pesar de ello, Johns tenía en mente algo grande: "The Darkseid War".
"The Darkseid War" venía con varios objetivos en mente. Uno era traer de nuevo esa sensación de épica y grandeza que siempre deben tener las historias de la Liga y que se había perdido con historias efectivas, pero de baja repercusión e impacto. Otro de sus objetivos era en cierta manera volver a traer a colación a Darkseid, que se había enfrentado a la Liga hace unos cuantos años atrás, con no una muy afortunada representación, siendo retratado como un Hulk con algunos poderes extras más que como el temible villano que espantaba a cualquiera solo con su voz. Por último, este evento pretendía atar los cabos sueltos que dejó el final de Forever Evil y lo ocurrido con el Crime Syndicate, que venía dando vueltas por la serie o en parte uno de sus miembros.
No sé si será el momento adecuado o ya es muy tarde (perdón :D), pero vale advertir que de aquí en adelante tendremos spoilers de toda la saga en general y del reciente número #050. Trataré de disfrazarlos un poco, pero si quieren llegar “vírgenes” al cierre de esta etapa, más vale leer por encima todo esto. Aunque con las filtraciones que se han hecho, prácticamente ya se ha dicho lo más importante.
"The Darkseid War" en general —le diré DW para acortar de aquí en adelante— toma en cuenta el final de Forever Evil, donde veíamos al todopoderoso (?) Anti-Monitor, que aparentemente venía a darle coscachos a Darkseid. Este último también preveía ciertas acciones interesantes que han ido ocurriendo en el universo y empieza a hacer sus movimientos. Pero el que detona todo esto es una particular chica llamada Grail, que es nada más y nada menos que la hija de Darkseid —aquella que buscaba como poseído el cabeza de piedra en el primer arco de esta Liga—. Más adelante veremos que la madre de dicha chica es una amazona, quedando ligada irremediablemente a Diana. La Justice League, como era de esperar, se encuentra prácticamente al medio de todo esto y solo le queda intentar paliar dicha situación, ya que el centro de todo este conflicto se da en la Tierra. El arco en sí es narrado a través de los ojos de Wonder Woman, un hecho obvio tomando en cuenta que el personaje más importante de esta saga, Grail, está unida a ella de muchas maneras.
DW está dividida en tres actos. En el primero, vemos cómo se arman los preparativos para el conflicto y la primera batalla sin cuartel que se da entre el Anti-Monitor y Darkseid. Cabe destacar que este Anti-Monitor se ve algo disminuido en sus poderes y presenta una fuerte relación con Metron y su silla. Dicha silla resulta ser ocupada por el mismísimo Batman, logrando lo que los fans y los haters querían (?), que Batman fuera un Dios. En este punto ocurren muchas cosas, que ya hemos visto en las MicroReseñas semanales que suelo hacer yo —ahem, ahem—, terminando este primer acto con la muerte de Darkseid y casi toda la Liga, convirtiéndose en New Gods. Cabe destacar la labor de Fabok, que si en la saga de Amazo mostró buena parte de su potencial, en DW prácticamente se despeina, regalándonos auténticas obras de arte comiquero.
El segundo acto parte con los hechos que suceden a la muerte de Darkseid y la retirada del Anti-Monitor y Grail. En este punto se suceden una serie de especiales de los miembros de la Liga que se transformaron en Dioses, algunos más interesantes que otros, pero casi irrelevantes —lean el de Green Lantern de manos del gran Tom King :3—. Este acto es súper corto, dado que consta de dos números más los especiales nombrados, que se dedican a explorar las consecuencias de los nuevos poderes de los miembros de la Justice League. Perfectamente se pudo haber omitido todo esto, pero la saga era lo más estable que tenía DC en aquel entonces, que estaba pasando por momentos muy complicados debido a que su iniciativa de DCYOU no había rendido los frutos esperados. En esta parte, Francis Manapul viene a darle un descanso a Fabok.
Luego de este vendría el acto final, que explicaría el plan que Owlman había estado gestando desde el final de Forever Evil. Así, veríamos el regreso del Crime Syndicate, que venía decidido a hacer el trabajo que la Liga no pudo hacer, ya que por fin tenían los recursos para hacerle frente al Anti-Monitor. En este punto, el Anti-Monitor vuelve a la carga y Grail mueve sus piezas que apuntan a Steve Trevor.
Nuevamente se da una guerra sin cuartel, en que el Anti-Monitor en su nuevo traje de batalla les da la paliza de su vida a medio mundo, llevándose a un miembro de Sindicato de por medio. La lucha no tiene cuartel, hasta que Grail logra ejecutar su plan, convirtiendo a Steve Trevor en un recipiente de la Anti-Vida, haciéndolo tan poderoso que termina por ejecutar al Anti-Monitor. Sí, yo tampoco daba crédito a lo que estaba viendo.
