"Wonder Woman: Earth One"(2016): una mirada vanguardista de la sexualidad
Se nos prometió que Grant Morrison volvería a las raíces del personaje y que reinterpretaría sus elementos centrales para un nuevo siglo. El escocés claramente no estaba jugando y nos proporciona una historia que respira alienación y rareza, pero una diferente a la que nos tiene acostumbrado el "calvo escriba". Una advertencia, esta historia no trata de narrar las épicas aventuras de escudo y espada, sino que busca estudiar el concepto alrededor de Wonder Woman, explorar sus implicaciones y en definitiva exponer el núcleo del personaje.
Wonder Woman: Earth One es un cómic que pone al centro de la narrativa a Paradise Island y la forma de vida en una utopía sin tapujo. Descaradamente -y de la forma más explícita posible- pone de manifiesto lo que en realidad es como concepto Themiscyra: una isla de lesbianas sci-fi con un extra de bondage. Tanta frontalidad puede resultar incómodo para quienes aprecian a Wonder Woman como ícono, pudiendo llegar a sentir que reducir su lugar de origen a una frase fetichista es degradante o incluso machista. Lo interesante del asunto es que Wonder Woman nació como personaje con dicho elemento fetichista y no fue sino el filtro editorial lo que eliminó esa faceta y quitó algo de individualidad al concepto.
Este cómic viene a rescatar esa idea y derechamente a establecer una suerte de defensa pública sobre modos de vida alternativos, pero lo hace de una forma respetuosa y enfatiza que dichos elementos no están presentes para el placer voyerista de un tercero —en especial un hombre, sea real como el lector o de fantasía como un personaje—, sino que son una forma de expresión. Es un mensaje difícil de digerir desde una perspectiva tradicional cuyo fondo puede fácilmente perderse o no agradar a todo el mundo. Definitivamente se aleja mucho de lo que normalmente esperar ade un cómic de “capas”, sobre todo en DC Comics, pero ser Grant Morrison tiene sus beneficios.
La historia que hilvana Morrison es una de origen, no buscando ser una “definición definitiva” como las que aplicó sobre Clark Kent en All-Star Superman, o con Batman en su arco de años al mando del murciélago. Se asemeja mucho más a lo que el escritor escocés entregó en Action Comics con Superman: un esquema, una nueva forma de operar en el mundo para este personaje, entregando los aspectos básicos y así presentar a esta heroína de nuevo al mundo. Y lo hace muy bien.
Conocemos a Diana a través de un juicio convocado por su propia madre donde la protagonista está en posición de acusada, sin embargo, al poco andar descubrimos que sus actos hablan de su carácter de heroína, y una muy especial. Grant Morrison mencionó que buscó intencionalmentre evitar enfrentamientos físicos, momentos típicos de cómics de superhéroes -“Espero que ella patee algunos traseros. Estoy acá por las palizas", dice un personaje cerca del clímax- precisamente para contrastar y destacar las virtudes de Diana.
Hay momentos donde el personaje interpela a los lectores mismos a través de sus palabras, como al responder "Te escucho" a Steve Trevor. Cuando se nos presenta como una curadora, observamos su compasión al ver la inminente muerte en el hospital, y cuando se ve presionada, responde con la sumisión como un valor de paz. Todos estos elementos son llevados majestuosamente al papel por Yanick Paquette.
El trabajo de este último es una obra de arte mayor. Se observa su dedicación en llevar a rostros las distintas emociones de Diana a lo largo de la historia: su sonrisa en Paradise Island, su dolor por la muerte en la Tierra, su actitud desafiante ante sus hermanas en juicio. Pero no solo ella, el dibujo rebosa belleza en todos sus aspectos, mostrándonos en principio una perspectiva casi irreal, casi una fantasía lésbica desde la perspectiva falocéntrica, llena de viñetas curvas y estilizadas, esperando a irrumpir en la forma de Steve Trevor.
Pero precisamente desde que entra Trevor, se abre el camino al mundo real, a nuestro mundo y carne, y el contraste es notable ya que de pronto no estamos en la fantasía, el mundo real es mucho más duro Pero Yanick no se burla de nosotros, de nuestra falta de realeza o kilos de más. Cada personaje luce bello y, a medida que avanza la historia, de pronto la belleza que deslumbraba al principio de la historia se desdibuja en su frialdad para destacarnos la nuestra, la normal, que no se achica ante este mundo, sino que le da la bienvenida. Wonder Woman, en dibujo y en guion, logra tender un puente porque ella escucha, siente y le importamos. Y porque cada vez que muestra su poder, salen estrellitas. Fabuloso.
