"The Punisher: Welcome Home, Frank" de Garth Ennis y Steve Dillon
Un poco de historia: Frank Castle es un ex combatiente de Vietnam, que sobrevivió al infierno sin volverse demasiado loco. Las misiones se acaban, Castle regresa a New York, y se incorporó al NYPD. Tipo de principios, no acepta sobornos, y aparentemente es el único policía no corrupto en el pueblo. Se traba con la mafia, que intenta matarlo a él y a su familia. Obviamente, Castle sobrevive. No su mujer. Ni sus hijas.
Así las cosas, Frank se viste de negro, se enfunda en kevlar, se pinta una calavera en el pecho, consigue armas como un país cualquiera del tercer mundo y sale a matar delincuentes. Es juez, jurado y ejecutor. Es el terror del crimen organizado, de los bajos fondos, e incluso de los antisociales de ocasión. Si eres delincuente y te topas con él, cooperaste. Así de simple, así de fácil. En el mundo de Punisher no hay tonos grises: sólo los buenos y los delincuentes. Y de estos últimos, sólo hay un tipo que sirve: el delincuente muerto.
Un poco de historia detrás de la historia: Punisher fue creado por Gerry Conway y John Romita Sr. como un enemigo ocasional de Spider-Man, un malo que se transformó en bueno y que llegó a tener TRES revistas mensuales en los 80: The Punisher, The Punisher War Journal y The Punisher War Zone. La historia de Punisher en algún momento tuvo un arco titulado "Suicide Run", en el que Punisher moría y su lugar era tomado por varios reemplazantes —no confundir con "Reign of the Supermen"—. En 1998, el equipo creativo de turno convierte al Punisher en una especie de ángel de la venganza. En fin. Triste final para un personaje con tanta onda…
A esas alturas, en DC Comics/Vertigo, el tándem Garth Ennis/Steve Dillon terminaba de contar la historia de Preacher en su serie regular, con sorprendente éxito de ventas y crítica —sorprendente para un cómic ultraviolento en el que aparecen ángeles, demonios, Dios y John Wayne—. Y al gordito Joe Quesada, Editor-en-Jefe de Marvel, se le ocurrió una brillante idea: ¿qué tal si traemos de vuelta al Punisher a sus raíces, y se lo damos a Ennis/Dillon?
El resultado: "Welcome Home, Frank".
Punisher está de vuelta en su ciudad. Sin explicaciones, sin ángeles, sin historia previa. Nada. Todo lo anterior desaparece de un plumazo. Chao continuidad. Punisher, simplemente, vuelve. El azote de la delincuencia está de regreso en la ciudad. Y viene por más. Mafiosos del mundo, asústense. Nada ni nadie puede parar al Punisher si va tras de ustedes. Y en esta miniserie de doce números, Castle está desatado. Una fuerza de la naturaleza liberada en New York. Con un arsenal. Y con ganas de matar delincuentes, de la forma que sea: balas, cuchillos, explosivo plástico, lanzallamas y un largo etcétera.
Quentin Tarantino en su mejor día no derrama tanta sangre en sus historias como Ennis y Dillon. Y lo mejor es que se nota que la dupla creativa disfruta del personaje. Adicionalmente, le ponen un par de secundarios para relajar un poco la vena, pero no mucho más. Esto es una carnicería: Frank Castle versus los malos. Mis apuestas están por Castle, obviamente.
Las tintas del antiguo ayudante/amigo de Quesada, Jimmy Palmiotti, no están nada de mal, claro que a veces dan la impresión de que el tipo trabajó muy a la rápida. Pero nada grave. Las portadas de Tim Bradstreet, por su parte, si bien no tienen ninguna relación con la historia de cada número, son espectaculares.
Esta maxiserie de doce números, publicada entre abril del 2000 y marzo del 2001, cubre el regreso de Punisher a New York y su enfrentamiento con la Familia Gnucci. Con algunos ingredientes más en la sopa: el detective Soap, eterno perdedor asignado a “detener” a Punisher; una serie de “expertos” asesinos contratados por los Gnucci, serie que termina en El Ruso; tres pseudo-Punishers que administran justicia —contra los flaites, contra los delincuentes corporativos, y contra los pecadores—; y tres vecinos de edificio de Frank con los que este, un poco contra su voluntad, se termina relacionando.
Esta historia es ideal para quien no sabe absolutamente nada del personaje. No requiere mayor introducción, tampoco la tiene. No necesita historia previa. La primera viñeta es una página completa, con Punisher encañonando un traficante. Tampoco es necesario conocer a los personajes secundarios antiguos —Microchip no aparece ni mencionado—. Y abre el camino para la edición de 37 números de Marvel Knights, y para la de 60 de Marvel MAX —prácticamente todos con guion de Ennis—.
Si quiere saber por qué The Punisher pesa lo que pesa en el Universo Marvel, lea The Punisher: "Welcome Back, Frank".
Luego me da las gracias.