Convergence, Semana 2: Esos locos años 90’s
Bienvenidos nuevamente a mis impresiones sobre el desarrollo de Convergence, el evento que nos da un último paseo por épocas olvidadas del DCU. Al entrar a la semana 2 podemos ver ciertos patrones que se van repitiendo y que vale la pena destacar.
Primero que nada, parece confirmarse que durante el primer mes todos los tie-in van a estar ambientados alrededor del tiempo en que ocurre Convergence #1 (el discurso de Telos es el punto guía), mientras que la miniserie principal sigue su propio ritmo. En segundo lugar, es bastante curioso y algo triste que Convergence #2 tenga problemas de continuidad con Earth 2: World’s End, considerando que esta serie terminó hace sólo 2 semanas atrás. No son discrepancias muy relevantes, pero aún así es risible que se referencie mal una historia que acaba de terminar y cuya única finalidad era preparar esta. Viéndole el lado amable, mientras antes empiecen a retconear World’s End y deshacer los horrores que allí nacieron, mucho mejor.
A favor de la miniserie debo decir que mejoró, ya que si bien parte donde quedó la sosa y fome trama de la semana pasada - probablemente porque Telos es un personaje aburridísimo - el número progresa de forma interesante, mostrando el encuentro de Bruce y Thomas Wayne, levantando un par de misterios que dan ganas de ver resueltos y un cliffhanger con un personaje que está bastante alejado del mundo de las “capas”. No tiene el ritmo de caracol de Futures End ni la inconsistencia llena de pus de World’s End, por lo que al menos por ahora sí puedo recomendar su lectura. Cabe destacar que pese a sus puntos a favor no es un gran cómic, pero es bastante superior a las estúpidas series semanales que le pavimentaron el camino.
Dejando de lado lo anterior, esta semana el reloj vuelve hasta una época donde había una creatividad desbocada, para bien o para mal. Reemplazantes con actitud y rediseños estrambóticos eran la tónica de los tiempos en que DC perdía terreno, e incluso parte de su identidad, ante la arremetida de la Image Comics del infame Rob Liefeld y sus amigos. Son los años en que Superman, Batman y Green Lantern eran vencidos en forma inapelable, tanto en sus historias como a nivel industria. Era la Hora Cero.
La ciudad protagonista esta semana es Metropolis y la verdad parece ser la elección perfecta, después de todo la Muerte y Regreso de Superman es quizás le historia más icónica del período. Es por esto mismo que se echó de menos a su residente más ilustre, ya que el Superman melenudo no estaba por ninguna parte. A pesar de lo anterior, la selección de protagonistas es lo suficientemente variada e ilustrativa como para compensarlo. Títulos como Aquaman o Shadow of the Bat se hacen cargo de mostrarnos las algo extremas reinvenciones, mientras que Superboy nos da una versión del clon infinitamente superior al fiasco que Scott Lobdell desarrolló en sus Teen Titans de los Nuevos 52. El punto fuerte se encontró en los títulos enfocados en equipos: Justice League International y Suicide Squad.
Si hay algo que se debe destacar es la capacidad de síntesis y adaptabilidad de los equipos creativos, logrando captar la esencia de los personajes y entendiendo que eran un reflejo de su tiempo, pero sin caer en los excesos de los '90. Claro, salvo por Supergirl: Matrix, en el cual Keith Giffen prefiere sacarle el jugo a lo estúpido del concepto detrás de ese personaje y jugar con lo absurdo un rato. Las caracterizaciones se sienten correctas, ya sea un descontrolado Parallax o un muy humano Ted Kord. Algo que no puedo dejar de mencionar es que enfrentar a Superboy contra los héroes de Kingdom Come fue una decisión temáticamente brillante. Por su lado el arte en estos tie-ins tiene un estilo que evoca claramente al de la época, pero sin caer en el síndrome de los dientes apretados y espaldas de alambre (al menos no en exceso).
Para concluir, solo me cabe decir que este evento editorial, pese a ser un relleno con un argumento reciclado de comics infumables como Countdown Arena, no ha sido el descarrilamiento con gente en llamas y gritos desgarradores que temía…al menos por ahora. Mientras no ocurra, prefiero recomendar Convergence por lo que es: 2 meses de pura nostalgia.