Let the World Burn - ¿Cuál es la PEOR película de superhéroes de la historia?
Como decía en una nota previa, las películas de superhéroes son una realidad omnipresente en el cine. Hoy por hoy, todos los años y a cada rato se estrenan más y más películas con distintos personajes, con actores de renombre, presupuestos millonarios y un montón de fanfarria. Obviamente, entre tanta producción, necesariamente tienen que aparecer películas malas. Por distintas razones: argumento, reparto, producción, efectos… En mi opinión, estas siete son las peores:
Cuenta la leyenda que en algún momento de los ’80, Marvel vendió los derechos fílmicos de los 4F a la productora de Roger Corman, especializada en cine de clase B (esto es, películas de bajo presupuesto para ser usadas como “relleno” en programas dobles. Con los derechos a punto de expirar, Corman decidió filmar la película con el vuelto del pan, con unos efectos especiales deplorables, con actores de clase B, y con un guión escrito en el reverso de una caja de pizza usada. El resultado final es tan, pero tan malo, que la película jamás se estrenó y sólo se puede ver descargándola de sitios pirata. ¿Lo bueno? Cuesta muchísimo encontrarla en una calidad decente.
Creo que estamos todos de acuerdo con que la película de Daredevil (2003) fue derechamente mala. Sin embargo, los elementos de Frank Miller en el guión, y la versión extendida con escenas extras, permiten que la película del abogado no figure en esta lista. Sin embargo, esta pseudo-secuela hace los honores y reúne todos los requisitos: para empezar, la actuación de Jennifer Garner (haciendo, como siempre, de Jennifer Garner), junto con el “olvido” de lo acontecido en la película anterior, y efectos visuales horrendos, convierten a esta película en una de las peores de la historia. ¿Lo bueno? No está en Netflix.
El Batman de Tim Burton, y su secuela, fueron notables adaptaciones del mito del encapotado a la gran pantalla. Entra Joel Schumacher y sigue con la funesta (pero aún tolerable) Batman Forever. No contento con eso, Schumacher volvió a la carga con un nuevo Batman (George Clooney, quien hasta el día de hoy se arrepiente de su decisión), Robin, Batgirl, Uma Thurman, Schwarzenneger, e incluso Bane. Si a eso agregamos los bati-pezones, tenemos la peor bati-película de la historia (al lado de ella, Batman de 1966 es una joya del cine arte). ¿Lo bueno? No hubo más películas de esta saga.
En la historia del cine ha habido varias Catwoman memorables (Lee Meriwether, Michelle Pfeiffer, por nombrar sólo dos), e incluso en la serie de TV ya hubo una Catwoman de raza negra (Eartha Kitt). ¿Cuál era la necesidad de tomar a una flamante ganadora del Oscar (Halle Berry), disfrazarla de Catwoman SM, y ponerla en pantalla sin guión ni reparto? Aparentemente el criterio usado fue únicamente comercial, pero ni eso. ¿Lo bueno? Si se quiere ver a la Berry en todo su esplendor (e incluso actuando un poco), siempre está la posibilidad de ver Swordfish. De nada.
En 1996, el solo nombre de Michael Jordan convirtió a Space Jam en un exitazo comercial. Aparentemente, eso envalentonó a otra estrella de la NBA llamada Shaquille O’Neal para emprenderlas con su propia película, recreando nada menos que uno de los más recientes (y populares) superhéroes de DC: Steel. Lamentablemente, O’Neal no tiene la capacidad actoral de Jordan, y por increíble que parezca en pantalla se ve incluso más tieso que Schwarzennegger (y eso que el tipo es un atleta). ¿Lo bueno? Después de ésto, Shaq dejó la "actuación".
Este es un ejemplo de libro acerca de cómo NO hacer una adaptación de un cómic a la pantalla grande. Acá TODO falló: el protagonista (Ryan Reynolds) no tiene ninguna similitud con el personaje; se supone que es Hal Jordan, pero tiene la personalidad (y la creatividad) de Kyle Ryner; el interés romántico del personaje tiene cero carisma; el guión es un popurrí de los peores argumentos de la historia del personahe; y así sucesivamente… lo peor de todo es que el juramento de los Green Lantern no emociona ni al director de la película. ¿Lo bueno? No hubo secuela.
El mayor superhéroe, el que definió el género en el cine, en un remake sin ninguno de los elementos “clásicos” del personaje. Nuevo traje, nueva música (ni hablar de invocar a John Williams), cero referencias a Christopher Reeve, y un nuevo set de principios morales que incluyen la destrucción masiva, la pérdida de vidas humanas sin ningún cuidado y, encima de todo, la posibilidad de asesinar a sus enemigos. Como si lo anterior no bastara, el elemento más valioso de Superman (la dualidad con Clark Kent) aparece recién en el último minuto de la película. Un refrito de Star Wars, Matrix y Avatar, tratando de conquistar a todos los públicos, pero sin lograr el resultado con ninguno. ¿Lo bueno? Hace que Superman Returns se vea como una película mucho mejor.