El villano más grande en la historia de los cómics
Siempre se debate quién es el malo más malo del mundo de los cómics. ¿Luthor? ¿Dr. Doom? ¿Magneto? ¿Joker? ¿Sivana? ¿Loki? ¿A quién le apuestan?
Cada cierto tiempo - generalmente cuando hay algún delito especialmente violento, como las tristemente frecuentes matanzas en colegios y universidades yanquis - aparece en el tapete un debate inútil pero molesto: ¿son los videojuegos responsables de la violencia y la maldad en el mundo? (La respuesta, obvia y evidente, debería ser "No", dado que la maldad y la violencia existen desde mucho antes que los videojuegos)
Desde el punto de vista de la historia, lo mejor para todo el mundo es encontrar un culpable único: así se exculpa implícitamente a todos los demás. Si tenemos a quién responsabilizar, todo el resto se queda tranquilo. Y claro, si los videojuegos son responsables, todo lo demás que está mal - bajo nivel de educación, pobreza, necesidades emocionales desatendidas, etc., etc., etc. - no tiene responsabilidad alguna en el resultado final y todos podemos quedarnos tranquilos.
Por lo mismo, siempre que ocurra algo particular, se buscará encontrar un responsable. Hoy son - ya lo mencioné - los videojuegos. Pero ¿a qué echaban la culpa de los problemas de la adolescencia y juventud los especialistas hace sesenta años, cuando no había smartphones, internet, videojuegos ni televisión? ¡Muy fácil! Culpemos al único medio de masas dedicado - en ese entonces - a ellos: los cómics.
Corría el año 1954 y un psiquiatra norteamericano llamado Fredric Wertham publicaba el que sería su libro más famoso: La Seducción del Inocente. En éste, el "especialista" argumentaba que el mal ejemplo presentado en los cómics afectaba la mente en formación de los infantes, reproduciendo en la realidad lo que ellos leían. Sin ningún estudio estadístico válido de fondo, meramente basado en ejemplos tomados al azar, Wertham logró asustar a la sociedad norteamericana en general y al Senado en particular. El resultado práctico de este terror fue hacer que los hombres a cargo de las editoriales de cómics tuvieran que comparecer ante una comisión especial en el Congreso, y responder a las acusaciones de éste "especialista".
Para hacer corta una historia larga, las editoriales se auto-impusieron un código de conducta, el Comics Code Authority, prohibiendo la aparición de cualquier elemento que pudiera caer dentro de los ejemplos presentados por Wertham. Así, los cómics, apenas quince años después de la explosión causada por la aparición de Superman, se convertían en elementos totalmente inocentes para cualquier lector. Algunas editoriales no estuvieron de acuerdo y desaparecieron sin más, como la memorable EC Comics (responsable de una serie de cómics de terror, como el famoso título Tales from the Crypt). Poco importó el poco asidero de las denuncias de Wertham, ni su nulo soporte estadístico. La sociedad ya tenía un culpable (los cómics) y se podía olvidar del tema. Muchos creadores se vieron afectados, la necesidad de mano de obra disminuyó, y las historias de guerra y superhéroes dieron paso a... Millie the Model. De un plumazo, Wertham despojó de su poder más grande a todos los encapotados. Ningún villano de ficción tuvo la capacidad de hacerle semejante daño a los protagonistas del noveno arte.
El efecto que tuvo la cruzada particular de este "doctor" al medio es, al día de hoy, inconmensurable. Tendrían que transcurrir décadas para que alguna editorial se atreviera a publicar una revista sin la aprobación expresa del Comics Code. Años más tarde se daría cuenta de su error, defendiendo incluso a los fanáticos de los cómics y los fanzines. El daño, sin embargo, ya estaba hecho.
Al final, todo cae por su propio peso. En los ’80 llegarían autores que desafiarían abiertamente el Code, dando paso a toda una gama de cómics con temáticas "para adultos" como Ronin, Watchmen, la línea Vertigo y todo lo que vendría después. Quizás si el único efecto definitivo de la cruzada de Wertham fue únicamente retrasar el avance de los cómics unos treinta años.
Finalmente, como ocurre con todo villano, su maldad quedó en evidencia. El año 2010 el material original de la investigación de Wertham fue liberado al público. Tras analizarlo, quedó en evidencia que el dostor deformó los resultados de su investigación para apoyar su causa.
¿Estamos de acuerdo en que éste es el peor villano de la historia de los cómics?