Mangapolis - 'Adolf' de Osamu Tezuka
Invitado: Sebastián Castro
La Segunda Guerra Mundial ha sido fuente de inspiración de muchas historias tanto en películas, series televisivas, obras dramáticas y también comics. Uno de los comics más conocido por ustedes es, probablemente, Maus de Art Spiegelman (que, dicho sea de paso, lo recomiendo totalmente). Sin embargo, hoy les quiero presentar otra obra que posiblemente muy pocos conocen acá: Adolf, de Osamu Tezuka. Mientras el autor es mayoritariamente reconocido por sus obras infantiles, especialmente en el ámbito de la animación, Adolf es una historia trágica que nos muestra el lado más oscuro del ser humano y a su vez la madurez artística del llamado Dios del Manga.
アドルフに告ぐ Adorufu ni Tsugu | Adolf ("Mensaje para Adolf")
Guion y dibujo: Osamu Tezuka
Años de publicación: 1983 - 1985
Número de tomos: 5
Editado por Planeta de Libros (ex Planeta deAgostini, completa, imagen espejada)
"Ésta es la historia de tres hombres llamados Adolf. Cada uno de ellos vivió una vida diferente a la de los otros dos. Pero los tres estaban ligados por el destino. Ahora que el último Adolf ha muerto, puedo contar su historia, para los que vengan después." Con esas palabras comienza el relato de Adolf, la historia de Adolf Kamil, un niño judío que vive en Japón, su amigo japonés-alemán Adolf Kaufmann y, finalmente, Adolf Hitler. Luego de esta introducción, donde vemos a un hombre dejando flores en un cementerio, tenemos un salto temporal al año 1936, a los XI Juegos Olímpicos en Berlín. Allí comienza la historia contada por Sohei Toge, periodista japonés que reporteaba las olimpiadas justo cuando recibe una llamada de su hermano menor, Isao, que vivía en Alemania hace varios años. Debido a todo el bullicio que rodea a Sohei, éste no es capaz de escuchar con detención las palabras que le dice su hermano: ha descubierto un secreto acerca del origen de Hitler que, si se hace público, puede acabar completamente con el partido Nazi. Isao le pide a Sohei que vaya a verlo al día siguiente puntualmente a su casa. Sin embargo esta reunión nunca se lleva a cabo. Sohei llega tarde a la casa de su hermano, en donde encuentra el cuerpo sin vida de Isao. ¿Quién pudo haber cometido tal crimen? ¿Cuáles son los documentos tan valiosos que hicieron que Isao contactara urgentemente a Sohei y que le costaron la vida?
A partir de ese instante, Sohei comienza a realizar su propia investigación en torno al crimen de su hermano debido a las irregularidades que mostraba la policía alemana y el nulo interés de la embajada japonesa de investigar el caso de un estudiante acusado de comunista. Sin embargo, Sohei no sospecha en qué lío se está metiendo.
Es en este momento en que se nos presenta en la historia los dos Adolfs faltantes. Dos niños, muy amigos, con una diferencia que en la época no deja de ser menor: uno es judío mientras el otro es hijo de un miembro del partido Nazi. La vida de estos niños cambiará radicalmente cuando el rumor de unos documentos sobre Hitler llegue a sus cercanos y, peor aún, cuando el travieso destino quiera que ellos se enteren directamente del contenido de dichos papeles.
Y eso es todo lo que les contaré de la historia. Adolf tiene una historia tan bien desarrollada que no quiero estropearla a quienes se motiven a leerla. Pero, ¿qué es lo que tiene este manga para ser considerado por muchos el mejor trabajo de Tezuka?
En primer lugar, la calidad narrativa de la historia. En ningún momento se siente que un personaje esté de más en la historia, tanto principales como los secundarios aportan lo necesario para contar este drama. Tezuka sabe manejar los momentos de tensión de forma magistral, añadiendo de forma inteligente escenas de humor blanco que permiten relajar al lector sin necesidad de llegar al absurdo. Por otro lado, la obra llega a emocionar en varios momentos al lector sin caer en lágrimas baratas.
Otro aspecto destacado de la obra es el realismo con que el autor retrata a la gente de la época: el japonés como un ciudadano que se mira en menos a sí mismo con respecto a los extranjeros, o los nazis con una autoestima en las nubes y con una convicción tenebrosa en que las palabras del führer son la verdad absoluta. Como referencia a esto les comento que varias personas creen que Tezuka tuvo que agregar un policía japonés que levantara la imagen que había dejado en sus primeros capítulos. No sé si es verdad, pero si es que fue así de todas formas no acalló las críticas de Tezuka con respecto a la gente de la época. Un comentario aparte se merece Hitler. Es verdad que mi única referencia son películas y documentales, pero debo decir que Tezuka logra recuperar esa imagen del líder extrovertido capaz de mover multitudes y que, para sus cercanos, cambiaba radicalmente, ganándose el cariño de sus subordinados. Simplemente aterrador el poder que muestra de este hombre.
Finalmente, Adolf nos muestra (como dije antes) lo peor de la raza humana. Tezuka retrata cuidadosamente cómo la mente de un niño puede ser totalmente controlada debido al manejo de un líder maniático, llegando a perderle el valor a la vida de los demás. Vemos cómo el temor de las personas es capaz de traicionar a quienes llamabas amigos, o la importancia del cargo que se ostenta está por sobre la familia. Adolf es una historia trágica, sin duda, y Tezuka es bien claro en ese sentido (claro ejemplo es la secuencia de violación que se ve en la imagen, desgarradora), pero al mismo tiempo es completamente antibelicista. Y es que detrás de todos los eventos trágicos que rodean a los tres Adolfs, Tezuka se preocupa de mostrar una luz de esperanza que surge en tanto drama y que es responsabilidad nuestra hacer que crezca para no volver a caer en una situación como esta.