"Superman: Sacrifice" de Greg Rucka, Gail Simone y Mark Verheiden: destruyendo a la Trinidad
Aviso: este artículo tiene spoilers, por lo que si usted, querido lector, se topa con algo que pudo dejarlo completamente anonadado, hasta que un tipo de internet lo explica, quitándole la sorpresa, no venga a Llo-Lleo, Viuda 10, Calle La Buena Vibra con un hacha a matarme. Que conste que la culpa es de usted, no del perro del vecino ni de su internet Movistar que se cae cada 10 minutos. O quizá debí haber hecho una reseña sin spoilers, pero con estas cosas cuesta mucho y la flojera es un factor muy importante. Sin nada más que decir, disfruten.
Antes de empezar
Los pondré en contexto. DC Comics, después de haber tenido un exitoso y determinante evento como Identity Crisis, se vio envuelto en una gran encrucijada. Nada de lo que tenían después podía ser de menor calidad. Esa era una opción, la otra consistía en incorporar un contexto oscuro y realista a las historias de DC con grandes revelaciones y terribles acontecimientos, sin que estos sean plenamente coherentes o que sean bien estudiados para impactar y complacer al lector. Tampoco tomaron esa opción. En cambio, eligieron pervertir, de cierta manera, a los personajes.
¿A qué me refiero con esto? Como vimos en Identity Crisis, muchos de los personajes involucrados tenían secretos que ponían en duda su imagen como héroes, pero que a la vez los humanizaba tremendamente. No eran cosas de las cuales sentirse orgullosos, pero habían tomado decisiones que en un trabajo tan complicado como es el de ser superhéroe era más que adecuado y lógico, más aún con un mundo que pretendía generar un lazo cercano a la realidad. DC se fue por esta vía, pero malentendió algunas cosas. Bueno, en verdad las mandó al diablo.
Uno de los acontecimientos más importantes de Identity Crisis está relacionado, cómo no, con Batman. El gran detective, ese tipo que está a diez pasos por delante de todo Dios, fue trastocado mentalmente por descubrir un secreto que sus amigos, que no se acercaban a su intelecto, le habían ocultado muy bien. Bueno, sin exagerar, hasta al mismo Bruce se le puede esconder cosas como lobotomías locas hechas a supervillanos. La gracia de ese suceso es que Brad Meltzer, en su obra y en sus apuntes, deja claro que el murciélago está al tanto de lo que le hicieron y que ese suceso es determinante para reafirmar su desconfianza hacia sus compañeros superhéroes. La editorial pudo haber dejado esto como un buen semblante para justificar que Batman sea capaz de barbaridades vistas en el arco "Tower of Babel" o lo de Brother Eye, que es una consecuencia directa de la Identity Crisis. Pero no, decidieron dejarlo como un loco enceguecido por la confianza y al final resulta ser un peón más de un Luthor que por muy poderoso que sea, sigue siendo un Luthor. La única gracia que tenía era ser casi una divinidad bondadosa y preocupada por el bien mayor. Geoff Johns lo pervirtió en su Infinite Crisis, pero esa ya es tema de otro artículo.
El siguiente eslabón importante para "Sacrifice" es Countdown to Infinite Crisis. En dicho cómic, Blue Beetle, aquel personaje bonachón de buen corazón, algo idiota pero con gran potencial y un detective bastante competente, empieza a investigar cosas peliagudas. Algo que casi toda la comunidad superheroica ignora y solo él es consciente de ello. Ni Batman le hace caso, el puto mejor detective del mundo. En fin, Beetle descubre todo el quilombo, de que el mismísimo Maxwell Lord tenía registro de todo tipo superheroico del planeta, información muy poderosa y peligrosa. Y bueno, como esto es una historia de Johns, este buen hombre llamado Maxwell, carismático, manipulador, pero un hombre de bien, dispara a sangre fría a Beetle volándole la cabeza, haciendo algo parecido con los lectores. Juro que quedé helado ante ese suceso. Cuando joven había disfrutado de la Justice League cómica y con personajes carismáticos bien desarrollados, y sufrí bastante con Identity Crisis. Pero lo de Johns fue de chiste. Cargarse de esa manera a dos de mis personajes favoritos, de manera tan chapuza, fue un crimen para mí. Desde ese momento, pese a que Johns sea muy bueno, lo odié. Hay cosas que no se hacen y esta era una de esas. Pero con el dolor de mi alma, debo decir que fue un momento jodidamente épico y, además, muy bien escrito. A veces es mejor dejar el corazón de lado con estas cosas.
Después de esta extensa introducción, comienza "Sacrifice".
La reseña en sí
Imagina que eres Superman. El Hombre de Acero. Aquel que ha salvado a millones en su vida, incluso a expensas de su propia vida y enfrentando muchos peligros. Aquel que fue capaz de soportar un Ragnarok de mil años, aferrándose al recuerdo de su amada. Aunque le costaba recordar su nombre y tenía el tibio calor humano de una amazona que hervía de amor por él. Aquel que ha puesto su código moral a prueba miles de veces, en ocasiones cayendo por él, pero sabiendo que nunca debe rendirse, aunque el miedo lo ciegue. Ese es el problema, Superman teme que le quiten lo más preciado, a su querida e intrépida reportara del Daily Planet. Y está teniendo sueños en donde la pierde y sus más terribles enemigos la hacen pedazos frente a sus ojos, sin poder hacer nada. Y un hombre ante esto, solo puede caer en la locura.
Imagina que eres Superman y despiertas ante un edificio destruido y con gente aterrada mirando dicho espectáculo. Y sabes que eso lo has hecho tú, pero no lo recuerdas. Pero sí recuerdas a tu querida Lois muerta ante tus ojos. Y vas a tratar de resguardarla como sea. Sabes que ha sido un viejo enemigo que es capaz de todo por verte sufrir. Un extraterrestre que te ha puesto en más de un problema. Brainiac.
