Zombies en la Moneda: ¡Estamos en Guerra, Señores!, el fin de la saga apocalíptica nacional
A principios de octubre, nuestros amigos de Mythica Ediciones lanzaron Zombies en La Moneda 6: ¡Estamos en Guerra, Señores! en el Café Literario del Parque Bustamante.
Sátira, humor negro y acción son los principales ingredientes —para nada secretos— en la preparación de esta publicación donde se festeja el cierre de esta magna saga nacional, celebrando a los guionistas y artistas chilenos que participaron en el proyecto, quienes de la mano con Mythica Ediciones dejaron su experiencia en un libro completo, donde podemos observar la imaginación del chileno, la ironía y bromas contingentes a la política nacional. Sin duda esta publicación, que ha tomado como herencia el trabajo de ediciones anteriores, conforma lo que sería el tomo final de este gran título chileno de historias sobre una posible realidad apocalíptica.
¡Estamos en Guerra, Señores! marca el final de este universo narrativo, en el cual los zombies poblaron nuestro largo y angosto país. Pero esta no es una historia típica de zombies, no, no señores; como es una historia chilena, tiene que estar llena de bromas, sarcasmo, ironía política y caos nacional en tan grandes cantidades como productos Fruna existen.
Tengo que ser honesto, leí este cómic desde la vereda de un lector que nunca leyó algo de la saga Zombies en la Moneda, pero no porque no me gustara, sino porque nunca había tenido la oportunidad de leerlo. Lo que sí, siempre supe por dónde iba la onda, siempre me llamó la atención su humor negro y crítica a la política nacional. La obra como tal, funciona, eso no se niega. Y funciona porque está pensado en su totalidad como una historia secuencial con una trama y, al mismo tiempo, como una historia modular que se puede separar en los distintos cuentos internos que funcionan tanto o más que la trama principal.
Zombies en La Moneda siempre fue un cómic especial, sin duda no dejó indiferente a nadie. Siempre tuvo críticas de parte de los lectores y alguno que otro artista/guionista de cómics, y si bien algunas no eran lo que se llaman positivas, es un libro y una historia que siempre dejaron cosas de que hablar. Con un contenido a momentos locamente caótico y de seriedad irónica, tiene situaciones que lo llevan a ser una gran obra, tanto como una novela gráfica, como trabajo colaborativo y de creación artística.
Para qué estamos con cosas, por mucho que esté sobreexplotado el genero zombie, esta saga debe ser una de las primeras publiciones contemporáneas que a la larga le dio cara al re-despertar del cómic nacional en el siglo XXI. Recuerdo ver el título en medios de prensa, televisión y etc.
En su momento fue el título que —paradójicamente— devolvió a la vida al cómic chileno, ahora con este Tomo 6 regresa en grande para cerrar el ciclo: el Chile invadido por zombies, narrado en un cómic nacional de tapa a tapa.
Guion y Dibujo
Este cómic debe ser lo más cercano a una piedra angular del cómic chileno reciente, cristalizando estilos narrativos y gráficos en estas historias cortas que individualmente entregan más sobre la trama, pero que en conjunto construyen la gran saga apocalíptica nacional. Tiene un guion escrito por un autor diferente en cada capítulo, al igual como sucede con los artistas y los dibujos. Los estilos tienen una variación de acuerdo a la trama. Los capítulos más dramáticos y serios tienen un estilo más realista, mientras que los capítulos más chistosos y humorísticos tienen estilo de caricaturas o con influencia manga. Todos los dibujantes hacen un excelente trabajo en cuanto a la estética que emplean; claro, unos más que otros, pero el trabajo se concreta con éxito. Y los capítulos que se dedican al humor te sacan más que una sonrisa. Eso habla bastante del plan editorial a la hora de maquinar quién escribiría qué sección y quiénes ilustrarían dichas partes de las historias. Esta variedad entrega frescura a la narración, pues incentiva el interés en la misma lectura.
