20 años de Evangelion, Parte 1 - Neon Genesis Evangelion: la serie
Director: Hideaki Anno
Estudio: Studios gainax
Emisión: Octubre de 1995 / Marzo de 1996
Episodios: 26
Esta reseña va dedicada a quienes ya vimos Evangelion, sin peligro de spoilers relevantes.
La primera vez que vi Neon Genesis Evangelion tenía algo así como 13 años, cuando la dieron por el Chilevisión, dos capítulos por fin de semana. No entendí NADA, pero lo pasé bakán viendo las peleas y pasándome rollos con que era una serie profunda. En ese tiempo Bakania ya había hecho de las suyas hypeando harto anime, venían de dar Samurai X (TREMENDA serie) y estaban aprovechando el boom con DBZ-DBGT-Pokémon y demases y estaban re-explotando los mechas. Evangelion ya a esa altura tenía suficiente ruido como para que cualquiera que cachara un poquiño del ambiente dijera “perfect, hay que ver esta cosa”.
La segunda vez que vi Evangelion tenía algo así como 18 años y vi lo fuerte que caló en mí la primera vez que la vi, porque comprendí muchas cosas que pensaba y sentía, y su raíz estaban en Evangelion. El caos, la necesidad de destruir para construir, ciertas maneras de relacionarme con el mundo y buscar la quinta pata al gato. Todo eso un legado que la serie iba a dejar en mí sin que yo me diese cuenta.
La tercera vez la vi fue a algo así como a los 23 años, y rallé la papa pesado porque siento que la comprendí a fondo, y con ella a mí mismo un poco. Digo esto porque lo que viene está fuertemente cargado emocionalmente dado que, si hay una serie que me marcó (a mí, y a varios más), fue esta.
Primero, reconozco un error. Evangelion no sé si se pueda “comprender completamente” dado que es una suerte de autobiografía de la depresión de su autor, Don Hideaki Anno. En reiteradas ocasiones Anno ha referido a que en verdad no existe UNA interpretación de Evangelion, y que la serie es sumamente interpretativa. Esto a raíz de que Anno escribe Evangelion entre saliendo y estando en una depresión más o menos. Gran parte de esto lo vemos en cómo Shinji lucha constantemente por no huir de sí mismo ni de sus responsabilidades, pero también explica lo introspectiva que es muchas veces la serie. Desde aquí, comienzo con que la comprensión que voy a dar de Evangelion es, tal como exige Anno, personal.
Corría el año 1995 y a comienzos de octubre parte 新世紀エヴァンゲリオン Shin Seiki Evangelion o Neon Genesis Evangelion desde los estudios Gainax. El nombre, tanto en japonés como en su versión más mística significan lo mismo: Mensajero del Nuevo Comienzo. El nombre, ambicioso, remite a dos cosas: la primera es de carácter contextual, y es que Anno, a pesar de su depresión, tenía la intención de renovar todo el género animé, el cual comenzaba ya a ser duramente cuestionado tanto en Japón como en occidente. Evangelion era la obra que venía a dar este despliegue de ideas frescas tanto en la forma como en el fondo, mostrando acción violenta y profunda introspección, cambiando de planos existenciales como quien hace zapping, e intercalando estilos de presentación en donde imágenes reales se mezclan con dibujos sin generar problemas ni visuales ni argumentales. La serie era entonces el mensajero de este nuevo comienzo para la época del animé. O eso quiso ser.
Por otro lado, y aquí es donde comienza mi columna, el nombre tiene que ver con el contenido de la serie misma. Recapitulemos: Evangelion tiene, a mi parecer, tres tramas importantes que al unirse provocan el final de la serie.
Los Ángeles
La primera, es la de los ángeles: seres que no poseen forma ni estructura específica y que representan todo lo que la humanidad puede temer. Su objetivo es causar el Tercer Impacto, el cual destruirá a la humanidad, para lo cual deben unirse con Adán. La pregunta aquí es ¿por qué?
Gendo Ikari, SEELE y el Plan de Instrumentalización Humana
Por otro lado, está el Proyecto de Complementación Humana que SEELE (organización en las penumbras que se creen la muerte porque tienen los Pergaminos del Mar Muerto) planifica y Gendo Ikari, el papá del “protagonista” ejecuta. El proyecto consiste en romper la barrera de las almas de todos los humanos para forzar su evolución en un solo gran Ser (sí, con mayúscula). Básicamente, romper la individualidad de todos los humanos y hacer que el humano, como un todo, sea Dios. ¿Cómo? ¿Se acuerdan del embrioncito ese que Gendo, el papá de Shinji, se pega en la mano? Bueno, ese embrioncito es un embrión de Adán. Ese embrioncito al juntarse con Lilith, ¡Kaput! Tercer Impacto, pero este impacto en vez de destruir la humanidad (como el de los Ángeles), lo que hace es generar un enooooorme campo Anti-AT, rompiendo la barrera de las almas entre los humanos. Básicamente, somos todos un gran y perfecto Ser.
Lo que SEELE no estaba cachando es que Gendo Ikari tenía el mismo plan, pero para ÉL quedar como dios. ¿Por qué? Porque el compadre está terrible loco y tiene delirios de grandeza más o menos.
