Cine: "Attack the Block" de Joe Cornish
Hacer películas con el corazón siempre resulta un ejercicio interesante. Gracias a estos esfuerzos se nos llena la videoteca con filmes de culto, pues mal que mal, el corazón no va de la mano con el dinero. Attack the Block es exactamente eso. Una película de culto y de mucho corazón, pero con nulo éxito comercial, al menos no al nivel de, por dar algún nombre como… no sé, ¿Star Wars?
La trama
Un grupo de delincuentes juveniles, dirigidos por Moses (John Boyega), se la pasan perdiendo el tiempo en un bloque de departamentos en Kennington, Londres. El grupo es ese típico de criminales de poca monta que vagan de cuadra en cuadra pateando piedras y haciendo algún dinero fácil.
Para lástima de la enfermera llamada Sam (Jodie Whittaker), el grupo decide asaltarla. Casi a punto de completar el crimen, un destello del cielo baja y cae sobre un auto cercano como si un meteoro se tratara. Este incidente le permite escapar a Sam, pero el extraño suceso trae algo más grande que un juego de luces.
Moses trata de llevarse algo del auto destruido, pero una extraña criatura lo ataca. Sus compañeros de pandilla lo salvan, quedándose con el cuerpo del extraño visitante. Ante la posibilidad de hacerse famosos con el descubrimiento, conservan el cuerpo, pero pronto descubrirán que esto es solo el comienzo: más destellos caen en la cuidad, dejando claro que esto es una invasión a gran escala. Su única esperanza es refugiarse en el bloque de departamentos, que a fin de cuentas, es el lugar que más conocen.
Comentario
Attack the Block es esa típica película que te llega de oídos. Esa película que dicen “échale una mirada” y terminas viendo una película poco convencional, con mucho potencial, donde se nota que hay corazón pero poco dinero. Y es que a pesar de que Attack the Block a mi gusto no es tan buena, se nota que hay cierta pasión a este cine de aventuras juveniles tipo The Goonies pasados por ese filtro inglés tan particular.
El director, Joe Cornish, tira unos cuantos dardos a la sociedad inglesa, que parece que ha olvidado a esa juventud que vaga por esos bloques de departamentos, asignados lejos del centro londinense. De ahí es que a veces los personajes no caigan tan bien como deberían, preocupados más del dinero fácil, la marihuana y los videojuegos que de salir del bloqueo social en el que están. Son parias de la sociedad, limitados en sus acciones, pero interesantes al fin.
La invasión alienígena es la perfecta oportunidad de salir fácilmente del bloque mediante la fama, pero al final se tuerce porque los protagonistas muerden más de lo que pueden tragar. Aquí hay un interesante paralelo con los mencionados Goonies: rehusarse a un destino preestablecido es el gatillo a la aventura. Claro, para los Goonies es algo voluntario, mientras que para Moses y sus chicos parte como algo voluntario pero escala a otro nivel: la supervivencia.
En la película se pasean numerosos personajes clichés, lacras sociales que no dejan de ser queribles en ciertos aspectos: el yonqui que no sabe qué está pasando, el viejo sabio dador de consejos —o una versión retorcida de esta, encarnada por Nick Frost— o el villano que está ahí como factor extra. La película los presenta de manera ligera y entretenida.
Y es la presentación del todo donde se hace notar el corazón de la película. Se percibe que no hay mucho presupuesto, no para una película de esta envergadura, pero hay afición en las tomas, el uso de los pocos efectos especiales, las locaciones —justificado en el guion incluso— y a los actores. Al final, la película destila algo juvenil en ella.
Conclusión
No es un guion grandioso, no tiene las mejores actuaciones, pero si tiene algo interesante en ella, un par de buenas críticas a la sociedad y una buena historia. Seguramente será la película de culto para muchos, mas aún con Boyega dando vueltas en Star Wars. Quizás su error sea el centrarse en un público de cierta edad, pero es un tipo de decisión que se toma con el corazón. De culto, sí señor.