"Fantastic Four" (1994) de Roger Corman: la primerísima (y malísima) película de los FF
Viajemos en el tiempo un par de décadas, a los 90. Marvel no solo no existe en el cine, sino que –además- está cerca de la quiebra producto de malas decisiones comerciales. Mientras tanto, DC Comics goza de muy buena salud, su sello para adultos Vertigo cosecha premios, buenas ventas y crítica, y las únicas películas de superhéroes decentes que existen son las de Superman (1978 y secuela en 1980) y Batman (1989 y secuela en 1992).
Marvel, sabiendo que tenía un universo de personajes con los que ganar dinero, hizo varios intentos en cine por esos años. En 1989 filmaron en Australia una versión horrenda de The Punisher (con Dolph Lundgren, ¡¡sin la calavera blanca pintada!!), tan mala que ni siquiera se estrenó en cines en USA (pero acá sí). En 1990 estrenaron directo a vídeo un intento de Captain America, en el que lo más relevante era que el actor protagónico era el hijo del escritor J.D. Salinger (el de Catcher in the Rye). Malos intentos. Pero -al menos- salieron en vídeo y la gente los pudo ver.
Sin embargo, todavía quedaba algo más en la manga de Marvel. La ignominia suprema, algo que hasta el día de hoy no se olvida. La película de los Fantastic Four de 1994.
Cuenta la leyenda que la productora Neue Constantin compró a mediados de los 80, por la módica suma de USD 250,000, los derechos para producir una película de los 4F, con fecha de vencimiento para el último día de 1992. Contrario a lo que la productora pensaba inicialmente, ningún gran estudio se interesó en filmar la película, puesto que sería demasiado cara de hacer, dada la gran cantidad de efectos especiales necesarios. Sin embargo, para no perder la opción, el día 28 de diciembre de 1992, la productora de Roger Corman comenzó a filmar la película, con un presupuesto de un millón de billetes verdes.
Roger Corman es un nombre fuertemente asociado al cine B, es decir, a películas hechas con el vuelto del pan, responsable de grandes clásicos como Piraña 2 o Carnosauro. Para él, un millón de dólares era un presupuesto enorme. Al menos lo suficiente como para contratar actores, encargar un traje de goma para The Thing, un palo largo con una mano plástica para simular el estiramiento de Mr. Fantastic y para pagarle al director de vídeos musicales Oley Sassone para que dirigiera todo el baile.
La película en sí no es mala. La historia es relativamente fiel al cómic, los actores tienen un cierto parecido con los personajes, pero con solo mirar el trailer queda claro que todo esto es un chiste.
La historia-detrás-de-la-historia dice que nunca existió una intención real de estrenar la película, y que Marvel consideró que la franquicia de los Fantastic Four quedaría tan irreversiblemente dañada con esta cinta que prefirieron devolverle a la productora las lucas invertidas (con algún dinerillo extra) para que se olvidaran de la película y destruyeran todas las copias.
Sin embargo, la película ya era un mito en ese entonces. La fanaticada sabía que se estaba filmando, pues se liberaron fotos de la producción, se publicaron notas en revistas especializadas (todo esto en una era pre-internet) y los fans no dejarían pasar la situación así como así.
La película nunca se estrenó formalmente, no existe dentro del canon cinematográfico, y jamás nadie la vio en cine. Sin embargo, algún fanático tuvo alguna vez acceso a una cinta de vídeo en la que estaba la dichosa película y la pasó a digital. Y hoy está hasta en YouTube. Así que no me crean a mí cuando digo que es para la risa. Vayan, véanla y opinen por su propia cuenta.