Mangapolis - "Aku no Hana" de Shūzō Oshimi
Charles Baudelaire. Nacido en 1821, era un artista de las letras. Fue considerado también uno de los tantos "poetas malditos" debido a la visión del mal que se mostraba en sus obras, como también por su loca vida bohemia repleta de excesos.
Ya, ¿y acaso estamos en una clase de literatura? Pues no, pero este poeta tiene mucho que ver con nuestro manga del día de hoy. Si quiere conocer la trama tras Aku no Hana (sin spoilers, claro) y encontrar el nexo con lo recientemente señalado, entonces siga leyendo.
惡の華 Aku no Hana | Las Flores del Mal
Guion y dibujo: Shūzō Oshimi
Años de publicación: 2009 - 2014
Cantidad de volúmenes: 11
Takao Kasuga es un estudiante come-libros por excelencia. Su preferido es Les fleurs du mal de Baudelaire, el cual se ha repetido incontables veces y que además es casi su biblia, pues no lo suelta en ningún momento. Como típica historia desarrollada dentro de la escuela, a Kasuga le gusta una de sus compañeras de clase. La elegida: Nanako Saeki. En realidad la atracción es mucho más fuerte que un simple "gustar", pues la idealiza tanto que parece estar enamorado. Lamentablemente, las cosas comienzan a complicarse un día que accidentalmente olvida su preciado libro en la sala de clases.
Al llegar al aula para retirarlo se da cuenta de que no es el único que ha olvidado algo: a Saeki se le ha quedado su uniforme de gimnasia, el cual Kasuga toma, abraza y olfatea, porque claro, esos trozos de tela han tocado el cuerpo de su chica, su musa. En medio del proceso escucha un ruido y, completamente asustado, guarda las ropas bajo su camisa y sale corriendo con estas a su haber.
Estando en su hogar por fin se percata de lo que ha hecho. Se asusta bastante, pero no le tomará el peso suficiente hasta el día siguiente, cuando por la escuela corra el rumor de que existe un pervertido que ha robado las ropas de Saeki. Avergonzado y con mucho sentimiento de culpa Kasuga querrá volver a dejarlo donde estaba, no sin antes encontrarse con Sawa Nakamura, la chica más rara y antisocial de la clase, quien le confiesa haberlo visto justo en el momento que este robaba la ropa de su compañera.
A partir de este momento la vida de Kasuga se volverá un eterno castigo gracias a Nakamura, quien se aprovechará de lo débil y manipulable que es el chico para así extorsionarlo a su antojo, todo bajo el juramento de no decir nada si éste sigue sus órdenes, o de contar absolutamente todo en el caso de que le desobedezca.
Nakamura le obliga a ser su "amigo" y a seguirla donde vaya, cosas que a Kasuga obviamente le molestan, pero que sigue con tal de que su secreto no se desvele; sin embargo, debido a todo el tiempo que pasan juntos, él se da cuenta de que ambos están comenzando a disfrutar de la compañía del otro, y de que Nakamura está realmente sola, siendo él su único apoyo. Ambos detestan la ciudad en la que se encuentran y desean escapar de esta, moverse a otro sitio, pero la relación entre ambos sigue siendo tan caótica y extraña como en un principio, a pesar de ahora conocerse más el uno con el otro y haber desarrollado más sentimientos además de una simple repulsión.
Los tres personajes protagonistas de Aku no Hana tienen personalidades muy distintas en un comienzo, pero todas sumamente bien tratadas. Podríamos separarlos fácilmente en lo bueno, lo malo y lo regular.
Nanako Saeki sería la pureza, lo correcto, lo que está bien. Es una chica muy popular tanto por su belleza como por sus acciones. Es la que mejores notas saca en su clase, es amable, atenta, y mil cosas positivas más. Casi perfecta.
Por otro lado, Sawa Nakamura es absolutamente todo lo contrario. Nadie de la clase le habla, es distante, fría, la con peores notas (los exámenes los rompe o no los entrega), insulta a sus profesores, es grosera con quienes se le acercan. Un caso perdido, la rebelde imposible de domar.