Aquí podemos hacer un alcance con respecto a la figura del Anti-Monitor, que es quizás uno de los puntos más bajos de la saga, intentando darle un trasfondo al personaje, pero sin otorgarle la profundidad que se le intentaba dar, siendo finalmente un personaje poderoso más que se pudiera agarrar a combos con Darkseid, para luego ser un títere de Grail y terminar muerto por ella misma. Un triste uso por parte del guionista de un villano que es mitología viva de la editorial.
En fin, pasemos al número Justice League #050, que es lo que están esperando —creo—. El número, pese a que tenga cuarenta y tantas páginas, se hace excesivamente corto y las cosas se suceden de manera tan rápida y a veces de forma tan ilógica, que solo queda aceptar lo que se está leyendo y tratando de digerir todo lo posible.
Grail lleva las todas de ganar con su super-arma Steve Trevor cargado de Anti-Vida, dejando a la Liga y al Sindicato con muy poco que hacer, más que intentar detener a Grail y dejando a Wonder Woman con Steve para ver si puede detenerlo. Ya sabemos cómo Johns se las gasta en las batallas campales, en que a través de muchas escenas de acción nos pone a prueba con cosas extrañas, como Grail quitándole el poder de los New Gods a los miembros de la Liga y cargándole Anti-Vida a cualquier cosa que le convenga, haciendo burradas como crearse un Darkseid nuevo y otras locuras que terminan con la derrota de Grail, con asegurado regreso. En fin todo, esto es relleno pero del bueno, ya que Fabok simplemente se encuentra en su salsa, dándonos escenas de acción, de una rapidez y épica que inevitablemente no se pueden ignorar. Todo este cómic es Johns en estado puro, escenas de acción grandilocuentes, llenas de diálogos épicos y filosóficos que engrandecen el heroísmo de los personajes, dándonos la sensación de que estamos viendo algo realmente grande, aunque más vale no analizarlo posteriormente ya que se pierde toda la magia —siempre me pasa con Johns—.
Luego de la derrota de Grail pasamos a lo más relevante, que es explorar las consecuencias de esta guerra, que viene a ser el pistolazo de salida para DC Rebirth, dándose a conocer la existencia del hermano de Wonder Woman —que se explorará en la nueva serie regular, guionizada por Greg Rucka—, el estado de Luthor como Superman, el reclutamiento de Jessica Cruz en los Green Lanterns —personaje tan importante que se me ha olvidado nombrarla en todo el artículo—, la tragedia de Mr. Miracle —no entiendo mucho por qué hacerlo sufrir, pero es clásico de Johns poner cosas muy sentimentaloides—, a Batman viendo lo de los 3 Jokers, lo que ha sido objeto de mofa y risas pese a que falta ver las explicaciones de esta extraña paradoja, y el interesante epílogo, que merece verse por uno mismo.
Después de este extenso repaso, solo queda dar una pequeña reflexión de lo que ha significado esta etapa de la Justice League, quizás la más irregular, pero a la vez más “popular” de los últimos tiempos, con unos comienzos tensos y desastrosos, retomando el ritmo con la salida de Jim Lee, a base de muchos golpes de efecto y eventos que quizás carecían de originalidad, pero que logró dotarle de la calidad y épica que se esperaba de un título así. No ha sido una labor fácil para Johns, quien prácticamente estaba encargado del pilar de la compañía y que por diversas situaciones tuvo que quedarse al margen de los cambios que se producían, principalmente por descoordinación editorial y la insistencia del guionista de crear historias que destacaran por su calidad y fluidez en vez de preocuparse de la ya algo destrozada continuidad que se manejaba. Johns no es perfecto, pero se nota que ha aprendido a dejar sus tics propios como autor y ha logrado crear una interesante evolución en la Liga, que han pasado por muchas cosas juntos y se han establecido como un equipo, que aunque les faltan ciertos lineamientos para ser un equipo sólido, sí se nota que tienen la confianza para enfrentarse a cualquier situación. Los nuevos cambios que incluye DC Rebirth vienen a alterar algo de eso, más aún tomando en cuenta que Bryan Hitch pasará al mando de la serie, en un movimiento que esperemos que sea el correcto, ya que no ha resultado ser todo lo genial su intervención con la Liga.
Nuevos tiempos se vienen para DC y Johns estará el frente de ellos en más de una manera, y pese a que esta etapa en la Liga probablemente no esté a la altura de etapas como la de Giffen & DeMatteis, Morrison o Kelly, sí que es lo suficientemente entretenida para echarle un vistazo y ver los cambios y sucesos que tuvieron lugar durante The New 52, para llegar a lo que es el nuevo movimiento editorial que está promoviendo DC.
Soy Christopher López, encargado de las MicroReseñas DC —casi todas las veces— y fue un gusto darme el tiempo para escribir todo esto y no hacer una simple reseña del último número, ya que me pareció adecuado darle una buena despedida a todo lo que ha ocurrido en esta serie, que con sus más y con sus menos, me ha mantenido atento todos estos años. Solo queda desearle buena suerte a DC Comics y nos estamos viendo el miércoles para darle la despedida a The New 52 y afrontar los nuevos tiempos de esperanza (?) y alegría que se vienen.