4 Segundos de Alejo García Valdearena y Feliciano García Zecchin
La verdad sea dicha, me encantan las comedias de situaciones, esa categoría de programa de TV centrado en un grupo de amigos y sus interacciones más bien humorísticas. Entre mis favoritas están, de las ya extintas: Coupling, The IT Crowd, How I Met Your Mother y Friends, y de las aún vigentes, The Big Bang Theory. Todas centradas en un grupo de amigos distintos que, por alguna razón, están obligados a compartir buena parte del tiempo y el espacio, produciendo toda clase de resultados cómicos.
Sin embargo, la televisión tiene ciertos límites de contenido. Hay cosas que no se pueden decir o mostrar. Hay situaciones que podrían ser humorísticas pero que al no estar dentro de lo “políticamente correcto” no pueden utilizarse. Y encima, la TV yanqui es sumamente conservadora (la británica un poco menos).
La premisa de 4 Segundos es muy simple: una comedia de situaciones argentina, en un cómic. Cuatro ex-compañeros de colegio siguen siendo amigos y compartiendo el tiempo juntos, varios años después. Obviamente, todos son distintos (y mucho).
¿Quién es quién en este baile?
Aníbal es, de algún modo, el más normal del lote, tiene amigas y todo. Marcos es un poco más trancado, pero aún pasa por normal. Terli, por su parte, es una personalidad límite, que oscila entre el baile y el box. Y el Zurdo, bueno, es el Don Juan del asunto, el tipo sin límites ni principios, que trabaja en un videoclub (lo que permite que el grupo tenga acceso a películas porno en el único formato disponible a finales del siglo pasado: video cassette).
¿Se puede contar una historia divertida con semejante reparto? Se puede. Mucho. Pero sólo en formato cómic. Si 4 Segundos fuera una serie de TV, habría sido censurada al minuto dos del primer episodio.
La serie, responsabilidad de los argentinos Alejo García Valdearena y Feliciano García Zecchin duró apenas siete números, y fue reeditada hace unos años en un tomo único, hoy por hoy muy difícil de encontrar en las tiendas de cómics de Buenos Aires.
La temática de los números es la siguiente:
- Aníbal tiene una pseudo-novia, una francesa de nombre Nanet. El principal interés del Zurdo es saber si se depila (o no) las axilas.
- El abuelo de Aníbal lo cree homosexual (luego de descubrirlo, de niño, jugando con vestidos). Obviamente todo lo que pasa en este número no hace sino aumentar dicha creencia.
- Encuentro con los ex-compañeros de escuela. Y revisión de cómo algunos no han cambiado nada (especialmente el Zurdo, que mantiene las mismas costumbres en el baño). Terli descubre que la niña que le había gustado en el paradero es un ex-compañero devenido en travesti.
- Terli se hace boxeador. Un médico homosexual salva la vida del abuelo de Aníbal, que se convierte en el primer defensor de la causa gay.
- El hijo de Stalin está refugiado en Buenos Aires y atiende una pizzería. Sueños con pizza de piña.
- Los cuatro amigos se ganan un viaje a la playa. Un japonés patriota, con nombre de prócer. Los argentinos y los argelinos, al parecer, no son tan distintos.
- Ultimo número: el Zurdo tiene que cuidar la consulta de su tío dentista, que resulta ser en verdad un clandestino de venta de drogas.
Obviamente estoy resumiendo. Pero, de todos modos, ¿se imaginan todo eso en TV? Joey y Chandler por dos, sin Ross, sin las chicas, y muy subido de tono.
4 Segundos es una pieza única, una joya, una manifestación de cómic liviano, sin superhéroes, como herramienta de pura entretención, con un guion milimétricamente bien manejado y un dibujo acorde. Totalmente recomendable para leer algo distinto.