Y al final tenemos a este joven en medio de las dos chicas, que podría representar el término medio. Si bien Takao Kasuga parece cualquier adolescente japonés común y corriente (tanto físicamente como en su personalidad), su mentalidad no está tan sana como parece a simple vista. Desea poder irse lejos de todo lo que le rodea, lee libros extraños, y además, es un pervertido en secreto.
A pesar de que en el principio todas estas personalidades sean tan opuestas, en algún momento de la obra vemos cómo estas se complementan, cómo lo claro tiene también un lado oscuro, cómo lo malo puede poseer algo bueno y así continuamente, lo que nos da mucho más realismo dentro de la historia, pues sabemos que las cosas no son sólo de una manera o de otra: todos somos grises. La perfección no existe, sólo la idealizamos.
La versión animada de este manga debe ser una de las mayores controversias dentro de los animés más actuales. Salida en el 2013 y con sólo 13 capítulos (que obviamente sólo abarcan un poco del manga), esta serie visualmente hablando es ABSOLUTAMENTE TODO lo contrario al manga. Pero todo.
Muchos se acostumbraron al trazo de Shūzō Oshimi, a sus fondos detallados, a las expresiones de sus personajes (algo que jugaba muy a favor al momento de mirar las viñetas de Nakamura), a los rostros infantiles de los protagonistas, entre otros aspectos, y aquí nos entregaron algo alejado al cien por ciento de esto.
El animé fue actuado por completo con actores (sí, tipo live-action) para luego utilizarse la técnica de la rotoscopía, la que nos brindó un "diseño" de personales obviamente mucho más adulto y realista que en su versión ilustrada, donde se perdió mucho la expresión y rasgos de los personajes, los que a veces ni siquiera tenían nariz, algo duramente criticado por la mayoría de los fans del manga. Kasuga pierde su aire de chico cualquiera - incluso loser -, pareciendo un joven normal o hasta bacán en el animé (sólo si hablamos de su físico, claro), y Nakamura, quien al menos a mí me parecía hasta guapa en el manga, aquí es una asiática poco agraciada de look aseñorado.
En definitiva: o te gusta, o lo odias. A mí personalmente me agradó bastante a pesar de que las cosas que mencioné anteriormente de igual modo me molestaron, pero es básicamente porque nunca pude sentirme cómoda leyendo el manga. Si bien el dibujo es genial, a mi parecer la historia es demasiado potente, seria y adulta para su estilo, el que en ocasiones podría pasar tranquilamente por un shoujo cualquiera. Creo que el estilo tan diferente del animé es perfecto para una historia así de particular.
La música es una de las cosas que hicieron realmente bien en esta versión, tanto en los acompañamientos como en su Ending, excéntrico y tétrico a más no poder. De verdad deben buscarlo y oírlo.
El manga ya finalizado se compone de 11 volúmenes, los cuales se publicaron bajo el sello de Kodansha. Por el lado hispano quien se llevó la licencia de esta genial obra fue Norma Editorial, quien nos sorprendió a todos con su publicación por no ser una historia demasiado famosa ni de la línea que acostumbran tocar (Aku no Hana, al igual que Oyasumi Punpun, es un título muy conocido, pero sólo entre el público "under", aquellos que acostumbramos a leer más seinens que éxitos en ventas como Naruto o Fairy Tail, por ejemplo).
Hasta ahora llevan editados 4 tomos, de los cuales tres ya se pueden comprar en nuestro país a un precio que oscila entre los $8500 y $9000. La edición no tiene nada extraordinario, es tan simple como la japonesa, aunque ya sabemos la calidad de la editorial española, por lo tanto es la oportunidad perfecta para comenzar con esta colección en caso de querer tenerla en formato físico.
Aku no Hana no es algo que pueda gustar a todos. Algunos arcos del manga (sobretodo al principio) son sumamente lentos, cargados de dolor psicológico, pero lentos y aburridos al fin y al cabo, lo mismo con el animé que parece interminable en toda su primera mitad, pero a medida que avanza nos vamos sumergiendo más y más en todo, y se convierte en una historia sumamente atrapante y delirante, con capítulos realmente sublimes.
No pueden saber si les agradará o no si no lo han leído antes, por lo tanto los invito a todos a probar un poco de esta flor del mal.