Vas dispuesto a destruirlo. Ya no importa nada. Lo encuentras en una especie de submarino. Tiene atrapados a tus amigos, incluyendo al amor de tu vida. Luchas con todas tus fuerzas, pero no puedes hacer nada. Están muertos. Entonces solo queda la ira. Lo golpeas con todas tus fuerzas, pero algo extraño sucede. Te dice que no lo hagas. Te pide por favor. "Por favor, Clark." Y ves a la Justice League ante tus ojos. Has hecho algo malo, pero no sabes qué.
No lo recuerdas, pero tienes las manos llenas de sangre. Tus amigos te miran acusadores. Confusos. Aterrorizados. Solo ves que Dinah Lance intenta disparar tus recuerdos. Y luego… luego… recuerdas bien. No fue Brainiac. Fue otro extraterrestre más terrible. Darkseid. Tu enemigo más fiero. Cómo no haberlo pensado antes. Él secuestró a Lois y la mató frente a ti. Le reventó la cabeza como si fuera una fruta. Y lo destrozaste. No. No fue eso. Ves a alguien muy malherido en una camilla. Cuando tu mente lo procesa, no quieres creerlo. Pero ni siquiera tienen que decírtelo. Tú le hiciste un daño casi irreparable a uno de tus mejores amigos. Tú casi mataste a Batman.
No sabes qué decir. Lo ves destrozado, respirando apenas. Un hombre que siempre pensaste que era el único que podía detenerte. Muchos pensaron que solo el Murciélago podría ponerle un alto al Hombre de Acero. Pero no. Mientras ves las cámaras que grabaron la masacre, ves que se defendió con todo. Lo atacaste en la Watchtower, el lugar más peligroso del mundo. Bruce usó casi todo lo que tenía. Nunca tuvo la intención de matarte, porque sabía que no estabas en tus cabales. Pero también sabía que si no hacía algo podría morir. Y luchó. Incluso accedió a evaluarte como una máxima amenaza. Y no fue suficiente. Él cayó. Y luego llegó Wonder Woman. Y todo terminó para los dos. Y ahora ella está mirándote, sin nada que decir. Te mira escéptica. Dudosa y confusa. Y eso te duele más. Ella te dice que no sabe en qué creer. Cassandra le había informado que Superboy había pasado por lo mismo. No quieres saber nada más. Te sientes impotente. Martian Manhunter. Aquel amigo de confianza, no parece tener ningún juicio hacia ti. Sabe que algo va mal con tu mente y averiguará qué es, pero tienes que dejar que rastree en tu mente. Ves imágenes confusas, ves a Batman matando a Lois, te ves matando a Batman, ves a un tal Ruin, a Darkseid y luego, muy en el fondo, al culpable. Maxwell Lord. Él tiene que pagar, porque te ha quitado todo lo que tenías. Te ha quitado a tu querida Lois y la Liga ni nada te detendrá para saciar tu sed de venganza.
Bueno, esta debería ser la reseña en sí
Disculpen si quedó algo largo y bastante spoileante lo reseñado arriba, pero creí necesario expresar, de alguna manera, todos los sentimientos y emociones que salen a relucir con esta historia en tan solo cuatro números. "Sacrifice" es de esas historias que parecieran salir en alguna reunión creativa de DC Comics, cuando las ideas no fluyen en todo su esplendor. Es un argumento mil veces visto: Superman se vuelve loco, alguien o algunos sufren las consecuencias y le toca a algún superhéroe parar al enloquecido alien. Incluso en la misma Injustice: Gods Among Us se ve algo de ello, aunque la historia está haciendo aguas en la actualidad. Pero la gran diferencia que muestra esta historia es que está en manos capaces. Greg Rucka es un maestrazo que ha escrito bastantes veces a Superman y estaba haciendo una competente etapa con Wonder Woman. Algo fuera de su elemento, pero se defendía. Cuando al parecer le tocó tomar la batuta de esta pequeña pero determinante historia, tenía claro lo que debía hacer. Debía crear un cisma en la Trinidad. Debía trastocarlos, romper sus lazos de confianza y dejarlos tan traumatizados que los dejaría totalmente indefensos ante una amenaza tan grande, que se labró todo su camino de destrucción, destruyéndolos tanto física como moralmente.
"Sacrifice", para ser un crossover entre diversas series como Adventures of Superman, Superman, Action Comics y Wonder Woman, en donde veremos el desenlace del arco, supo jugar bien sus cartas y aunque es un tie-in de Project Omac, no necesitas haber leído casi nada de lo que se ha estado tejiendo en el Road to Infinite Crisis, gracias a que Rucka, Gail Simone y Mark Verheiden escriben sus historias de manera orgánica y bien hilada, librándose de cabos sueltos e incoherencias que rompan la fluidez de la historia. Hasta el dibujo se da de forma progresiva, notándose bastante poco el baile de dibujantes, que pase de Ed Benes a John Byrne y un montón de dibujantes más en los que destaca Rags Morales, que ya había dibujado Identity Crisis, quedando una historia redonda. Una que pone a prueba a la Trinidad, pese a que la cara más visible —y popular— apenas tenga relevancia. Es una historia que los dejará en una posición difícil y pondrá en riesgo el futuro del Universo DC. Recomendable para esperar el gran estreno de Batman V Superman: Dawn of Justice, disfrutando de una historia que los entiende y siente respeto hacia los personajes involucrados, pese a que es una historia que tiene como fin trastocar y destruir todo lo construido en años por la famosa Trinidad. Porque levantarse después de una terrible batalla es fácil comparado con tener que volver a unir los lazos de confianza rotos.