Fantastic Four de John Byrne, una carta de amor a Stan y Jack
Multiversiano Invitado: Coke Fuenzalida
Nacidos de las mentes de Stan Lee y Jack Kirby, los Cuatro Fantásticos llevan a su haber la no menor suma de 54 años enfrentado amenazas cósmicas, dioses devoradores de planetas, amenazas humanas e infrahumanas. Por sus filas han pasado diversos autores, algunos con mayor o menor notoriedad que otros. Para esta ocasión en puntual nos enfocaremos en este canadiense llamado John Byrne.
Es bien sabido el amor que profesa Byrne por el universo Marveliano. Fue dentro de esta casa comiquera en la cual el hombre se forjó un nombre y reconocimiento. Fue acá donde se forjó como autor completo. Guionista / Dibujante / Entintador.
Su paso por la insigne familia fantástica al día de hoy sigue siendo un referente. Su andadura en esta colección, que iría desde 1981 a 1986, traería consigo una frescura que a la serie ya le venía faltando. Con un ejercicio tan simple como "Back to the basics!", retomando y demostrando su gran admiración hacia Jack Kirby, John Byrne sabría darle su propia impronta a este grupo tamaño familiar. Para ello se valdría de todos los recursos argumentales necesarios e imaginables.
Dentro de los cambios más sutiles y notorios, los 4F ya no se estarían enfrentando al villano de la semana, sino que sus historias tendrían un mayor desarrollo, tanto en conflicto como en el crecimiento de los personajes. Es justamente en ese pequeño giro de tuercas en que los 4F saltarían, una vez más, al espacio. Su aventuras se volvían cósmicas. La Tierra ya no era suficiente y nuestros héroes combatirían amenazas a gran escala. Krees, Skrulls, Ego el planeta viviente, Terrax, Galactus, Dr. Doom y cómo no, nuestro siempre y atento observador favorito Uatu.
Byrne supo hilar tan bien sus historias que nos encontramos varios team-ups: Avengers, Alpha Flight, Black Panther, Spider-Man, Namor. Y claro, no podía ser de otra manera ya que, de una u otra forma, todos coincidían en ‘trabajar’ en New York.
El bueno de John supo rescatar con gran decoro la Zona Negativa, ese universo antimateria ubicado en alguna dimensión paralela, tan peligrosa y desconocida que hasta el mismísimo dios devorador, Galactus, la evitaba.
En este extenso run de Byrne, somos testigos de cambio de formación del grupo, uniformes nuevos, un look distinto en Sue Storm, un ciclo de meditación trascendental profunda de Ben Grimm perdido en el espacio, She-Hulk apareciendo de manera regular y otras tantas apariciones honrosas dignas de descubrir por ustedes mismos.
Para cerrar esta reseña solo queda decir que: John Byrne, en sus 5 años como autor a cargo de la familia ancla de Marvel, nos supo entregar maravillosas aventuras en las cuales supo mezclar el dramatismo, evolución de personajes y por sobre todo, amor y respeto desmedido por sus creadores.