"El Ánima del Puerto" (2013) de Mitomano Comics
Chile está lleno de leyendas. Es cosa de revisar su historia y darse cuenta que en cada asentamiento urbano hay personajes o situaciones que quedaron grabadas en el inconsciente colectivo; algunas son más conocidas que otras, pero todas comparten esa mística de vivir en “hubo alguna vez… hace mucho tiempo“ y de ser traspasada de generación en generación generalmente de forma oral o escrita.
ÁNIMA DEL PUERTO
Editorial: Mitomano Comics
Publicación: 03/2013
Guion: Manuel Canto Carrizo, Daniel Fernández Leiva, Oliver Figueroa Anabalón
Arte: Francisco Fernández Leiva, Pablo Santander
Color: Claudio Fernández Ramírez, Ximena Rodríguez Valenzuela
Edición: Revista de 64 páginas a todo color, dividida en 2 historias autoconclusivas más material extra (relato alternativo y fichas técnicas de personajes)
Reseña: Kishin
Lo que hoy nos reúne es un personaje basado en una de esas tantas leyendas que se tejen en esta delgada y larga franja de tierra, específicamente en el puerto de Valparaíso, V Región. Hoy hablaremos de Ánima del Puerto, una recopilación de dos historias que tienen como protagonista a Manuel Cummings, quien está basado en la figura de Emile Dubois.
¿Quién es Emile Dubois, se preguntaran? Dubois fue un inmigrante francés que se hizo famoso en Chile a comienzos del siglo XX al ser acusado y posteriormente condenado por matar, entre 1905 y 1906, a cuatro europeos que eran connotados hombres de sociedad. Según los cronistas de la época, las víctimas de Dubois eran usureros, por lo que el pueblo lo tildó en una especie de Robin Hood chileno, considerando los asesinatos como actos de justicia del proletariado contra la burguesía. Desde entonces, la cultura popular lo ha elevado al estatus de santo popular, transformando su cenotafio —no es una tumba, porque allí no están los restos de Dubois— ubicada en el cementerio de Playa Ancha (Valparaíso), en una venerada animita llena de innumerables placas de agradecimiento por favores concedidos. Interesante, ¿no?
El cómic
Manuel Cummings, mejor conocido como Ánima, fue un médico acusado injustamente de asesinar a una mujer en el Valparaíso de 1906. Capturado y sometido a juicio, fue hallado culpable y sentenciado a morir fusilado frente a la vista de familiares y amigos que no creían en su inocencia. Luego de morir, la cruda verdad salió a la luz: los asesinatos continuaron ocurriendo y él fue absuelto post mortem, haciendo que la gente poco a poco comenzara a rezarle al creerlo un protector del puerto tras morir de manera tan trágica. Pero si hay algo que nos han enseñado los cómics es que la muerte puede ser el fin de una historia, pero muchas veces es el comienzo de otra; tarde o temprano el universo se las arregla para restablecer las injusticias cometidas de maneras que van más allá de nuestra percepción.
“Deudas del Pasado“
Guion: Manuel Canto, Daniel Fernandez, Oliver Figueroa
Arte: Francisco Fernandez
La primera historia es perfecta para introducirnos a este mundo, ya que comienza con una pequeña explicación sobre quién es Ánima y por qué deambula por los cerros de Valparaíso, para luego dar paso a la historia en sí.
Todo inicia con Silvia, una desesperada madre que visita la animita de Manuel en el cementerio de Playa Ancha y le implora por ayuda ya que su hijo, Cristián, se encuentra muy enfermo. Su milagrosa recuperación sorprende y alegra a todos, sin saber que detrás de ella se encuentra una oscura fuerza del más allá conocida como Engüel, la que termina poseyéndolo y haciendo que incluso ataque a su propia madre. Ánima tendrá que utilizar todos sus recursos para separar el alma del inocente niño de esa siniestra entidad.
Todos hemos visto o conocido animitas donde hay un gran número de placas de agradecimiento y más de alguna vez nos hemos preguntado cuál es la historia detrás de cada placa, qué situación llevó a esas personas a depositar su fe en esos personajes y cómo esta fe les fue recompensada. Bueno, acá podemos ser testigos de cómo podría ser alguna de esas historias a través de una situación relativamente común, una madre que reza y pide ayuda para su hijo enfermo.
Es eso mismo lo que me pareció atractivo de esta historia, tomar algo corriente y mostrarlo desde la perspectiva de un espíritu que se mueve entre este mundo y otro, absolutamente imperceptible para todos nosotros. Sé que va en cada uno creer o no en los espíritus y/o en que hay algo más después de la muerte, pero no deja de ser interesante pensar que quizás estemos rodeados de fuerzas que van más allá de nuestra percepción, actuando de forma invisible y ayudándonos o perjudicándonos según sea el caso.
Los dibujos en general me gustaron bastante, salvo quizás los rostros que no me agradaron del todo, a pesar de que se lucieron a la hora de expresar lo que sentían los personajes. Este estilo puede parecer bastante genérico pero no por eso deja de ser bueno, con trazos mayoritariamente bien definidos y logrando que visualmente los personajes se vean bastante armónicos y “creíbles”, gracias también a pequeños detalles que sin duda aportan bastante, no solo a los personajes, sino que además a recrear la atmósfera del puerto de Valparaíso.
