MR - The X-Files: Season 11 #003, el hogar es donde está el corazón
La emoción por el regreso de The X-Files continúa en alza, con nuevos trailers liberados y la hype machine funcionando a todos gas. Pero mientras esto ocurre, IDW Publishing continúa con la serialización de la Season 11 de The X-Files, y como siempre nuestro colaborador habitual Eduardo Álvarez nos acompaña con otra reseña del excelente cómic. En esta oportunidad, corresponde el segundo capítulo de la secuela de aquel añorado episodio de la Cuarta Temporada, “Home”.
THE X-FILES: SEASON 11 #003
IDW Publishing
Publicación:
07/10/2015
Guionista:
Joe Harris
Dibujante:
Matthew Dow Smith
Reseña:
Eduardo Álvarez
Sinopsis de la editorial: “Home Again”, Parte 2 de 3. A pesar de su status de fugitivo, Mulder continúa investigando Expedientes X a lo largo y ancho de Estados Unidos. Su última parada es una apartada granja, ¡que resulta ser el nuevo hogar de la infame familia Peacock!
POR RAZONES OBVIAS, EL SIGUIENTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS.
Después de leer este número, reconozco que tengo sentimientos encontrados.
Es perfectamente entendible que éste sea un episodio intermedio en la historia, y que como tal no brille por sí solo, pero la verdad es que es una entrega floja en relación a lo que el revival en cómic de la serie nos venía entregando. Como se vio al final del número anterior, Mulder, guiado y/o manipulado por el villano Gibson Praise, se encuentra cautivo de la adorable familia Peacock, quienes planean coronarlo con el dudoso honor de ser el nuevo patriarca y semental del clan. Mientras tenemos un leve indicio del objetivo de guiar al agente hasta esos parajes, Praise se dedica a actuar de manera muy odiosa con Scully, cuya participación es meramente testimonial, pues no hace prácticamente nada. Son páginas que se desperdician en una interacción inútil entre Scully y Gibson. Hay más viñetas perdidas, con el guionista contándonos una historia del pasado que incluye al padre de los Peacock, pero que en realidad no es muy interesante y aporta poco al desarrollo del argumento. Por último, el actuar de Gibson y su misterioso plan se torna demasiado inconsistente, y está por verse si la participación de los Peacock fue solo un intento de capitalizar la nostalgia o bien Harris tiene una buena explicación bajo la manga.
En el apartado técnico, como siempre la escritura de Harris es sólida, con diálogos atinados y dinámicos, y el dibujo de Matthew Dow Smith es elegante y ad hoc, pero creo que la falla del número está en relación al poco desarrollo de la historia. Sabemos que las 20 páginas de cómic pueden ser un espacio insuficiente para profundizar en hilos paralelos o personajes secundarios, pero en esta oportunidad el argumento avanza demasiado poco, y hasta el cliffhanger se antoja anticlimático y con poco impacto.
Es primera vez que tengo la sensación que Harris abraza sin tapujos el infame Decompressive Storytelling. De todas maneras, el guionista ha dado muestras de su calidad y se ha ganado la confianza, así que por mi parte tiene todo el beneficio de la duda para los siguientes números, un tropiezo lo da cualquiera.