El aspecto visual del cómic, con mujeres tan estéticamente dibujadas, también aporta a la discusión que se abrió en torno a la presencia de machismo en esta historia. A nuestros ojos éste no es un cómic machista, más allá de que trate sobre una isla de hermosas mujeres inmortales. A lo largo de la narrativa se recalca una y otra vez que el “mundo de los hombres” es un lugar lleno de violencia, dolor, falta de igualdad y humillante que no tiene perdón y que debe evitarse a toda costa.
En Themyscira no hay ejecución por “snu-snu” ni espacio para las fantasías masculinas, pero sí bastante crítica al modelo social patriarcal. Cuando Hippolyta es humillada por Hercules no es porque Morrison sea misógino y quiera ver golpeada a una mujer, sino para mostrar precisamente lo brutal que puede ser el personaje que por excelencia encarna a la masculinidad arquetípica. Cuando en otra escena hay una mujer en lencería y con un collar con correa bebiendo leche de un plato, no es para ensalzar la degradación de la mujer, sino para ejemplificar los horrores del mundo de los hombres. El que quiera encontrar machismo lo va a encontrar si se priva a las escenas de su contexto.
Cabe mencionar que es normal que las amazonas sean todas jóvenes y bellas, y eso no implica necesariamente una representación machista. Hippolyta y sus súbditas son las habitantes de una utopía, son seres platónicos con vidas perfectas, pero aun así tienen sus defectos y quien las deja en evidencia es Beth Candy, una chica que junto a sus amigas de fraternidad son rescatadas por Wondie y que termina haciendo buenas migas con la princesa. Ellas terminan encontrándose con las amazonas enviadas a traer de vuelta a la isla a Wondie y son tratadas de “ganado” por ser mujeres gordas, bajas o débiles que viven en el mundo de los hombres, es decir, por no vivir de acuerdo a sus estándares.
Pero Candy también deja patente que esa fantasía de mujeres bellas se cae cuando estas tienen su propia forma de discriminar. Esto es un detalle sutil, ya que si bien el cómic hace un gran intento por mostrarnos lo particular que es la sociedad amazona, toda cultura tiene también un lado menos amigable y esta no es diferentes en eso. No hay verdades en blanco y negro, no se puede señalar un supuesto mensaje machista cuando con luces de neón te están mostrando que el mundo dirigido por hombres es horrible, pero tampoco se puede decir que es un panfleto feminista si con idénticas luces te señalan que quienes encarnan un concepto ideal pueden ser igual de desagradables.
Este cómic chorrea “locura morrisononeana”, pero de una variedad diferente a la habitual: acá no hay viajes en el tiempo, narrativa ultra-comprimida u otras técnicas locas, pero sí hay un mensaje que se siente algo adelantado para esta época. Internet vive un periodo de debate extremo donde movimientos reaccionarios y sexistas como el Men Right's Movement se oponen a feministas radicales -peyorativamente llamadas "social justice warrior"- en ardidas discusiones, enfrentamientos que no evalúan las obras con verdadero ojo crítico y terminan por mover el péndulo demasiado deprisa en pos de alternativas comerciales ideológicamente poco pensadas. Wonder Woman: Earth One se sobrepone a dicha problemática para exponer a Diana y su mundo a través de los conceptos vanguardistas que siempre tuvo, pero que el paso del tiempo y el conservadurismo editorial enterraron en la tierra por mucho tiempo.
Como cómic tradicional de superhéroes es pésimo, pero eso es intencional al tratarse de una historia que busca reconstruir al personaje rescatando sus elementos más “under”, reformulando y modernizando el mito de la amazona. Al ofrecer una narrativa diferente a la esperada, la "Wondie" de esta novela gráfica no puede ser acusada de ser Superman-lite y de paso ofrece una nueva manera de entender al personaje y sus historias. Expone en primer plano que la violencia física no necesita ser parte integral de la solución de los conflictos, lo cual parece una muy justa crítica a la tendencia de presentar a Wonder Woman como un personaje violento solo porque es típico usar la agresión para solucionar los conflictos. La Wonder Woman de esta historia es un personaje con fuerza, pero yendo más allá del solo elemento físico, pues ofrece una perspectiva distintas sobre qué signifca "ser fuerte".
Como toda obra de Morrison, Wonder Woman: Earth One gana más profundidad con su relectura, y para esta historia es una necesidad más que una sugerencia. Ciertamente es una lectura interesante y que abre puertas a formas distintas de entender a su icónica protagonista y su legado.