Mangapolis – "Ao no Exorcist" de Kazue Kato
Año tras año, vemos cómo el mercado japonés bombardea a sus consumidores con series que parecen seguir la típica estructura narrativa del viaje del héroe. Nada nuevo, vemos a un chico común y corriente enfrentarse a un cambio en su destino al saberse poseedor de un poder incomparable, el que puede usar para el bien o dejar que lo domine; pronto lo veremos crecer, fallar, encontrar nuevos amigos y todas las etapas que tan bien conocemos. Y sí, no nos cansamos de estos guiones que nos motivan a hacer de nuestras vidas algo extraordinario, pero algunas veces parece difícil encontrar una historia con ese “algo especial” entre tanto guion repetido. A continuación, les presento un manga con esta estructura que, para mí, partió como uno más del montón pero que terminó por envolverme totalmente.
Ao No Exorcist
Título original: 青のエクソシスト / 祓魔師 | Ao no Ekusoshisuto / Futsumashi
Demografía: Shōnen
Publicación original: 2009
Guion y arte: Kazue Kato
Número de volúmenes: 16 tomos tankōbon hasta la fecha
Rin Okumura, el protagonista de esta historia, es un joven huérfano que de pequeño fue adoptado junto a su hermano gemelo, Yukio, por el padre —literalmente— Shiro Fujimoto, con quien vivieron en una iglesia. Con 15 años, Rin es atacado por un humano que es poseído por un demonio, situación que lo lleva a liberar unas extrañas llamas azules que nacen de su cuerpo. En este contexto, el padre Shiro le revela a Rin la verdad sobre su nacimiento: por sus venas corre tanto sangre humana como de demonio, es el vástago de Satán, Rey de Gehenna —mundo demoníaco— y ahora que ha liberado sus poderes, Satán lo quiere de regreso para entrenarlo como heredero de su reino. Shiro le entrega a Rin una espada demoniaca con la que él puede liberar sus poderes demoníacos, advirtiéndole que nunca volverá a ser el mismo. En ese instante Satán posee el cuerpo de Shiro, lo que obliga a Rin a asesinarlo.
Tras este acontecimiento y en el entierro de Shiro, aparece frente a nuestro protagonista un misterioso y extravagante hombre llamado Mephisto Phelles, quien se presenta como antiguo amigo de Shiro y actual director de la academia para exorcistas Vera Cruz. Mephisto le ofrece a Rin entrenarlo como un exorcista para así vengar la muerte de su padre, oferta que tras un momento de indecisión aceptará. De este punto en adelante, Rin se enfrentará a grandes obstáculos, a sus peores miedos, pero también encontrará grandes amigos y hará frente a incógnitas como ¿es también Yukio, su hermano gemelo, mitad demonio?
Personajes principales
Rin Okumura, el protagonista, vástago de Satán. Tiene la típica personalidad de un protagonista de shōnen: un poco despreocupado, un poco perezoso, pero decidido y valiente. Aunque no se le dan bien los estudios tiene buena mano para la cocina. En un comienzo, abusa de sus poderes sobrenaturales en situaciones que no parecen ser tan riesgosas, por lo menos hasta que sus propios poderes se salen de control y lo dominan. Tras esto, se someterá a un entrenamiento que —muy— poco a poco tendrá sus frutos. A lo largo de la historia lo vemos madurar sin nunca perder la esencia “ligera” de su personalidad.
Yukio Okumura, hermano gemelo menor de Rin, el co-protagonista del manga. A diferencia de Rin, es serio y responsable. En vista de que su hermano siempre fue superior en personalidad y en fuerza física, Yukio se enfoca más en los estudios, los métodos y estrategias. Para sorpresa de todo, Yukio es el exorcista más joven de la historia que ha dado clases en la Academia, y con solo 15 años da clases de Química Demoníaca, además de ser el tutor de la clase de Rin. Para mi gusto, Yukio es el personaje más interesante de la historia, sobre todo en los arcos más actuales; pero no daré detalles al respecto, es mejor que lo lean ustedes mismos.
Mephisto Pheles, o también llamado “Samael”, el segundo al mando de Gehena, el inframundo. Es el director del instituto Vera Cruz y de la academia de exorcistas. Es increíblemente misterioso y aún con 16 tomos de manga no sabemos a qué lado está realmente apoyando. Era amigo del padre Fujimoto y ahora es el tutor de Rin y Yukio —de quienes es medio-hermano—.
A continuación, y aunque quizás no es realmente necesario, les dejo una mini descripción de los personajes secundarios, compañeros de clase de Rin y Yukio.
Shiemi Moriyama, amiga e interés amoroso de Rin. Es la hija de la dueña de tienda de suministros para exorcismos. Es el elemento adorable y tierno de la historia, aunque a veces muestra carácter al preocuparse por los demás. Es muy cercana a Yukio.
Ryuji Suguro, compañero de clase de Rin, heredero de un templo en Kioto. Es algo así como “el rival” de Rin en la clase, sin embargo hacen buen equipo.
