La Cosa del Pantano Parte 6 – Unlimited Editorial
Guión: Alan Moore
Dibujo: Stephen Bissete & John Totleben
Saga of the Swamp Thing Vol.2 #31 – Annual #2
68 páginas
Todas las cosas, buenas o malas, deben llegar a su fin. Estamos en la recta final tanto de la historia que hoy nos convoca como de la misma colección que Unlimited se encargó de entregarnos semana por semana, y perdonen si me pongo un poco más emotivo que de costumbre, pero volver a leer estas historias luego de algún tiempo reafirma mi amor no solamente por la lectura, sino por los cómics y el infinito potencial que tienen para evocar nuestras emociones e inteligencia. Creo que hablo por todos cuando decimos que es una lástima que no hayan señales algunas de que la editorial chilena continúe publicando las historias de La Cosa del Pantano, pero por lo menos siempre tendremos estos pequeños tomos con nosotros, los cuales les recomiendo atesorar para siempre. Prueba fidedigna de ello son las entregas de esta ocasión, las que destacan tanto en conjunto como en si mismas. El fin esta cerca, y vamos a saborear cada minuto de este.
Referirme a la edición en este momento ya sería redundante. Son las historias de este número las verdaderas estrellas de la ocasión, y por lo mismo, me dedicaré a repetirme en todo lo dicho la gran mayoría de las pasadas semanas: El color mejora y uno se acostumbra, la traducción sigue siendo una de las mejores que he leído a cómic alguno en su mayor parte, los extras simplemente ya no van a aparecer, en el número #31 hay una extraña separación por una hoja completamente negra que pudo haberse hecho al comienzo para no cortar la historia tan abruptamente, se vuelve a omitir una página del número (la número 9) referente al evento Crisis en Tierras Infinitas y encontré ciertos errores de posicionamiento de diálogo en las páginas en que el monstruo se encuentra con un viejo amigo suyo. Prometo la próxima semana, al ser la última, un examen más exhaustivo en general, pero por ahora esos son los puntos más destacables de esta ocasión; algunos cuantos errores, pero que no terminan por manchar por completo una edición que ha sumado más que restado. Ahora, dediquémonos por completo a las historias.
"El Ballet de Azufre"
Abigail está muerta. No es un truco de superhéroes, no es un doble para engañar a La Cosa del Pantano, no va a abrir los ojos al final de este número; está muerta y su alma condenada al infierno. Anton Arcane parece haber conseguido lo que muy pocos villanos del cómic pueden jactarse, y es el de haber conseguido, si no su objetivo, sí su venganza y contra uno de los personajes principales.
La historia tiene uno de los desarrollos más comunes en las historias de héroes contra villanos, en que pareciera que cada uno de ellos toma su rol para realizar un repetido esquema de acciones y reacciones, pero como estamos hablando de Alan Moore, no todo puede ser tan sencillo y plano. Como ya viene siendo una pequeña costumbre, su cínico sentido del humor le permite enrostrarle a la industria del cómic que la forma como ha funcionado por tantos años está estancada, obsoleta, y que él ha llegado para darle un buen giro a la forma en que estos problemas sobrenaturales, que van mucho más allá de nuestro entendimiento, tengan una conclusión digna de la misma. No esperemos encontrar una simple batalla que acabe con el villano en prisión o jurando que la próxima vez será diferente; Moore es simplemente una aplanadora de ideas y conceptos, que no se preocupa de explotar o reinventar cada vez que sean necesarios, apoyados por un tremendo y meticuloso trabajo que podemos darnos cuenta aquí, planeó desde el principio. No le basta solo con eso, sino que es capaz de darnos una explicación que funciona completamente en el universo del pantanoso, y aunque se funde sencillamente en elementos que solamente podrían funcionar en una historieta, no significa que le resten sentido o nos haga cuestionarlos; básicamente, este hombre nos hace creer cada pequeña frase que nos escupa.
Luego de todo el terror que Arcane nos ofrece, es difícil creer que Moore se las arregle para terminar el número en un tono devastador, pero no por culpa del villano mismo, sino por el hecho de habernos entregado una pequeña luz de esperanza en el momento que Matt Cable parece recuperar su discernimiento y el control de su cuerpo, por ende de sus poderes, haciendo nacer una mínima esperanza en todos nosotros de que podamos ver a Abigail sana y salva; pero no, eso hubiera sido excesivamente común, demasiado fácil para alguien como Moore, y es que la vida misma es así, las cosas a veces no resultan como esperan, a pesar de todo lo que uno se esfuerza y lucha.