El guion es bueno, no es la gran epopeya griega, pero es la forma en la que se narra la historia la que te llama a seguir leyendo y la que te entretiene. Las críticas a la sociedad actual se mantienen tal como lo hicieron en el Tomo 1, quizás en menor cantidad, ya que le dan el espacio para finalizar la trama, pero están presentes, por lo que el espíritu de Zombies en la Moneda no se ha perdido. En ese sentido, las autorreferencias se siguen incluyendo y en este libro se sobreexplotan para dejar una base en la que los nuevos lectores puedan ponerse al día rápidamente a medida que se lee.
Aunque hubieron cuentos que se caían en dibujo o en historia, son la característica del tomo que tenga extremos en el arte y el guion, por lo que en conclusión, me deja un saldo positivo al leer esta obra nacional.
Además, después de leerme "¡Estamos en Guerra, Señores!" corrí a conseguirme las entregas anteriores con otras personas para descubrir cómo es que habían nacido estos personajes, los cuales se ven bastante relevantes pero en mi primera lectura carecían del peso histórico que otros lectores sí podían darle al tener conocimiento de los tomos previos. Estos verdaderos héroes nacionales habían llegado hasta donde estan desde alguna parte, y tuve que buscarlo para averiguar de dónde venían y por qué estaba sucediendo esto. Bien por la editorial, te presenta una historia que por sí sola se puede sustentar, pero que también te genera esa curiosidad para saber cómo llegaste ahí.
La Edición
Las características técnicas del tomo son las siguientes:
17 x 24 cm, cerrado, con 134 páginas en blanco y negro impreso en papel bond ahuesado. Su portada es a color con solapas de 8 cm con información de la editorial. En la encuadernación vemos la técnica rústica, cosida y pegada a hot-melt.
Por otro lado, tenemos 11 cuentos cortos, los cuales están ligados con una trama central que finaliza la saga, como lo conversamos anteriormente. Entre cada cuento vemos cuñas famosas e importantes que ya son parte de la cultura de las editoriales nacionales. Frases de Nietzsche, Oscar Wilde, Winston Churchill, Alonso de Ercilla, entre otros, le entregan un contexto al tomo, caracterizándolo como una lectura popular, política y en algunos casos son verdaderas introducciones a las historias.
Dibujantes | Guionistas | ||
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Carlos Saavedra Cristián Montes Cristian "TEC" Díaz Cristóbal Jofré Dan "Dreg" Rodríguez Daniela Ramírez |
Jade González Javiera Constanzo Pablo Moya Rafael Nangarí Rodrigo Garrido Sebastián Lizana |
Ángel Bernier Cristián Grez Gonzalo Gorigoitía José Lagos Ahumada |
Kobal Manuel Mella Vilches Marco Rauch Sebastián Castro |
Las historias se dividen en las siguientes:
Prólogo: Lo que pasó
Guion: Sebastián Castro
Dibujo: Cristián Montes
Grises: Patricio Soto
Este debería ser el ejemplo de cómo empezar una historia así. Y lo digo con toda la responsabilidad que conlleva las palabras. Me explico. Este prólogo presenta todo lo necesario para que te puedas desenvolver en la historia, le entrega trasfondo justo y necesario a los personajes, te presenta la historia y por dónde va a ir la línea del cómic. Y la primera viñeta es un claro palo a la realidad nacional. Chile se fue a la mierda. Como les conté en la intro, la lectura del Tomo 6 la hice desde una completa ignorancia de las historias anteriores, pero esta introducción me entregó todo lo que debía saber para poder disfrutar el libro. Como lo mencioné anteriormente, eso habla bien del plan editorial para tomar a los lectores ocasionales o los que recién se están subiendo a la micro zombie.
Sin duda Sebastián Castro hace un excelente inicio para comenzar la historia, de la mano del arte Cristián Montes y el sombreado de Patricio Soto, es la carta de presentación del libro.
