Convergence, Semana 4: Una última vez
Esta fue una semana interesante en el Universo DC, ya que acaba de terminar The Multiversity, cerrando una historia que es una “Crisis” en todas las de la ley (salvo por el nombre), tenemos la tanda de tie-ins que nos trae de vuelta los mundos del multiverso de Crisis en Tierras Infinitas que no vimos la semana pasada y además dio inicio el arco Darkseid War en Justice League #40, el cual hace oficial lo ya mencionado en The Multiversity sobre las crisis (básicamente que todas ocurrieron a nivel cósmico, pero que fueron borradas de la historia de Earth-0 tras Flashpoint… léanlo, se entiende mejor), además de hacer una referencia expresa a Convergence. No se emocionen, no es que haya sido una revelación importante o que este evento se volvió relevante de repente… la referencia fue algo como “Brainiac es un pelotudo y lo que está haciendo es una pérdida de tiempo”.
Si han venido leyendo mis artículos semana a semana, habrán notado que no tengo una muy alta opinión sobre la serie central, principalmente por su falta de ritmo y enfocarse en los puntos más aburridos de la trama. Afortunadamente esta semana no es más de lo mismo, ya que a pesar que se decidió abusar de las splash pages, la historia por fin agarró vuelo y, para variar, pasan cosas. Por un lado están los héroes de Earth-2 junto con Deimos en Skartaris, una ciudadela que providencialmente se encuentra dentro del planeta Telos. La verdad no conozco casi nada sobre Warlord (el cómic de donde provienen Deimos y Skartaris), pero presenta claramente un mundo de fantasía, con una apariencia y habitantes lo suficientemente diferentes para dar variedad y un tono más exótico, porque la verdad ya se ha vuelto algo aburrido solo ver la monótona superficie del planeta o ciudades más o menos normales.
La otra arista se enfoca en Dick Grayson, el cual es salvado por Telos. En este punto pensé que ésta parte del cómic solo sería una horrible sesión de tortura y monólogos aburridos acerca de lo importante que es su misión, lo cual en parte ocurre, pero lo relevante es que Grayson logra que Telos deje de ser tan estúpido por un momento y contemple las consecuencias de sus acciones. No logra hacerle cambiar de opinión porque su programación parece ser más fuerte, pero al menos todo el intercambio es mucho más grato de leer que las escenas de Telos en los números anteriores.
Hacía el final del número ambas subtramas convergen (ja), revelándose el motivo por el cual los viajeros del tiempo se encuentran encerrados: Deimos utiliza el poder de los viajeros del tiempo que tiene atrapados para invocar a Brainiac, el cual sigue en su pokebola tal como lo vimos por última vez en Futures End, justificándose al fin una relación más directa entre ambas series.
Los tie-ins siguen siendo el punto positivo del evento, lo cual ha sido la constante hasta el momento. Aun así, siento que esta fue la semana más fuerte en cuanto a calidad. Action Comics nos da una muy buena argumentación sobre por qué la relación de pareja entre Lois Lane y Kal-L es tan icónica, sirviendo de paso como un palo gigante para la situación de los personajes en su versión actual y que a partir de junio parece que empeorará aún más, además de recuperar por 2 meses al Superman envejecido sin los traumas y malos ratos que sufrió en Infinite Crisis. Los números Blue Beetle y Booster Gold son un caso especial, ya que son complementarios a lo que se contó en Futures End: Booster Gold e incluso resuelven un aparente error de continuidad que hay que explicar:
En ese especial, el Booster Gold pre-Flashpoint “rebota” de domo en domo, mostrando personajes con sus poderes en activo, lo cual contradice uno de los efectos principales que tienen estos domos, cortar poderes. Lo mismo ocurre en Convergence: Booster Gold, donde Booster Gold de los New 52 junto con Rip Hunter terminan en el domo donde fue a parar la Booster Gold pre-Flashpoint por otro “rebote”, siendo atacados por la Legion of Super-Héroes con sus poderes activados. Sin embargo, en Convergence: Blue Beetle se nos muestra que un efecto colateral de esos “rebotes” es que mientras esa versión de Booster Gold se encuentre al interior de un domo, anula sus efectos haciendo que los personajes recobren sus poderes... claro, mientras permanezca ahí, ya que si se va, el limitador de poder vuelve a operar.
El número de Crime Syndicate es otro que tiene un sentido especial, ya que es el único protagonizado por villanos... al menos nominalmente. Vale la pena leerlo ya que es un muy buen contrapunto a todos los demás tie-in y en sus primeras páginas hace una sutil pero punzante crítica a Forever Evil. Detective Comics, Infinity Inc. y World’s Finest (que está enfocado en los 7 Soldiers of Victory) son quizás los números menos atrayentes, pero no por ello son aburridos; es más, el número de Infinity Inc. se siente fresco por la dirección artística que se le dio y que podría aprovecharse en el futuro.
Los últimos números que me queda por mencionar fueron los que sentí fueron la nota alta de esta semana. Shazam! y Plastic Man and the Freedom Fighters abordan mundos que tienen sensibilidades distintas: el mundo habitado por la Familia Marvel es de una naturaleza más inocente por lo que la presencia de un bombardero suicida es una muestra de cómo el encierro los llegó a afectar, mientras que Earth-X sigue siendo un agujero inmundo y el domo solo hizo peor la situación. La esencia de ambas Tierras es perfectamente capturada y son un buen complemento a las versiones modernizadas que vimos en The Multiversity, al menos temáticamente, ya que Shazam! es muy similar en tono a Thunderworld Adventures y demuestra que una versión más clásica de la familia Marvel tiene potencial sin depender Grant Morrison. Algo parecido ocurre al cotejar a Plastic Man con Mastermen, ya que si bien no se parecen tanto, muestran facetas diferentes de ese mundo. Una miniserie en Earth-10 que recoja elementos de ambos especiales podría fácilmente dar lugar a una historia con un tono y éxito similar a Superman: Red Son.
Y finalmente queda Justice Society of America, el cual fue por lejos mi número favorito de esta semana. La gran mayoría del cómic se enfoca en los achaques y cambios en los ritmos de vida de los miembros de la JSA, los cuales al ser privados de sus poderes se les vinieron los años encima y con ello vino la contemplación sobre su propia existencia. Básicamente se trata de ancianos haciendo cosas de ancianos, por lo que la premisa a simple vista puede ser aburrida. Donde yo le encontré un valor especial es al verlo así: son personajes que están retirados y no solo dentro de la historia, sino también editorialmente. Estas versiones en específico sobrevivieron al paso del tiempo y a la infinidad de veces en que fueron dejados de lado, arreglándoselas para volver, hasta que los New 52 eliminaron todo su legado y los reemplazaron con personajes que comparten sus nombres, pero que no se sienten como ellos (y que para colmo después hicieron mierda con esa semanal horrible World’s End). Era su hora de descansar... pero se sentía un vacío, y ese mismo vacío es reflejado en las observaciones que se hacen durante este cómic. Faltaba algo, una última gran aventura para la generación dorada de DC que le fue privada por lo intempestivo del reboot. Y eso es lo que tenemos aquí: a la JSA recuperando su juventud y sus trajes anticuados a cambio de vivir con tiempo prestado, pero con más arrojo que cualquiera de los inventos sin alma de Lee, DiDio y Harras.
Con esto llegamos al Ecuador del evento y todas las fichas están puestas, a partir de la próxima semana se van a empezar a conocer los desenlaces de las peleas... ojalá tome un giro para bien y no termine en un baño de sangre. ¡Hasta la próxima semana!