"Daredevil Noir" (2009): el espíritu noir hecho cómic
Sin duda el género noir ha sido importante en los cómics durante los últimos años, por muchos motivos. Uno de los más llamativos es la capacidad de poder interpretar varios elementos del cine noir, en contenido, estética y contexto temporal, situando sus historias alternas entre las décadas de 1940 y 1950.
Y es acá donde brilla Daredevil Noir, como historia y como cómic, ya que es capaz de entregar un drama criminal clásico, de una forma potente y dura, que el entorno de Matt Murdock puede entregar con creces. Y eso es debido a que toma a este personaje típico antihéroe y lo hace desenvolverse en lo que sería la época de la prohibición en Norteamérica. Si bien es cierto que Daredevil ya tiene mucho de neo-noir impreso desde su creación de la mano de Stan Lee, Bill Everett, un poco de raspado de Jack Kirby y con historias clásicas de Ed Brubaker, Brian Michael Bendis y Frank Miller —por nombrar algunos—, y aunque esto hace que Daredevil Noir se haga un poco redundante considerando los conceptos en juego, el cómic sigue siendo capaz de entregar un drama criminal potente, con un personaje clásico como Murdock, pero visto desde otra época, donde las cosas pasan de distinta manera.Si bien el primer número no es la gran maravilla del universo —como la Nutella o los discos de Juan Antonio Labra—, sí cumple con hacer la introducción completa del personaje, presentándote la época de un New York saturado por la avaricia, la codicia y la prohibición de los años 50. Contexto en el cual vemos al antihéroe enfrentándose a una situación bastante difícil y sumamente desesperante, en un sistema judicial más podrido que la película Steel y con más falencias que la actuación de Shaq O'Neil. Es el deber de un joven Matt Murdock resolver la situación. Y bien, ningún #1 puede estar completo sin organizar y cimentar los elementos para crear una buena trama que presenta una sociedad violenta, en un Hell's Kitchen cínico que solo con existir amenaza a todos sus habitantes, no tan sólo al protagonista sino que a todos sus personajes, con elementos super fatalistas.
¿Y qué mejor que presentar en el #1 una femme fatale que introduzca una de las problemáticas principales para los personajes? Una chica llega al bufete de abogados de Foggy. Y por bufete, me refiero a una oficina más chica que clóset de departamento, donde Murdock es un asistente legal. Y esa chica, llega con una historia que sigue al gangster Orville Halloran y francamente cuenta lo que necesita decir para desenredar una historia complicada e intrincada con el pasado de Murdock. Recién ahí Matt toma interés en la mujer y a Halloran como su siguiente objetivo como Daredevil. Son esas verdades a medias las que se transforman en verdades venenosas, y de esas en Hell's Kitchen hay al por mayor.
Los giros son entretenidos, sorpresivos y más de alguno te sacará el "naaah, ¿de verdad?", sobre todo con el asesino de la buena puntería, el paralelo a Bullseye del universo Marvel regular. Además, el juego del doble villano y de las conversaciones de Daredevil con los dos lados de la moneda, Kingpin y Halloran, hacen más interesante la trama a medida que las hojas pasan. ¿Para quién trabaja? Eso lo veremos en los números siguientes, además que se va desenredando la identidad de la mujer que lo fue a buscar a la oficina de Foggy, Eliza.
La verdad sobre quién asesinó a su padre boxeador es muchas veces el motor de Murdock, quien tiene 4 números para solucionar todos los problemas que se le han presentado y sobreponerse a ellos, golpeando su paso hasta la cabeza de otras situaciones y concretar un enfrentamiento final. Y de hecho, la pelea final es sorprendente e inexistente. Y todos sabemos por qué. El ciclo se debe mantener, y el final abierto es perfecto, sobre todo por el dibujo de los paneles finales.
Alexander Irvine (Hellstorm: Son of Satan, Iron Man: The Rapture) no reinventa la rueda, sino que la acopla a una realidad especial y paralela con personajes ya conocidos, pero que deben ser inyectados en un contexto distinto, más sombrío y oscuro. Sí, más todavía. El inicio de la miniserie tiene elementos de una narrativa tranquila a la hora de presentar la trama completa y te llevan a un viaje detectivesco, con pipa y sombrero para tratar de descubrir junto a Matt qué fue lo que pasó y averiguar que es lo que pasará.
Además, a la hora de graficar los poderes de Murdock, lo hace con una particularidad bien especial. Para Irvine, los sentidos sobredesarrollados del personaje son más una maldición que una bendición, y esto se ve mucho en el #1, pero se elabora durante la miniserie. Daredevil tiene una mejor "visión" de lo que pasa a su alrededor que los tipos a los que enfrenta o la gente con la que interactúa y por supuesto, todo lo que conlleva eso. ¿Cómo te sentirías si supieras que nunca nadie más en la vida te podrá mentir, porque puedes averiguarlo inmediatamente? Hay cosas que a veces se deben dejar ocultas para asegurar la felicidad o para tratar de protegerla.
Y protegerla a como dé lugar. Es interesante que a la hora de finiquitar a sus enemigos, no queda plasmado concretamente si este Daredevil es capaz de matarlos o no. Queda a la interpretación del lector si le da esa lectura al personaje y la verdad se agradece, porque son este tipo de guiones los que mejoran la experiencia de lectura. Mi interpretación es que sí lo hace. ¿Por qué un vigilante de New York en la era de la prohibición no lo haría? Es como una película en 3D pero hecha correctamente: si bien tienes la película de fondo, tienes un detalle del relieve en una nueva dimensión en las tomas que complementan la cinta. Ese es el valor extra del cómic con un guion bien hecho.
El dibujo de Tomm Cocker (Blood & Water, Near Death) es verdaderamente impresionante. Usando la técnica de mediotono es capaz de simular el uso de los puntos en las imprentas para jugar con las sombras y los grises en las distintas viñetas, las cuales destacan a cuadras de distancia y con la camanchaca bajando. Cuando un cómic tiene arte que destaca tanto en un cuadro cercano como en un plano extendido de panorámica es cuando sabes que el artista le está poniendo todo el ánimo para sacar un excelente producto. Con respecto al tiempo o pacing al momento de empezar los números, Coker no escatima en referencias al momento de presentar una escena calmada que le añade tensión a los paneles. Destaco la secuencia de inicio del #1, ya que se siente cómo te obligan a ver la escena post-crimen y te empiezas preguntar qué fue lo que pasó. Característica clásica de la narrativa noir.
Sin duda, Daredevil Noir es un muy buen cómic del género noir o cine negro, ya que representa de excelente forma las características oscuras y de drama criminal que uno espera al abrir las hojas, las cuales están llenas de un arte bastante realista, con un estilo parecido a Alex Maleev, pero que juega de una manera impresionante con las sombras y los fondos oscuros de dos o más colores. Con una estética de los 50, marcada por los crímenes mafiosos y juegos de moral, Daredevil Noir es una tremenda lectura para el lector ocasional, el de superhéroes y para el de novelas policiales.