Super Boys (2013), de Brad Ricca
Libros: Super Boys (The Amazing Adventures of Jerry Siegel and Joe Shuster – the creators of Superman)
Brad Ricca, 2013
La cultura popular está llena de historias que empiezan mal y terminan bien. Historias de gente creativa que tenía un sueño, que enfrentó múltiples rechazos, pero que finalmente logró que su sueño se hiciera realidad y terminó convirtiéndose no sólo en un referente, sino en dueño de un imperio.
¿Ejemplos? The Beatles, que fueron mal evaluados prácticamente por todos los sellos de Inglaterra y finalmente “aceptados” por Parlophone, y 45 años después de su disolución siguen vendiendo discos. George Lucas, a quien ningún estudio le quiso filmar su fábula espacial, hasta que 20th Century Fox decidió darle la opción, pero sin mayor interés comercial en la licencia, lo que le permitió a Lucas ganar plata hasta el hartazgo con juguetes y merchandising. Harry Potter, escrito por una madre soltera desempleada, no logró ningún interés en las editoriales inglesas y hoy es la saga de libros más vendida de la historia; J.K. Rowling tiene una de las fortunas más grandes del Reino Unido. Y obviamente hay más.
Sin embargo, hay otro ícono de la cultura pop, relacionado con el bien y el “sueño americano”, que está asociado a una historia no tan feliz. Como todos sabemos, Superman fue creado a finales de la década del 30 por dos jóvenes de Cleveland, Jerry Siegel y Joe Shuster, y “comprado” por National Publications por la ridícula suma de 130 dólares. Luego National (hoy DC) se convertiría en un gigante comercial y sus dueños ganarían millones de dólares, pero siempre dejando fuera a quienes concibieron al personaje.
Este libro de Brad Ricca se centra precisamente en la historia de este par de amigos, que tenían un sueño de fama y fortuna en común durante la gran depresión de los años 30. Los orígenes de sus familias, cómo llegaron a América, sus años de juventud, sus primeros pasos en diarios escolares y concursos locales de dibujo, sus múltiples intentos de entrar en el mercado, hasta la aparición del personaje que se incorporaría de manera permanente en la mitología occidental del siglo pasado. Todo esto relatado desde la investigación, de manera entretenida y con un punto de vista que permite sentirse en medio de lo que está pasando, casi al lado de este par de creadores, entendiendo sus sensaciones (y decepciones)
Claro que la historia no termina en la publicación del azuloso ni en su venta a la editorial. Sigue, con el cambio de vida de los autores, matrimonios, divorcios e hijos. Con el enojo hacia National. Con los intentos de recuperar el personaje, los juicios, las reincorporaciones. Con la aparición de Superboy y la Kryptonita como elementos para tratar de recuperar el control. Con la amargura de ver cómo Superman se va convirtiendo en un omnipresente ícono americano, cómo todos se forran de plata y ellos no.
Esta no es una historia alegre. Para nada. Incluso su final podría haber sido trágico. Jerry y Joe viviendo apenas, como un par de adultos mayores obligados a trabajar casi por el mínimo, mientras la industria que ellos prácticamente crearon sigue creciendo y dando trabajo a muchísimos profesionales, pero no a ellos. Sin embargo, aparecen los fans que descubren este drama y lo hacen propio. Y aparece Neal Adams, quien en definitiva logra arrinconar a National y conseguir dos cosas: una pensión vitalicia para Jerry y Joe y la restitución de su nombre como creadores del azuloso. De no ser por Adams, no veríamos el “Created by Jerry Siegel and Joe Shuster” en cada cómic, película o dibujo animado de Superman. Al final se hizo justicia, como en toda historia de Superman.