"Star Wars: Darth Vader and the Ghost Prison" (2012): cómo escribir historias sobre villanos
Estimados Lectores:
Contar historias desde la perspectiva del villano no es tan fácil como muchos guionistas quieren creer. El hecho de que los villanos sean populares no significa que todos puedan contar una historia interesante sin un protagonista "bueno". La mayoría de ellas, intentando humanizar al personaje, lo convierten en un ser débil y poco interesante, incluso muchas veces pierden eso que nos atraía al mismo: su maldad. Creen que un villano complejo es un villano gris o trágico. Pensemos en Maleficent, o las precuelas de Star Wars.
Pero creo que es posible crear una historia compleja, con personajes interesantes y oscuros, donde tu villano alcance enorme profundidad y carisma, pero siga siendo un ser despreciable. Lo odias, pero adoras odiarlo. No deja de ser el villano, pero lo entiendes, sabes de dónde viene su odio. Una historia así es de la que hablaremos hoy. Darth Vader and the Ghost Prison.
Esta historia es escrita por nada menos que Haden Blackman, quien ya había trabajado en el pasado como guionista en múltiples cómics del universo Star Wars, tales como la colección de Tales of the Republic y Clone Wars Adventures. Pero probablemente les suene más por otro de sus proyectos: los videojuegos The Force Unleashed, donde sirvió como director y guionista del mismo. ¿Tengo ya tu atención? Debería.
El arte es entregado al un tanto más desconocido Agustin Alessio, quien por regla general se dedica a la creación de portadas y una búsqueda rápida en internet no muestra más trabajos completos de él. Lo cual es una lástima: el arte es muy bueno en general, casi como pinturas llenas de colores oscuros que embriagan a esta historia de exactamente la atmósfera adecuada que requiere.
La historia en sí
Sin entrar en demasiado detalle —porque honestamente espero que se den el tiempo de agarrar este cómic—, Darth Vader and the Ghost Prison sigue el reporte de un oficial del Imperio llamado Laurita Tohm poco tiempo después de la derrota de los Jedis. Después de haberse graduado como oficial, Laurita debe auxiliar a Darth Vader y al Emperador cuando un ataque terrorista deja a este último malherido, al borde de la muerte. Con los sistemas de la galaxia aún decidiendo sobre su lealtad a Palpatine y con la fuerte sospecha de que el ataque fue cometido por hombres de las filas del Imperio, Vader y el oficial, acompañados por el misterioso cyborg Trachta, deciden que deben llevar a este último a un lugar donde nadie lo buscaría: la Prisión Fantasma, una oscura y secreta instalación Jedi que se liga directamente con el pasado de Anakin Skywalker y su paso al lado oscuro.
La primera gran virtud de esta historia es crear villanos con motivaciones comprensibles. No suficiente para justificar sus acciones, muchas de las cuales son especialmente siniestras e incluso macabras, sino que para decir "entiendo cómo este personaje es como es". Y no solo nuestro trío de protagonistas, sino incluso los oficiales del Imperio más secundarios. Por primera vez puedo comprarme que sigan ciegamente a Palpatine, ¡o incluso que algunos de ellos se nieguen a hacerlo! De pronto la caricaturesca República entregando todo el poder a un sujeto con capa y que se ríe malignamente adquiere un nuevo grado de complejidad. Incluso el odio hacia los Jedis parece de pronto justificado.
Nuestro personaje principal es Laurita Tohm, un brillante pero oscuro oficial que posee la mitad de su rostro quemado. Cuando inicié la historia pensé que esto sería otro "Laurita se da cuenta que el Imperio es malo, bububu", pero lo que me encontré fue un complejo e interesante camino de un soldado que está dispuesto a dar su vida por el Imperio y el Emperador, incluso si ello implica tomar decisiones frías y a ratos despreciables. Este sujeto es maldad encarnada, y a medida que el cómic avanza se hace más evidente, pero no es una caricatura: es un personaje con motivaciones, con un sentido del deber que hace lógico que luche hasta las últimas consecuencias por Vader y el Emperador.
El cyborg Trachta, sorprendentemente es quien otorga la mayor dosis de humanidad. A medida que el cómic avanza y las acciones de los personajes se tornan más y más oscuras, pareciera ser el único que se pregunta "momento… ¡esto no está bien!" Lo cual es curioso, porque él mismo comete bastantes actos dignos de desprecio, pero como Laurita, de alguna forma comprendemos cómo ha llegado a realizarlos e incluso las justificamos. Este personaje regresa en otras historias más adelante, así que es un buen punto para entender el por qué de lo que hace en otros cómics.
Quien sorprendentemente alcanza un enorme grado de profundidad es el mismo Darth Vader. No estoy exagerando: este cómic comprende a Anakin Skywalker de una manera mucho más realista y menos exagerada que las precuelas. Comprendes por qué hace lo que hace, incluso su odio hacia los Jedis, a tal punto que en cierto momento yo mismo consideré que los Jedis eran unos verdaderos cretinos. Esta historia realmente pone en perspectiva todo el tema de la Orden de los Jedis tomando decisiones en secreto por considerarlo "correcto". Quizás los Jedis realmente necesitaban ser aniquilados después de todo.
La historia tiene un ritmo rápido, con cinco números que se pasan volando a medida que la historia nos sumerge en un aspecto de Star Wars que no conocíamos del todo, tratando con extremo respeto a los personajes que ya conocemos pero atreviéndose a tomar riesgos con los mismos. Mi única queja pasa por las secuencias en la Prisión Fantasma, que a ratos son extremadamente caóticas —culpo un poco más al arte, no tan adecuado para secuencias de acción tan masivas—, pero todo es compensado con el número final. Quedé con la boca abierta. Es probablemente una de las historias más siniestras jamás escritas para el Universo Star Wars, pero en el mejor sentido posible.