Entonces, ¿por qué los Ángeles quieren pitearse a la humanidad? Pues porque los humanos nos pasamos para la punta y nos creemos el agujero del queque y hace rato que estamos puro razonando fuera del recipiente, y nos quieren bajar el telón pa’ que paremos el show. Así de sencillo. Comimos del fruto del conocimiento y con ello nos creemos dioses, pero se nos olvidó que efectivamente existe Dios. Y nos quiere decir: cabros, está bien que sepan cosas, pero guarden que no las pueden hacer todas.
Shinji
Y entonces ¿quién es el personaje principal? Shinji, el hijo de Gendo. A su modo, Shinji es Hideaki Anno, y representa mucho su estado anímico y emocional durante el periodo en que fue escrita la obra. Sus dudas, sus temores, sus deseos, su forma de desempeñarse frene al mundo. ¿Por qué Shinji tiene una trama aparte? Por lo mismo, Shinji es la bajada humana de las dos tramas que ya mencioné, es el cable a tierra para el espectador. Sin embargo su rol, como humano MUY ULTRA REQUETE humano, termina siendo protagónico para los objetivos de las dos tramas anteriores. Para los Ángeles, es Shinji quien se convierte en el próximo Adán; para Gendo, Shinji es el instrumento clave en su plan... si tan solo pudiera ser mentalmente estable.
Neon Genesis Evangelion
Y es así que la serie representa un nuevo comienzo, un comenzar de nuevo, desde cero: para Dios y los Ángeles, haciendo que los humanos nos vayamos a la B; para Gendo haciendo que los humanos nos convirtamos en Dios… ¿Y para Shinji? Bueno, ni el plan de los Ángeles ni el de Gendo salen a la perfección y Shinji termina convirtiéndose en el Adán del nuevo comienzo. ¿Se acuerdan de esos dos capítulos finales que para muchos parecen vomitivos? Bueno, yo creo que son una maravilla. Porque todo lo que fue acción, todo lo que fue una guerra en el sentido más puro de la palabra se desenlaza en los deseos de aquel con el poder de destruir y construir: Shinji. A ver, vamos por paso: ya desde el capítulo 18 en adelante comenzaron a existir problemas en el equipo a cargo de la serie, hubo problemas con la productora, con las platas, con los tiempos, etc. Eso repercute en que los últimos dos episodios son medio “extraños” pero no por eso con menos sentido. Pero ojo, Gainax no es la primera vez que se pega saltos de ese tipo: en Tengen Toppa Gurren-Lagann, los compadres comienzan con un robotito más pequeño que un humano normal y terminan lanzándose galaxias (sí, galaxias). En Evangelion pasa algo similar: los compadres comienzan agarrándose a cachos con los Ángeles pero termina en un dominio metafísico. Tengo el recuerdo muy vívido de la escena donde Shinji, en blanco y negro, está volando, y luego decide poner piso.
Es esa escena, para mí, en donde concluye Evangelion: el alma de Shinji queda libre en el universo con la capacidad de generar lo que sea que quiera generar, de generar un nuevo comienzo, y comienza de a poco, puede ver las posibilidades (por ejemplo el mundo feliz del último capítulo donde Shinji, Rei y Asuka son amigos y viven una vida normal) y se da cuenta del poder que tiene. ¿Y los aplausos? Bueno, los aplausos son porque el telón ha caído y comienza un nuevo libreto ahora en blanco: el mundo como lo conocemos se acabó y comienza uno nuevo, uno donde Shinji tiene poder de decisión. El caos ya pasó, ahora viene el nuevo orden, el nuevo comienzo.
De ahí que la obra sea tan grandilocuente y ambiciosa: su nuevo comienzo para el anime y para el mundo dentro de la serie lo requiere. Sí, es una obra sumamente compleja pero, y dado el objetivo que tiene, ¿cómo no? ¿Cómo no unir la religión, la psicología y cuanto elemento exista que pueda aportar? Y la serie se va en detalles que sigo buscando y no paro de encontrar: la escena de sexo de Misato con Kaji es una maravilla que no muestra NADA, que los pilotos de los EVAS entren por la nuca es porque ahí es donde los japos creen reside el alma, que la música nunca está de sobra, y me podría deshacer siguiendo pero no, les dejo esa pega a ustedes. Porque vale la pena verla de nuevo, créanme.
Se me quedan en el tintero mil cosas que decir: por ejemplo, que Hayao Miyazaki (sí, el compadre de Studio Ghibli) y Anno tienen una relación profesional de largo aliento (no he podido encontrar datos de que la relación sea más que eso): Studio Ghibli metió mano en varias de las animaciones de la serie y Anno trabajó directamente con Miyazaki en Nausicaä, en La Tumba de las Luciérnagas (que no es de Miyazaki pero sí de Ghibli) y hoy Anno es la voz del protagonista de The Wind Rises (última de Miyazaki). O poner el análisis desde la tensión entre la metafísica y la acción, donde lo que perdura en la serie es la metafísica. O la tensión entre temor y ciencia, donde los Ángeles son el temor, pero Rei es la ciencia en su máximo esplendor y desarrollo. Se me ocurre otra columna de por qué todos odiamos a Shinji y por qué no merece nuestro odio (yo lo banco).
En fin. Este año se cumplen 20 años desde la salida de Evangelion al aire y sigue vigente. Y si es así, es porque ha logrado ser una serie que logra entrelazar opuestos sin caer en la contradicción: es tan sencilla como compleja, es tan de acción como metafísica, es tan clásica como moderna. Supongo Anno debe estar orgulloso de haber plasmado la violencia con que ataca una depresión a la mente de una persona en una serie de 26 capítulos. Y se lo agradecemos.