"Harbinger: Renegades" de Joshua Dysart, Lee Garbett y Barry Kitson
El primer arco de la serie, "Omega Rising", se encargó de introducirnos en la vida de Peter Stanchek y Toyo Harada, dos caras de una misma moneda que moldearían la sociedad en la que se desenvuelven a través de sus inconmensurables poderes y el impacto de sus acciones. Cuando dejamos a Peter, este había huido del alcance de Harada junto a Faith pero se encontraba malherido y en desventaja. ¿Cómo enfrentarse a Harada y sus Harbingers?
Reuniendo a tus propios Renegados.
El Cómic
Si ven más abajo en la sección "Dibujante" y "Entintador" verán un montón de nombres. Tantos artistas trabajando en tan pocos números sin duda nos asegura un caos visual… Pues para sorpresa de todos, por suerte no es así. Mientras Joshua Dysart continúa en los guiones, en estos números tenemos un desfile de talentos artísticos acompañando al guionista, cambiando número a número. La jugada funciona particularmente bien si tenemos en cuenta que cada número es una pequeña historia autocontenida, donde se nos presenta y profundiza a los nuevos personajes que formarán parte del grupo de Renegados de Peter Stanchek. Así, "Renegades" se perfila como un trabajo coral que logra sorprender por la suma de sus partes, todo coordinado por el talento y guía de Dysart.
Renegades
Harbinger #006-010
Guionista: Joshua Dysart
Dibujante: Phil Briones, Barry Kitson, Lee Garbett, Khari Evans, Pere Pérez, Matthew Clark, Álvaro Martínez, Dimi Macheras, Brian Thies
Entintador: Andrew Hennessy, Phil Briones, Barry Kitson, Lee Garbett, Khari Evans, Pere Pérez, Stefano Gaudiano
Liderada por el poderoso psíquico Toyo Harada, la Harbinger Foundation es una organización secreta que ha controlado y subvertido el curso de la historia reciente. Con un ejército secreto de soldados psíquicos a sus órdenes, nadie se ha atrevido a desafiar los planes de Harada para la raza humana... ¡Hasta ahora! Peter Stanchek, el alumno más poderoso de Harada, ha descubierto la naturaleza verdadera de la Harbinger Foundation y hará todo lo que pueda por detenerla. Con un puñado de reclutas de Harada en sus manos, Peter tratará de formar una resistencia…
Crítica
Lo primero que llama la atención es el tono optimista con el que nos encontramos en esta tanda, comenzando con Harbinger #005, que contrasta bastante con lo visto en los primeros números. En "Omega Rising" veíamos la difícil vida que llevaba Peter Stanchek, huyendo del Project Rising Spirit, lidiando con drogas, depresión, dependencia, y cómo cada vez que se relacionaba con alguien terminaba lastimándolos de una u otra manera; y llegando a la Harbinger Foundation las cosas tampoco mejoran, dándose cuenta de los terribles planes de Toyo Harada y que únicamente querían convertirlo en un peón más. Todo esto lleva a Peter al límite, lo que nos deja en este nuevo punto de partida.
El principal objetivo de Joshua Dysart en este arco es presentar nuevos personajes —o siendo más exactos, nuevas iteraciones de algunos de los personajes clásicos de la serie en los noventa—. Peter se da cuenta que si quiere sobrevivir y detener los planes de Harada necesitará ayuda, por lo que inicia un plan para reclutar a a potenciales psiots que la Harbinger Foundation tenía identificados, pero que para sus estándares eran los menos aptos. Básicamente, se une a lo peor de lo peor, el enemigo que menos esperaría el magnate.
Así, la estructura de este arco dedica un número a la presentación o profundización de cada personaje, permitiéndonos conocer más sobre Peter (Sting), Faith (Zephyr) y Kris, a la vez que nos presentan a Charlene (Flamingo) y John (Torque). El trabajo de Dysart en este aspecto es muy bueno, dejándonos rápidamente claro las claves que definen a cada uno; la limitación física de Torque, la vida subyugada de Flamingo, la búsqueda de significado de Zephyr, el impulso de Kris y el eterno camino de redención de Peter. Cada número aporta una nueva capa a los personajes y los acerca al lector de forma muy real. Durante estos números también nos reencontramos brevemente con Livewire, quien se convertirá en un personaje clave en el panorama editorial más adelante. Su aparición es breve, pero augura cosas mayores para ella.
De la misma manera, el conflicto que se proyecta de fondo va creciendo con cada número que transcurre. El Project Rising Spirit y la Harbinger Foundation continúan la persecución de Peter, por lo que la sensación de urgencia es latente desde el principio. Incluso en este aspecto las maquinaciones son constantes, con un PRS manejado desde las sombras por Harada, manipulándolos sin que estos se den cuenta para hacer el trabajo sucio por él. Cuando el enfrentamiento finalmente alcanza a nuestros protagonistas, la batalla es explosiva.
Como dije al comienzo de esta reseña, los artistas cambian número a número, e incluso en una sola entrega podemos encontrarnos con más de uno haciendo las labores artísticas. A pesar de ello, el look del arco argumental se conserva relativamente constante; parte de esto se le debe atribuir al colorista Ian Hannin, quien participa en 4 de los 5 números, lo que otorga cierta homologación a un nivel visual, necesaria con tanto salto artístico. No cabe duda que hay artistas mejores que otros, unos más apropiados para el relato que otros, y puede que a más de alguno el cambio de estilo gráfico —que dentro de todo son relativamente consistentes entre sí— les choque en cada número… pero considerando la difícil situación con la que se enfrentaron, creo que a pesar de todo el resultado es satisfactorio.
El principal impulso de Peter es redimirse del daño que hizo a su fallecido amigo Joe. De cierta manera es un arma de doble filo: por un lado esto lo lleva a querer enfrentarse y detener a Toyo Harada, el gran villano en activo de la editorial, quien controla empresas, economías y países enteros a su antojo, con el solo propósito de llevar a cabo sus planes de mejorar el planeta cualquiera sea el precio; por otro lado, sus buenas intenciones ponen constantemente en posición de peligro a personas inocentes y seres queridos, peligrando de forma automática cualquiera que se le acerque. Si a esto se le suma la inseguridad y desequilibrio mental que Peter posee, el resultado es un protagonista sumamente complejo, alejado de los habituales jóvenes optimistas que nos topamos en los cómics, pero también de los antihéroes violentos o incomprendidos. Stanchek no es más que un joven perdido, en busca de su lugar en la vida y un propósito por el que luchar.
Con las capas de conspiración política y gubernamental, un maniático controlador como némesis absoluto y un desequilibrado ultrapoderoso como nuestra única esperanza, Harbinger no es más que un montón de pólvora esperando el chispazo para estallar.