MR - "Fight Club 2" #008-009: "Ideas breed us" por Chuck Durden
Aviso de Spoilers: La reseña que sigue a continuación trata los sucesos más recientes de la serie revisada, por lo que puede desvelar detalles argumentales importantes para quienes no estén al día. |
Tal como sabrán, Fight Club 2 lo vengo siguiendo mes a mes desde su especial del Free Comic Book Day. La serie que partió bien, tuvo una leve caída pero de la que más tarde se recuperó desde el número #006 , y ahora nos trae un impactante "casi" desenlace en los números #008 y #009.
Hago esta reseña para reafirmar que la serie es lo mejor que hay en el mercado actual si te gustan las "metanarraciones".
FIGHT CLUB 2 #008-009
Editorial: Dark Horse
Publicación: 23/12/2015 – 24/12/2016
Guion: Chuck Palahniuk
Arte: Cameron Stewart
Reseña: La Cavalletta
Ideas breed us.
Esa es la patada inicial para un cambio total en la historia del Club de los Coscorrones. Sebastian —nuestro protagonista y padre del año— está más cerca de encontrar a su hijo y el mundo a su alrededor se desmorona. Pero antes de eso, detengámonos en la frase "las ideas nos engendran". ¿Qué es Tyler Durden? La otra personalidad de Sebastian, o al menos eso es lo que supimos en la primera parte de Fight Club. Esta vez, Chuck Palahniuk ahonda más en el concepto de Tyler Durden, dejándonos en claro cuál es su origen y qué demonios es.
¿Quieren saberlo? Será un spoiler relativamente grande.
Ok, bajo su propio riesgo.
Tyler Durden es un plan, una idea, una idea engendrada… y precisamente, cuando ya asumimos este concepto de Tyler Durden, el autor pasa por un bloqueo mental en el proceso de crear un "plot twist" —como si cambiar el concepto de Tyler no fuera suficiente plot twist—. ¿Cómo sabe esto el autor? Pues él mismo aparece en el cómic, lo vemos agobiado por esta idea y trama que ni siquiera él mismo puede controlar y consulta a un grupo de mujeres, editoras, que en tono de burla se ríen en su propia cara de su historia inmanejable.
Pero… debe haber una conexión con los personajes y la crisis creativa del autor. Claro. ¡ESO ES! Tyler Durden es un plan, ¿cierto? Un plan tiene un autor y en este caso es el mismísimo Chuck. Es decir, Chuck es Tyler Durden. Espera un segundo, Sebastian vive en crisis igual que Chuck. En otras palabras, Sebastian también es una prolongación de Chuck. Fight Club es protagonizado por Chuck mismísimo.
Chuck es un manipulador, por más de 30 páginas nos transmite su crisis, pero en realidad todo es planeado, la manera en que Sebastian se conecta con Chuck y cómo su desastre coincide con el momento del autor es totalmente calculado y coordinado. Tyler Durden y Sebastian podemos decir que reflejan las dos caras de Chuck Palahniuk: Tyler es el caos, la anarquía, y Sebastian es la realidad, la víctima que debe vivir en un sistema con reglas. Algo es seguro con esto, que el Fight Club no es solo una novela "fantasiosa" es un concepto real, que creció y se desarrolló dentro de la mente de un hombre.
Ideas breed us.
Las ideas nos engendran.
El Fight Club es engendrado y tuvo su nacimiento ahora, en estos dos números, y estamos presenciando un parto sin anestesia.
Claramente no hay que hablarlo… hay que vivirlo, y solo lo puedes vivirlo leyéndolo. Una experiencia narrativa solo comparada con Flex Mentallo de Grant Morrison. Explorar la desesperación en su complejidad es un trabajo difícil, ver al protagonista pedir a gritos un plot twist, ver que al autor le exigen un plot twist. Acá se refleja muy bien cuando un autor jamás corta el hilo umbilical con los personajes que crea, de forma explícita y casi palpable. Relatos paralelos en su expresión más gloriosa e irónica.
Fight Club es una lección que no debes dejar pasar. Antes de crear un personaje, piensa que en algún punto compartirás su universo, y en algún punto tendrás que intervenir, aunque tu personaje pida otra cosa.
Esta es la razón por la que Chuck quería hacer esta secuela en cómic, Sebastian pasa completamente a un segundo plano, los golpes reales son los que se dan las ideas dentro del cerebro del autor. Pero el autor no puede dejar de ser como es, irónico y sarcástico. Y cómo no serlo si tiene una armada de niños progeriosos lanzando granadas contra la corporación de Tyler Durden.
Esto es surreal.
Ahora descanso en el suelo tras el K.O. que Angel Face me dio. Me levanto y mi cabeza viaja a una realidad quebrada, mientras Chuck me grita SLIDE SLIDE SLIDE.