"300" (1998) de Frank Miller
Publicada originalmente en cinco números, la novela gráfica creada por Frank Miller para Dark Horse ha sido reeditada múltiples veces, adaptada al cine por Zack Snyder y citada absurdamente como fuente histórica.
En el año 480 Antes de Cristo, el avance del ejército persa de Jerjes I para conquistar todo el mundo conocido, avanza peligrosamente hacia la Grecia continental. Un emisario de Jerjes es enviado a Esparta para poner los términos de sumisión ante el rey Leonidas. Ante la prepotente actitud del emisario, Leonidas lo arroja a un pozo de agua, desatando la guerra entre Esparta y el reino persa. Pero una fiesta religiosa impide que el rey de los espartanos salga con todo su ejército al encuentro del enemigo, por lo que solo utiliza su guardia personal: un comité de 300 soldados espartanos bien entrenados.
Ante tal desventaja numérica, Leonidas planea elegir el paisaje del combate de manera muy cuidadosa. La Thermopilas (las puertas calientes o del infierno) serán el lugar elegido, por ser básicamente un pasillo angosto donde la ventaja numérica del ejercito persa no es valida.
300 como obra, no deja de ser un ejercicio interesante de leer, si es que se toman bien las premisas adecuadas. Primero, el relato debe ser tomado como que lo que es: un cuento relatado por un espartano. Desde esa perspectiva, se justifican el carácter casi xenofóbico de la obra con respecto a los persas, el enemigo invasor. Retratados como salvajes y desordenados guerreros que no poseen estrategias militares, siendo un masa que ataca a tontas y a locas.
Por otro lado, las costumbres espartanas, mucho más salvajes que los persas, son justificadas con su estructura social que los prepara como guerreros, siendo la muerte en combate su premio máximo.
Esta singular perspectiva también justifica el poco apoyo que se ve por parte de Tespios y Tebanos que encuentran en su camino hacia la batalla, apoyo que lograra formar un ejército de unos 7.000 soldados, y no los 300 a los que evoca el título de la obra.
Leonidas es retratado como un personaje unidimensional, sin dudas a la hora de elegir su destino. La actitud del personaje no cambia durante toda la historia, siendo este tipo de personajes el gran fetiche de Frank Miller en toda su obra: ver por ejemplo al Bruce Wayne de The Dark Knight Returns, a los protagonistas de la serie Sin City y a este Leonidas. Miller lleva años escribiendo al mismo personaje, un remedo entre Harry Callahan y el General Patton, que justificarán sus actos como medios para proteger su visión de la libertad. A veces le resulta y otras no tanto. En este caso resulta, dada la aproximación del relato. Leonidas hará el sacrificio máximo para que toda Grecia vaya a la guerra.
En el dibujo, Miller opta por usar dobles páginas en su edición en original, como si fuera una sola plancha, dando resultados bastantes cinematográficos. Su posterior recopilación en libro de tapa dura convierte esas dobles páginas en páginas únicas en formato apaisado, lo que lo da como resultado un cómic atípico ya desde su misma presentación física. El color corre a cargo de la habitual colaboradora de Miller, Lynn Varley que dota al paisaje de un agreste tono cepia, resaltando el rojo de la sangre y las capas espartanas.
Un comic de influencias históricas, pero visto desde una perspectiva subjetiva, donde los valores espartanos son intransables y donde el autor parece comprometido en hacerlos ver con un romanticismo gallardo. Una de las últimas grandes obras de Frank Miller.