"Daredevil" (2006) de Ed Brubaker y Michael Lark
De entre las grandes etapas de Daredevil, el run de Ed Brubaker es por lejos el más polémicos de todos, y a más de media década desde que fuese publicado sigue dividiendo a los fans del Hombre sin Miedo. ¿Fue una de las tantas etapas gloriosas del diablillo de Marvel? ¿Pudo el guionista comprender al personaje? A continuación pasamos a revisar estos 38 números de la colección del superhéroe de moda por estos días, aquí en su web especializada favorita.
Se puede afirmar que mientras duró este equipo creativo, la serie se divide en 4 momentos claramente identificables, al punto que casi parecen ser 4 series muy diferentes. Incluso, puedes escoger cualquiera de estos puntos para empezar lectura y todo será autocontenido (y si tienes algunas dudas, existe Google y listo).
I. Buscando la Identidad Propia (Daredevil #82-99)
Los primeros 17 números de la colección se dividen en tres arcos, más algunos especiales que sirven de descanso para Michael Lark en los dibujos, y a la vez para expandir el guion para profundizar en ciertos secundarios. Para muchos el mejor arco es justamente el que inicia esta etapa The Devil in Cell-Block D, y méritos no le faltan. Aunque comienza algo lento, la composición de página repite una cuadricula de 12 viñetas por plana, la conclusión de la historia es simplemente maravillosa. Luego de un especial viene The Devil Takes a Ride, 5 ejemplares que comienzan muy mal en términos de calidad pero que nuevamente culminan de forma maestra. Aquí ya se ven 2 características que acompañarán, para bien o para mal, el resto de esta etapa: Brubaker manejará de forma brillante a los secundarios e incorporará personajes nuevos u olvidados en la serie; y llevará al abogado ciego al extremo de sus torturas mentales y culpas, lo que desembocará en un héroe quebrado, cabrón y para muchos demasiado llorica.
Por ultimo vienen lo que es para mí lo mejor de toda esta etapa, To The Devil, His Due, cinco entregas que abren el juego de manera soberbia, la líneas argumentales se expanden y enredan, los misterios y mentiras están por doquier y ya no se sabe en quién confiar. Para este entonces Matt Murdock ya es un verdadero hijo de P... y todo su entorno tendrá que hacer malabares para contenerlo.
II. Dividiendo a los Fans (Daredevil #100-106)
Y llegamos a los 7 números de la discordia. Ya habiéndose alejado lo suficiente el equipo creativo de la gigantesca sombra que significó la etapa de Brian Micahel Bendis y Alex Maleev, deciden dejar su marca para siempre en el canon de Daredevil. Para esto primero redefinen a un villano (de forma notable, dicho sea de paso) y a la vez convierten a Murdock en un tipo insoportable. En lo personal considero que el guion justifica de excelente manera los cambios en la personalidad del superhéroe, ya que este es sometido a incansables pruebas que lo hacen evolucionar a nuevos parajes; ahora, que el resultado no sea del gusto de todos es otro tema (que pueden argumentar acá mismo en los comentarios del post).
Es inevitable además no decir que por lejos la mítica etapa de Frank Miller es el gran referente de estas historias, pues quieren hundir a Matt en lo más hondo que se pueda llegar, al fondo de sus miserias y horrores, para luego resucitarlo en un DD renovado y purificado, claro, lo que Miller hizo en un par de números aquí se demoran decenas, y tal vez eso disgusta a muchos lectores.
III. Haciendo un Break con un Colega Inmejorable (Daredevil #107-110)
Cruel & Unusual fue un arco de apenas 4 episodios que luce con méritos propios por varias razones. Por un lado es un aire fresco a la serie, se aleja de tantos traumas existenciales y se centra en el terreno policíaco y aventura clásica. Por otro lado el guion es co-escrito por Greg Rucka, y eso se nota. Y mucho. Por primera vez en toda la serie se ven secuencias sin textos que duran más que un par de viñetas, además la composición de página se descongestiona, Lark lo que antes dibujaba en 12 paneles ahora lo hace en 7 o 9. Todo esto ayuda a subir el nivel de la fluidez de lectura y con ello se mejora la experiencia de apreciación de la historia por parte del lector.