Konekomaru Miwa, buen amigo de Suguro y compañero de Rin igualmente. Es pequeño y amable con todo el mundo. Está consciente de las circunstancias y algunas veces le gana el miedo.
Izumo Kamiki, compañera de Rin. Proviene de una familia de sacerdotisas sintoístas. A diferencia de Shiemi, es tenaz y seria, lo que algunas veces parece antipatía hacia los demás. Es capaz de invocar a dos zorros blancos de una sola vez.
Renzou Shima, compañero de Rin. Buen amigo de Suguro y Konekomaru. Es algo cobarde y coqueto; en algunos momentos parece que no tuviera pasta de exorcista pero finalmente siempre sorprende a todos.
Ahora que les he presentado —resumidamente— el inicio y mundo de Ao no Exorcist, doy paso a convencerlos de seguir esta historia. Hasta ahora no he dicho realmente nada que haga de esta historia algo que valga la pena, así que me iré al grano: Ao no Exorcist es una historia que hay que seguir con paciencia, puesto que los primeros arcos no son exactamente rápidos ni novedosos, pero si se le da una oportunidad termina por convencer al lector. Esto porque Ao no Exorcist es el tipo de historia que está escrita para ir siempre en aumento. ¿En qué sentido? Partiremos desde las típicas premisas shōnen, las batallas, el autoconocimiento y la amistad, para luego dar más énfasis a los misterios de la trama, el desarrollo propiamente del mundo y sus reglas. Y no sólo eso, en muchísimas ocasiones los personajes principales, que pensábamos conocer tan bien, nos dan una sorpresa traicionándonos. Mérito de la autora es el ir intercalando impecablemente capítulos en los que vemos desarrollo de personajes o entre ellos, para luego soltarnos alguna sorpresa respecto a la trama y dar movimiento a un nuevo arco o a la aparición de un nuevo enemigo.
Kazue Kato, la autora y dibujante, ha desarrollado detalladamente el mundo en el que se mueven sus personajes. Tanto las reglas como los estamentos —Academia Vera Cruz, Vaticano, “Los Illuminatis”— están bien definidos, cada uno tiene su propia visión del conflicto entre Assiah (mundo humano) y Gehenna (mundo demoníaco) y lo enfrenta con sus propios medios. Esto es algo que también destaco del argumento: no es un argumento típicamente lineal, no sólo veremos a Rin y sus amigos enfrentarse constantemente a nuevos demonios hasta derrotar a Satán, sino que los veremos enfrentarse contra otros humanos, los veremos cambiar de ideología o unirse al bando que les parezca que tiene la razón. Nunca veremos a alguien cambiar de bando sólo porque sí, sino que lo hará en base a su ideología.
A partir de lo anterior, también es destacable que junto al buen desarrollo de los personajes a nivel argumental, está el prolijo diseño de personaje. Podemos ver claramente cómo Kazue Kato se tomó el tiempo de diseñar un estilo para cada personaje que encaja con su personalidad; yendo más lejos, también se aprecia —y agradece un montón— cómo Kato no cae en el montón de dibujantes que hoy sufre el bien denominado “síndrome del mismo rostro”. Cada personaje tiene rasgos diferentes, desde las cejas, los ojos, hasta la complexión misma del cuerpo, demostrando que el estilo manga no es solo un molde copia de otro dibujante. En la misma línea aparecen los ambientes: cada personaje tiene un ambiente que se adapta a su historia y personalidad, con objetos que, de hecho, tendría un niño de 15 años en su habitación/casa.
Respecto al anime, lanzado el 2011, para mí es una lástima decir que no le hace justicia al buen trabajo que realiza Kazue Kato en ningún aspecto. El manga es definitivamente superior, sobre todo porque el trozo de la trama que adapta el anime —de 25 episodios—, no alcanza a captar la gracia que esconde el manga. Si tuviera que destacar algo del anime, serían el OST y los actores de voces que tienen los personajes, elementos bien escogidos. Además del anime, Ao no Exorcist cuenta con un OVA (2011) y una película estrenada el 2012, ambas no tienen relación con la trama original.
Finalmente, y para no alargarme más de lo necesario, en los últimos años he visto aparecer muchos mangas y animes con personajes que parten desde un punto “mediocre” para volverse excepcional y ridículamente buenos en lo que hacen, descubriendo casi un talento innato que no conocían. He visto innumerables historias con protagonistas así, autómatas, alejados de lo que sería una representación humana de un chico de 15 años, que ponen la acción por sobre la trama y el desarrollo de temas humanos. Si están tan agotados de ese estereotipo como yo, verán fácilmente que en Ao no Exorcist encontrarán el modelo de una historia con personajes dinámicos y redondos, con trama, misterios y por sobre todo con gran calidad de dibujo, diseño y color. Si tienen tiempo, denle la oportunidad, les aseguro que el arco más actual no deja indiferente a nadie.