Cinco años después
Guion: Sebastián Castro, Manuel Mella
Dibujo: Dreg
Esta historia te presenta al eje villanesco pero de una manera distinta, con humor, diversión y con arte de Dreg que siempre es bienvenido y hace la lectura más que disfrutable. Referencias a cada página, la primera que noté fue el trono de Pinochet a lo Father en Fullmetal Alchemist, lo que encontré notable. Sin duda el diseño de los personajes se lleva la primera atención de la historia, además de cómo se cohesionan los personajes al momento de entablar la franja del mal, los secuaces y el bloque de ataque de Pinochet. Te presentan cómo están distribuidos los individuos y dónde están en el tablero de juego. Salomé Elric muestra su fidelidad y descubrimos qué pasa con la Presidenta Bachelet y al huevón que tiene por hijo su hijo Dávalos.
Las tripas del infierno
Guion: Cristián Grez
Dibujo: Daniela Ramírez
Me perdonará Dreg pero, para mí, aquí está el mejor arte de todo el libro. Fue la historia que me mantuvo más tenso de todas y la que más disfruté. En ese sentido, Daniela Ramírez entrega un ambiente lúgubre y bien logrado que se repite poco en la historia del tomo, lo que lo hace mi segunda historia favorita de todas. Cristián Grez te impone una historia sentimental, donde no tenemos otra posibilidad más que ayudar a sentir a Juan González, el periodista que está en busca de aclarar todo y desenmascarar la situación actual, pero que principalmente está en búsqueda de su hija Matilda. El camino emocional, la analogía del infierno y la lucha por sobrevivir es lo más destacable en los textos de Grez. En este cuento podemos ver cómo, por buscar una respuesta, se descubren dudas y dramas, pero también la ayuda de un inesperado personaje —para mí, nuevamente— aunque la historia hace que calce perfectamente. Un origen queda al descubierto y esto destapa el destino para nuestro periodista. La pregunta es si logrará llegar.
Campeones
Guion: Kobal
Dibujo: Cristóbal Jofré
Una de las historias más livianas del tomo, sin pretensiones, es un simple abanico de personajes, presentándolos en la historia, calcando el hecho o situación por la que fueron conocidos. Campeones nacionales que a la larga serán personajes secundarios que se reunirán con los héroes para batallar en la historia final, como tales funcionan en la historia pero no se sienten necesarios salvo por el hecho de que son famosos y al ser parte del contingente actual, supongo que era necesario agregarlos. Lo que sí le concedo es que la historia es graciosa. Más todavía si consideramos que Marco Rauch, editor de Mythica Ediciones está en el libro haciendo algo más que un cameo. De hecho, estoy seguro que esta historia es una analogía de cómo es Marco como jefe en la editorial y cómo le chicotea los caracoles a todos para que salgan las publicaciones. Estoy seguro, jajaja.
Tsicureo
Guion: Ángel Bernier
Dibujo: Javiera Constanzo
«Tsicureo» explica cómo se ve afectado el sector alto de Santiago con la invasión zombie, o mejor dicho, la falta de zombies. El arte de Javiera Constanzo es bonito y pulcro. Los ángulos de las viñetas y las posiciones se conjugan súper bien con la historia y con el monólogo del guardia, escrito por Ángel Bernier. En ese sentido, aquel texto es lo más relevante del cuento, aún cuando los diálogos ahondan la historia. Vivir en el paraíso puede ser un arma de doble filo.