Este arco tiene la particularidad de que casi no necesitas leer nada antes de Daredevil para entenderlo, es una especie de paréntesis dentro del torbellino de azotes emocionales que los guiones ofrecen al protagonista. Además pone en el mapa de forma definitiva a la que ha sido la mejor pareja de nuestro diablillo, me refiero a la detective privada Dakota North (y que me perdone Elektra), muy buen personaje que aquí es muy bien manejado. En conclusión: gran arco y gran historia. ¡Son solo 4 números! ¿Qué esperas para leerlos?
IV. Despedida a lo Grande (Daredevil #111-119, #500)
No se asusten, no son 400 números. Lo que pasa es que luego del #119 la numeración salta al 500 (número que da al sumar las entregas de ambos volúmenes de DD hasta entonces).
Los primeros 5 ejemplares son lo más bajo de lo que hace este equipo creativo. El arco en cuestión se titula Lady Bullseye y, como podrán imaginar, Brubaker crea a una supervillana que es una especie de Bullseye pirata. Acá Murdock es lisa y llanamente insoportable, el lío amoroso/sentimental se apodera de la historia y La Mano (The Hand) hace aparición y con ello un montón de héroes invitados y un maestro del maestro (?). Una locura que cuesta saber para dónde va y qué quiere, a ratos aburre. Además, el tono del arco es mucho más inmaduro que el de los primeros números, ya que se centra de lleno en la aventura y de recordarnos una y otra vez que Matt es un cabrón hijo de P...
Ahora todo esto se soluciona en las siguiente (y últimas) 5 grapas, con el arco The Return of the King. Ya podrán imaginar quién regresa a sus andanzas. Si bien el tono sigue siendo la aventura, el argumento se sostiene de mejor manera, se explican muchas cosas y mucho de lo que era oscuro se vuelve claro; se confirma que el guion maneja de forma brillante a los secundarios y villanos. Además, los personajes nuevos como el Master Izo y Lady Bullseye son reivindicados y hasta terminan callándote bien. Es una despedida más que digna.
No podemos dejar de hablar sobre el trabajo de Michael Lark que evoluciona o muta mucho durante esta etapa; para mí, lo mejor de él se ve llegando al final de la serie, más suelto, más dinámico cuidando como siempre de las proporciones humanas y con su estilo semi realista, de mucho contraste, más depurado y claro a la hora de narrar. En definitiva, un más que digno heredero de los monstruos que han tenido la oportunidad de dibujar al Hombre sin Miedo.
¿Qué nos deja esta etapa?
Para bien o para mal, la sentencia es clara: Murdock es un tipo egoísta cuando es llevado a sus límites.
Además aquí se confirma lo que yo siempre he creído, la única pareja romántica que debería tener Daredevil es su fiel amigo Sam Foggy Nelson, sí, ya que es el único que le puede aguantar tanto y todo, lo espera despierto y lo más importante; aunque cruce terribles situaciones, siempre queda vivo.
Es una etapa que redefine varios aliados y villanos de Daredevil de forma notable. Destaca lo hecho con Kingpin, Mr. Fear, Dakota North y Lady Bullseye, Lily Lucca y cómo no, a Foggy Nelson. Además, con la inclusión de Master Izo, la mitología del Hombre sin Miedo da un giro y se expande a nuevos horizontes, algo que siempre aporta y se agradece.
Lo malo es que es una etapa excesivamente lenta, varios de los arcos de 6 o 5 números pudieron ser resueltos en muchas menos entregas, el abultado diálogo y exageradas viñetas por plana no ayudan tampoco.
En su defensa se debe recordar que este run transcurre entre los años 2006 y 2009, época en que Marvel le da duro a los grandes eventos, y se nota, es una lástima que no se pudiese ocupar a Bullseye (el argumento lo pedía a gritos) y que nunca supiéramos queérayos pintaba The Hood en todo esto.