Una historia, una lección de vida y un juego de emociones, eso es lo que Alan Moore nos ha estado entregando a través de todo este primer arco, el que deberíamos considerar un gran viaje, uno que debe llegar a su fin. Esperemos que la piedad del autor nos abrace en el momento final.
"Abajo, Entre los Muertos"
Es aquí, estimados lectores, el clímax de toda la primera parte de Moore a cargo de nuestro coloso verde. Aquí es cuando descubrimos que todos esos pequeños detalles que encontrábamos hasta en los más pequeños paneles de las historias anteriores no eran simplemente azarosos o un mero capricho de parte del autor para parecer interesante o pretencioso, hablamos de todo un plan cuidadosamente planeado desde el comienzo, cosa que demuestra el amor y dedicación que Moore inyectó en el personaje y en cada página en las que trabajaba, motivo de mi eterna admiración.
En primeras, y fuera de su normal tono ácido, la introducción al número nos parece dar la interpretación del autor original sobre los superhéroes y su impacto en la vida de la gente común, así como una pequeña reflexión de cómo estos deberían sentirse en su relación para con el mundo. Un tono positivo y algo melancólico, que se interrumpe abruptamente con el recordatorio de que Abigail sigue muerta y La Cosa del Pantano solo tiene una forma de recuperarla: recuperando su condenada alma del infierno mismo.
Swampy no ha estado solo a través del tiempo, en cada historia nueva parecía conocer nuevos amigos (o no tanto) que parecían haberlo ayudado a definir de alguna u otra forma lo que él era, y al mismo tiempo, siempre recibiendo la desinteresada ayuda del monstruo pantanoso; es hora de que se le devuelva el favor, y en un épico - pocas veces utilizo esa palabra, pero en esta ocasión cabe como anillo al dedo - momento en que Moore hace gala de su buen uso de la retro-continuidad que aplica tanto con sus propias historias como las de autores anterior a él, nos ofrece lo que puede ser el mejor número de toda la colección hasta este punto, pero claro, eso es algo que queda a juicio de cada lector.
Con apariciones de personajes como Deadman, The Phantom Stranger, Etrigan y The Spectre, Moore nos sumerge en su propia interpretación del infierno, pero no solamente en su forma material, sino de por qué se creó, y quién realmente lo hizo, dándonos una clase de existencialismo puro y duro del que no podemos darnos cuenta de forma tan simple. La vida y la muerte, el eterno martirio, reencuentros inesperados y preguntas que nadie hizo con respuestas que tal vez muy pocos comprendan, demasiado para un solo número de un cómic que se llama La Cosa del Pantano.
Un número que realmente habla por sí solo, es una de esas ocasiones en que no puedo adelantarles ningún detalle, que tienes que vivirlo por ti mismo, y que la única recomendación que puedo darte es releerlo todas las veces que estimes conveniente, y no solo este número, sino todo lo que lo antecede a él.
Stephen Bissette y John Totleben nos entregan lo que considero su mejor trabajo a la fecha. Lleno de imaginación y narrativa visual de primera categoría, simplemente nos confirmar que este título no sería lo mismo sin ellos. Brillan por su preciso toque de emociones que implantan en los personajes, y por otorgarles miradas que parecieran que están vivas, fascinante detalle que le entrega aún más vida y sentimiento a una historia que descansa en entregarnos momentos únicos en cada panel.
Penúltima semana de las entregas de Swamp Thing, y aunque muchos no estemos preparados aún para ver el final de estas publicaciones llegar, es difícil estar solo triste cuando pudimos compartir todas estas historias entre nosotros y descubrir un nuevo y maravilloso mundo. Esta semana no habrá Sumergiéndose en el Pantano, ya que estoy preparando una última entrega especial para cerrar con broche de oro la próxima semana, así que me disculpo para todos quienes disfruten de esa sección (y créanme, yo la disfruto haciendo cada semana). Una semana más y decimos adiós, pero nunca a Swamp Thing, no, a él nunca, porque creo que ya se ganó un lugar en el corazón de todos los lectores, y por eso ¡Gracias Alan Moore! Hasta la próxima, donde nos uniremos para despedir al Verde.
PD: ¿Vieron todos la contraportada interior del número? Qué coincidencia que estemos en primavera. Pareciera que puedo oler los dulces ritos de esta estación desde ya.