La carretera
Guion: José Lagos Ahumada
Dibujo: Sebastián Lizana
Si con «Las tripas del Infierno» hice la distinción del mejor dibujo del libro, acá definitivamente tengo que hacer la distinción de la mejor historia individual del libro. José Lagos Ahumada se pega EL trabajo para crear un cuento que abraza la carretera, que en el contexto se transforma en el cable a tierra de la historia. Porque por mucho que sea una historia fantástica de ficción, este cuento es el ancla a la realidad. Los zombies en algún momento fueron personas, y como tales, merecen tener un último acto humano con sus restos. Que sean enterrados. Pero no tan solo eso, vemos cómo Ahumada toca temáticas más humanas, el bien y el mal, hacerlo por tu bien a pesar del otro, etc.
Vemos qué fue del pelado Jesús Barrera y su emocionante historia. Lamentablemente no puedo decir que su pasado me sorprenda porque en esos tiempos era algo común para la oposición a la dictadura de Pinochet, pero los textos y el dibujo hacen que uno sienta más las escenas. Sientes el dolor de la situación de un padre que ve a sus hijos sufrir así y ver cómo una persona cambia en frente de tus ojos. Sebastián Lizana te pega un «alcachofazo» con los negros y las sombras que simplemente funcionan, armándote un ambiente que te mete en la historia y te hace sentir ese vacío y pena con la que Jesús te narra el horror que tiene por pasado. Una historia muy bien lograda, tanto en dibujo como en guion.
Hay un tipo de justicia que nos espera…
Ataque al sello
Guion: Manuel Mella Vilches
Dibujo: Pablo Moya
Varios destinos se reúnen para seguir un solo camino. Nuestros héroes empiezan a poner en marcha su plan para atacar el origen de los zombies. Esta es otra de las historias que son bastantes livianas. Esto no significa que sean malas, solo que no destacaron por sobre las demás; solo al ocurrir uno de los momentos más relevantes e importantes para uno de los personajes del tomo, es que me volví a sentar bien y a releer lo que había sucedido. Debe haber sido una combinación entre el dibujo y el guion. Es difícil explicarlo porque, como lo mencioné, el guion tiene elementos muy emocionantes, que me deberían haber llegado al alma, pero simplemente no me cuajó como debería. Aún así, es una historia que debemos leer porque profundiza la historia en nuevos niveles que se destacarán en los cuentos posteriores. El estilo de Pablo Moya tipo manga es bastante agradable, y a ratos entretenido de leer. El texto de Manuel Mella Vilches lo encontré planito, pero abarcó correctamente lo que tenía que contar. Me dio risa sí que habían zombies que parecían mini-titanes.
Desechables
Guion: Marco Rauch
Dibujo: Rodrigo Garrido
Sin intención de ofender a Don Marco, está historia se siente como un relleno dentro del tomo. Fue como si en la reunión de pauta hubieran dicho «Cabros, nos falta meter a todos estos personajes políticos porque queremos que aparezcan, ¿qué hacemos?», «Metámoslos a la mala en diez planas».
Hubo hartos recursos cuyo uso me gustó y a ratos mi medidor de sátira política se elevó a niveles descomunales, pero lamentablemente se sintió muy apretado. A lo mejor se podría haber distribuido de mejor manera, o haber reducido algunos personajes. La bancada estudiantil batalla contra fantasmas del pasado y proyectos revividos, pero con la sorpresiva ayuda de personeros políticos reconocidos.
El dibujo de Rodrigo Garrido es bastante exagerado, con mucho juego de negros, grises y detallado. Salvo por algunos ejemplos, puedes identificar bastante bien a los políticos chupasangre. Hay one-liners bastante buenos que me sacaron más de una risa y un sacrificio que al leerlo tú dices «sí, este tipo haría eso totalmente».
Regreso a La Moneda, Parte 1 y Parte 2
Guion: Gonzalo Gorigoitía, Kobal y Manuel Mella
Dibujo Parte 1 : Cristian «TEC» Díaz y Carlos Saavedra
Dibujo Parte 2 : Jade González
Sin duda mi historia favorita de todo el cómic, sus dos partes. Se desenreda toda la maraña, todo queda develado y solo nos queda esperar lo mejor para nuestros héroes. Es el momento decisivo, todos se reúnen para pelear contra el régimen de derecha que trajo de vuelta a Pinochet y contra quienes desataron la muerte viviente en territorio nacional.
