Deadpool en "Uncanny X-Force": hacer lo correcto enfrentando el apocalipsis
¿Por qué es conocido Deadpool? Es un mercenario, está loco, tiene un leve problema de acné y hace bromas. Muchas. Si algo caracteriza al Merc with a Mouth es que es un personaje cómico que raya el absurdo, propenso a historias livianas con altas dosis de humor. Esto, particularmente en series corales, tiende a hacer que los guionistas no se lo tomen en serio y lo usen como mero alivio cómico, un globo amarillo para hacer reír en medio de la acción.
Y luego está Uncanny X-Force.
Sin duda, como todo trabajo de Rick Remender, las opiniones y valoraciones de esta etapa son muy polarizadas. Siguiendo los pasos de Craig Kyle y Christopher Yost de su entonces recién acabada etapa en X-Force Vol. 3, el californiano se colgaba del regreso de la identidad Archangel del mutante Warren Worthington para construir un misterio en torno a este, en lo que sería el gran motor de su nueva serie, llegando a ramificarse incluso en sus posteriores Uncanny Avengers.
Pero no los he convocado aquí para hablar de Uncanny X-Force, eso tendrá que esperar para otra ocasión. Lo que me interesa rescatar de esta serie fue cómo se conjugaron distintas personalidades, donde Wolverine, Psylocke, Angel, Fantomex y Deadpool se unían en pos de un objetivo claro: eliminar a las amenazas antes que estas lleguen a nuestra puerta, y más importante aún, cómo estas misiones mellaban en la psiquis de cada uno de ellos. Específicamente, en Deadpool.
Por un lado, nuestro Mercenario Bocazas cumplía una de sus funciones usuales: era un personaje muy entretenido, que aligeraba la seriedad y pesadumbre que inundaba la serie, el alivio cómico necesario en una serie como esta. Parte de su encanto es este y Remender lo sabía conjugar muy bien, con situaciones como Deadpool narrando en voz alta como si estuviera en una novela detectivesca camp, mientras intenta salvar a Angel en un ataque fallido en la Luna.
Al mismo tiempo, Deadpool ofrece un punto de vista diferente al resto de los protagonistas. Tras las bromas se oculta una profundidad emocional, un deseo de demostrar que puede hacer lo correcto ante todo, mostrando un gran compañerismo y sacrificándose en pos de los demás. Un rasgo que define a Wade Wilson bajo la pluma de Remender es que su locura oculta una necesidad por ser aceptado, una búsqueda de validación que lo lleva a darlo todo por lo que cree es lo correcto.
A diferencia de los demás protagonistas, Deadpool no tuvo un arco argumental dedicado a él. En cambio, su desarrollo fue una constante de fondo en cada una de las misiones realizadas por el equipo, donde se dejaba entrever los rasgos de su personalidad. Tras el asesinato de la versión infantil de Apocalypse por parte de Fantomex en ”The Apocalypse Solution”, Wade llama a los demás miembros del equipo por su preocupación ante esta situación. Pese a que, llegado el momento, nadie fue capaz de cruzar esta línea salvo Fantomex, la aprobación de sus acciones eran algo inconcebible para él. Cuando Logan, molesto por su crítica le dice “Eres una garrapata, un mercenario chupasangre sin corazón, motivado solo por el dinero”, Wade le responde ”Sí, pero nunca he matado a un niño”; más aún, tras marcharse del lugar, Warren les revela que Deadpool nunca cobró los cheques que había estado recibiendo durante todo un año por parte del millonario mutante, demostrando nuevamente que lo que realmente mueve al mercenario es su intención de hacer lo que cree es correcto, a su manera. Momentos como este nos mostraban en Deadpool una sorpresiva brújula moral, la voz de la razón en los escenarios adversos. Parecía inesperado, pero la visión de Remender permite esta lectura, pues el guionista nos demostraba una personalidad dañada en búsqueda de aceptación.
Pronto se revela que Fantomex había clonado al niño Apocalypse en secreto y lo cría en un entorno artificial para crecer como Evan, una buena persona y un héroe. Esto refuerza el debate moral presentado en ”The Apocalypse Solution”, donde la gran pregunta era si la maldad es inherente en cada ser o es adquirida por la crianza. El papel que Evan jugaría en el arco de Deadpool es uno de búsqueda de redención, representaba su esperanza. Su preocupación por el pequeño lo llevan a defenderlo a él y a su ideal, pues si alguien como Apocalypse podía ser criado para ser un héroe, esto era prueba que Wade también podía cambiar y ser una buena persona, aceptado y validado por los demás superhéroes.
En una de las misiones conversando con uno de sus compañeros, Deadpool admite que aceptaba las “estúpidas misiones” de Wolverine porque ello era ”lo más cercano a una familia que nunca he tenido.” El círculo se cierra en ”Final Execution”, donde la nueva Brotherhood of Evil Mutants, encabezada por Daken, rapta a Evan para intentar volverlo el villano que estaba destinado a ser y así vengarse del abandono sufrido por Logan.
Con tal de proteger al pequeño y lo que este representa para él, Deadpool, habiendo perdido recientemente sus poderes regenerativos, hace todo lo que está a su alcance por cuidarlo y defenderlo, acercándosele a un nivel personal en un intento por llegar a su corazón antes de ser completamente corrompido. “Moriré por proteger a este niño”, nos asegura, y su sacrificio y entrega se ven recompensados cuando, terminada la misión, Evan le dice ”En mi punto más bajo fuiste el héroe que apareció para salvarme.”
El personaje más improbable termina siendo la salvación de un niño perdido en sus propias inseguridades. La guía moral en la oscuridad, Deadpool nos demuestra que incluso los aparentes casos perdidos tienen el potencial de ser mejores personas si les damos una oportunidad.
Tal vez, después de todo, su redención es posible.