La paleta de colores no solo da esa sensación de “frescura” a la historia, también es capaz de generar el ambiente propicio para cada ocasión, con situaciones alegres y luminosas por momentos y otras más oscuras y terroríficas, logrando una buena transición. Tanto dibujo como color se complementan junto con el guion, logrando una gran combinación que entretiene, intriga y hace pasar un buen rato a quien la tenga en sus manos.
“Mas Allá de la Lealtad”
Guion: Manuel Canto, Daniel Fernandez, Oliver Figueroa
Arte: Pablo Santander
Esta segunda historia comienza en los cerros de Valparaíso con un hombre que ha bebido más de la cuenta y es perseguido por misteriosas y escalofriantes sombras. Ánima llega al lugar, pero las presencias se han ido sin que pueda hacer nada para seguirlas.
Por otro lado conocemos la historia del Diógenes, un vagabundo que junto a sus perros recorría los cerros de Valparaíso transformando la basura de otros en su tesoro y matando personas. Por azares del destino, Diógenes muere y recibe una segunda oportunidad para arreglar sus asuntos inconclusos, pero todos sabemos que a veces las malas costumbres nunca se olvidan y será trabajo de Ánima como el protector de Valparaíso detener al Acumulador, encontrándose en el camino con un nuevo aliado que lo ayudará.
Para mí esta historia habla sobre las decisiones que va tomando uno mientras vive, o cuando muere como en este caso, y cómo estas además de afectarnos a nosotros afecta a nuestro entorno. Ánima tiene prácticamente todo para ser un villano/espíritu malo ya que fue acusado, juzgado y sentenciado injustamente por un crimen que no cometió, muriendo y alejándose completamente de su esposa e hijos. Fácilmente podría ser un espíritu vengativo que recorra los cerros y el puerto buscando justicia, pero por el contrario, él es un espíritu que se dedica ayudar a los demás, continuando con la vocación que tuvo en vida.
Acumulador por su parte fue alguien a quien igual que Manuel la sociedad le dio la espalda, convirtiéndose en un psicópata. Aún cuando recibió una segunda oportunidad para enmendar lo hecho en vida, decidió continuar con sus asesinatos por decisión propia y para vengarse de la misma sociedad. El bien y el mal se generan a partir de las decisiones y acciones que toma y/o realiza cada uno.
El arte de esta historia está lleno de sombras, siluetas que se mueven en la oscuridad de los cerros y entidades de apariencia siniestra que, de topárselas cara a cara, de seguro causarían un gran terror. Los dibujos si bien no son del todo definidos y carecen de detalles, me encantaron, dejando bien en claro que a veces con poco se puede transmitir bastante. Ambas historias tienen elementos de terror, pero siento que es en esta donde resaltan de mejor forma y todo es gracias al dibujo, ayudado obviamente por una paleta de colores donde domina el verde y el negro, generando un buen contraste y dándole un acertado toque lúgubre y sombrío.
El uso de luces y sombras es realmente notable, usando de gran forma las sombras y apoyándose quizás en ese miedo intrínseco a lo desconocido que tenemos todos. Muchas veces asusta más una oscura y difusa presencia que algo completamente definido, una sombra moviéndose cerca genera más miedo que ver algo acercándose claramente, y sin duda el arte de esta historia saca buen provecho de eso.
Una historia de terror que no dejará indiferente a nadie.
Todos sabemos que el superhéroe que protege la ciudad de todos los villanos que deciden atacarla es un tópico muy recurrente en los cómics, y por lo mismo el argumento de ambas historias puede parecer bastante trillado. Ánima como el espíritu bueno que defiende y protege a Valparaíso de todos los espíritus y entidades malignas que lo acechan no difiere mucho de Batman protegiendo Gotham de su gran galería de villanos, pero lo que hace interesante a Ánima del Puerto es que ambas historias están inmersas en un contexto “real” que fácilmente podemos palpar por nosotros mismos.
Podemos ir al cementerio de Playa Ancha y encontrarnos con una animita rodeada de cientos de placas de agradecimiento, o simplemente podemos caminar por sus cerros de noche y sentir ruidos extraños que nos dan la sensación que algo o alguien nos sigue. Muchas veces somos testigos u oímos sucesos que no tienen una explicación "lógica", y es a través de las leyendas que podemos darle cierto sentido a esos sucesos. A veces es bueno dejarse seducir por la fantasía.
Tomar algo como los mitos y las leyendas chilenas, reinterpretarlos y usarlos como base para contar otras historias es sin duda algo notable, más aún si se conserva la esencia origina de éstos, y por lo mismo el trabajo de Mitomano Comics es digno de destacar.
Si quieren conocer más de Ánima o de alguno de los otros personajes de la editorial no duden en revisar su página web ya que ahí podrán descargar algunas de sus historias completamente gratis, además de comprar sus ediciones impresas.