Se desencadena la guerra entre los famosillos y héroes nacionales contra los zombies para hacerse paso a destruir el sello y acabar con el dictador que está liderando la muerte en vida. Entre «TEC» Díaz y Carlos Saavedra se dividen las 2 partes y con mucha razón. Porque son estilos demasiado distintos. Díaz es estilizado, aseado y con trazos limpios y variados. Saavedra es más escandaloso, detallista y de estilo un poco más gore. Su pasado como tatuador no hace más que darle méritos y razones para participar en el cómic. Los personajes son bastante más característicos y se notan.
Nuevamente veo referencias a Fullmetal Alchemist y de la mejor manera. Pinochet parece una verdadera víctima de la alquimia, con intercambio equivalente y todo. La parte 2 de la historia está ilustrada por Jade González quien tiene a su haber muchas publicaciones importantes, varias de ellas en su inigualable estilo de manga, el cual me entretuvo bastante e hizo que bajara la velocidad de lectura para revisar y disfrutar de las reacciones de los personajes, los detalles y las escenas en general. Entre las referencias, la del robot hizo que se me vinieran a la mente demasiados mangas que usan esos controladores para pilotear mechas, los primeros siendo Evangelion y Tengen Toppa Gurren Laggan.
Las historias fueron de menos a más, aunque el contraste entre estilos se mantuvo bastante bueno en general. Regreso a la Moneda es el climax de la historia, por lo que los artistas tenían que entregar ese nivel de arte, pero en sus propios estilos. Encuentro una buena jugada editorial, dejar el estilo de Jade para la Parte 2 dadas las escenas que debían ser retratadas, llenas de sentimientos, acción y en general crear ese ambiente de batalla épica de peleas contra el jefe final y la desesperación final (TTGL). Es la conclusión justa para finiquitar la trama importante.
[NdE: Hubo una sección final que no fue adjuntada al momento de publicar donde se menciona el gran trabajo de Jade González. Le pedimos disculpas y la dejamos coordialmente invitada al apedreamiento público/completada bailable de la zarigüeya reseñadora que se le pasó.]
Epílogo: Puro Chile
Guion: Sebastián Castro
Dibujo: Rafael Nangarí Bade
Grises: Patricio Soto
El legado es nuestra única arma contra la destrucción de nuestra sociedad. Y es el legado, el que tenemos que elaborar y traspasar a nuestros hijos, que son el futuro de la nación. El epílogo nos muestra con un arte elegante y justo de Nangarí, los homenajes realizados a nuestros héroes nacionales que dieron todo por detener el avance de la dominación de la derecha de zombies. El epílogo entrega un final pausado pero con palabras agradables posterior a la acción que vivimos solo hojas atrás, permitiendo finalizar el libro como lo que es, un hito en la historia comiquera nacional.
Solo me queda decir 2 cosas brevemente. Zombies en la Moneda logra cerrar el ciclo iniciado en el "boom del cómic" hace varios años, con una historia entretenida, con bromas y seriedad, momentos de acción y emoción. Además de integrar verdades tanto políticas como momentos para analizar la contingencia nacional. En ese sentido cumple con creces la pega y les recomiendo leerlo como saga. Si no te dan las lucas/morlacos/tapas de botellas para todos los tomos, paradójicamente, este Tomo 6 es un buen comienzo, porque te despertará curiosidad por descubrir el origen de los personajes. Y si no te gusta, habrás leído una muy buena historia con un final justo y agradable. No pierdes por ningún lado. Si quieren comprar este tomo, pueden comprarlo a través de del sitio de Mythica Ediciones.
Por otro lado… Buen trabajo, cabros. Estoy seguro que Eduardo de la Barra estaría orgulloso.