"Bloodshot: The Rise and the Fall" de Duane Swierczynski, Manuel Garcia y Arturo Lozzi
Para poner un poco en contexto a los que no hayan leído la reseña anterior, Bloodshot es un antihéroe de la editorial Valiant, un soldado atormentado por sus crímenes de guerra y por la manipulación que ha sufrido en su vida. Resumiendo la historia pasada, nos presentaron al personaje; una máquina de matar creada por una organización privada para el gobierno, un soldado que lleva nanites en su sangre que le otorgan fuerza, velocidad, la posibilidad de hackear computadoras y sanar cualquier herida si come las proteínas necesarias. Además de presentarnos sus habilidades en combate, nos muestran el problema inicial de Bloodshot: no recuerda su vida, lo han manipulado implantándole recuerdos falsos para mantenerlo peleando por su país.
Tras librarse de estos recuerdos fabricados, intentaron matarlo con una meta-humana de nombre código Pulse; junto a ella y a la enfermera Katie se embarcará en una venganza contra la organización que lo creó, el Project Rising Spirit, y destruirá todo que se interponga en su camino con el fin de encontrar la verdadera identidad de Bloodshot. Lo que encontrará, sin embargo, es algo totalmente distinto.
Esta serie sigue enmarcada en el Universo Valiant. Relanzamiento de la editorial en el 2012 con cuatro series: X-O Manowar, Archer and Armstrong, Harbinger y Bloodshot. Las últimas dos están a punto de cruzar sus caminos y este es el arco de Bloodshot que lo coloca en este mismo curso.
Estamos próximos a ver a Valiant en el cine, con películas de Harbinger y Bloodshot como caballitos de batalla, y con el evento homónimo al cómic, Harbinger Wars, como gran plato de fondo. ¿Curiosos? Los invito a revisar de qué se trata.
Bloodshot: "The Rise and the Fall"
Bloodshot #005-009
Guion: Duane Swierczynski
Arte: Manuel García, Arturo Lozzi, Matthew Clark
Tintas: Manuel García, Arturo Lozzi, Matt Ryan, Stefano Gaudiano
Bloodshot se ha librado al fin de los recuerdos que lo atormentaban desde que despertó... pero el mayor de los misterios permanece. ¿Quién era antes de transformarse en un arma viviente? Ahora, alguien le ha dicho el lugar en el que encontrará todas las respuestas, pero no será fácil llegar hasta allí, y una vez que esté donde se ocultan, descubrirá que no es la única máquina de matar indestructible.
Durante cinco números, Duane Swierczynski nos llevará en una obligada historia de violencia y venganza por los pasillos de la organización Project Rising Spirit (P.R.S.) y hará de esto una batalla campal entre Bloodshot y su pasado. ¿El giro? Muchos de los enemigos a los que se enfrentará el soldado parecen sacados de los mismos 90 y le dan a esta historia un contraste especial que lo diferencia de su origen, por allá en la época dorada —o bañada en oro—. Tenemos que entender el contexto de una serie a partir de su más temprano desarrollo en un universo completamente reiniciado —no a lo DC ni a lo Marvel, sino completamente reiniciado—, y es fácil caer en comparaciones con lo que antes fue la historia del soldado con nanites. Son muchos los personajes que en esa era pudieron tener sentido, pero hoy son una alternativa bastante audaz. Es el Bloodshot de hoy contra los rezagos más descartables de su ayer.
La trama es simple: existe una bóveda en el edificio del P.R.S. que está fuertemente custodiada, por lo tanto es un secreto a descubrir y algo que le están ocultando a Bloodshot. Le dijeron que era la información de quién es en realidad, así que es hacia donde se dirige nuestro protagonista, usando las mejores técnicas de infiltración y destrucción que sus nanites le permiten.
Manuel García se luce en el dibujo de esta historia, entregándonos un montón de splash pages cargadas de balas y sangre, usando al máximo el recurso narrativo de la resistencia física del protagonista al castigo más brutal, pero también se nota que el artista es muy natural al dibujar la ira, la rabia y la frustración en la que Bloodshot se encuentra en casi cada viñeta.
No sé si esto es algo que cargarle a él, pero un punto importante de decisión artística es el diseño final que tienen personajes como el comando Chainsaw o el personaje Command, totalmente sobrecargados de partes mecánicas, ojos robóticos y ametralladoras. Como mencioné antes, en la narrativa esto da un efecto de la lucha entre el personaje y su pasado editorial, pero visualmente sigue siendo un poco chocante ver a una cuasi araña mecánica con ametralladora.
Sin embargo, otro personaje que sí tiene un gran diseño y es abordado magistralmente por García es la niñera Gamma; una desagradable psiot que mantiene confinados a los metahumanos "complicados" en entrenamiento, considerados así por el P.R.S. Es posible ver lo desagradable que es el personaje y cómo reproduce la repulsión en cada gesto.
Durante este arco es bastante poco lo que vemos del trabajo de Arturo Lozzi, pero se luce en las portadas y flashbacks del #006 de esta historia, sin embargo, no llegan a lograr el efecto nostálgico o la secuencia en primera persona que vimos en el arco anterior, incluso se desaprovecha la oportunidad de permitirle ilustrar el #007, el pequeño intermedio que es un recuerdo completo de la relación entre el protagonista y los niños psiot.
Para quien no esté enterado, este arco es el preludio de Bloodshot para el evento crossover que se conocerá como Harbinger Wars, y se entrega precisamente en los #008 y #009. Ahora, con eso en mente, el problema principal de esta historia es la cantidad de tiempo que pierde con unos personajes tan olvidables como el comando Chainsaw. Estos personajes le entregan una justa pelea y bastantes problemas al protagonista, pero son fácilmente superados cuando llega el momento, por lo que me gusta llamarlo el efecto Dragon Ball Z, y es que con el último grito de esfuerzo ya les partió la madre.
Olvidando a esos personajes, nos encontramos con un número intermedio que explica la relación entre el soldado y los niños psiot, un número completamente retrospectivo sobre cómo y cuándo era controlado por el P.R.S., enviado en misiones de recuperación de estos objetivos.
Conocemos a Gamma por primera vez y nos despedimos de un personaje aliado de Bloodshot en este arco, uno que no se va sin demostrar que le queda batalla, cuando por momentos la vimos debilitada y derrotada. Es un final decente para un personaje con el que no nos alcanzamos, lamentablemente, a encariñar, y al parecer tampoco Bloodshot hasta la escena final, lo que se siente un poco extraño.
Por último, como enlace al arco que viene, nos presentan a unos niños psiot; un pequeño y variopinto grupo de jóvenes con poderes especiales basados en su mente, similar a los X-Men, pero aquí fueron atrapados por una empresa que los utiliza como recurso en una futura guerra contra su más grande enemigo, Toyo Harada. Este grupo no es lo más cercano al protagonista, pero, a veces, debes aliarte con el enemigo de tu enemigo.