La Cosa del Pantano Parte 3 – Unlimited Editorial
Guión: Alan Moore
Dibujo: Stephen Bissete & John Totleben
Saga of the Swamp Thing Vol.2 #25-26
52 páginas
Sean bienvenidos a otra entrega de nuestro pantanoso predilecto. Con un gran pequeño atraso debido a las celebraciones patrias de nuestro país, les traigo la mejor forma de terminar la semana que pueda haber, y eso es con la revisión de esta tercera parte de La Cosa del Pantano de Unlimited. Espero que hayan tenido unas muy buenas celebraciones estos días, porque ahora deberán prepararse para adentrarse en su interior, observar qué es lo que realmente yace ahí dentro y atreverse a enfrentar sus miedos, porque lo que nos ofrece este último tomo de Swamp Thing no es ni nada mas, ni nada menos: terror de primera clase. Damas y caballeros, ya es hora de que nos atrevamos a enfrentarlo.
Como ya es tradición, nos referiremos a la edición en un comienzo. Bueno, realmente ya no hay mucho que agregar en comparación a semanas anteriores. El esquema se mantiene en cuanto a formato, contenido y color. Mantenemos el contenido principal de las historias más las portadas originales, lo que personalmente es algo que me sigue gustando bastante. Sobre el color, pues este tomo nos muestra lo mejor y lo peor de esta edición; por un lado, la primera historia no solo es bastante digna, sino que se defiende y en algunas páginas queda realmente bien, sorprendiendo en relación a tomos anteriores. Por otro lado, el segundo número es más bien lo contrario, ya que el dibujo en este caso es menos depurado que en los anteriores y depende más del fumigado y las tintas, este color definitivamente pareciera comerse a lo demás, casi siendo un parásito, y en algunas páginas no queda decir que, por lo tanto que resalta, acaba viéndose terrible, como si fuera un simple scan - un ejemplo son los paneles de la página 46 -.
Sobre los extras, sigo opinando que no son vitales para mantener la calidad de estos tomos, pero me sigo preguntando por qué Unlimited no se aventura a tener una sección donde los fanáticos hagan sus preguntas y estos las respondan como en antaño, algo que sería más sencillo en estos tiempos considerando que existen herramientas de contacto directo como Facebook. Sobre la traducción, sigue siendo impecable, con algunas palabras elegidas libremente para acordar las rimas del demonio Etrigan, pero que siguen manteniendo el significado original. A diferencia de la colección de Sin City que mi compañero Felipe esta reseñando, aquí podemos encontrar que los diálogos que encontramos en las ilustraciones sí están editadas al español, lo que suma otro punto más a esta edición. Ya dicho lo necesario, veamos qué tal son las historias de esta semana.
"El Sueño de la Razón"
Titulo inspirado en el grabado u obra de 1799 del autor español Francisco de Goya cuyo nombre completo es "El sueño de la razón produce monstruos", obra que no solo es mencionada y comprada por uno de los personajes, también tiene una pequeña reproducción en dos ocasiones, este primer número no ofrece más que horrores a todos los que participan en él. Iniciando un nuevo arco luego de que Swamp Thing parece llevarse bien con su nuevo yo, él y Abigail comienzan a pasar más tiempo juntos, cuestión que obviamente no ayuda mucho al matrimonio de ella con Matt Cable. No bastando eso, Abigail encuentra un trabajo en el centro para niños autistas llamados "Jardines Elíseos" - ¿comprenden? -, donde descubrirá que puede ser más difícil de lo que se imagina, y no por causa de los pequeños, o al menos no directamente. Mientras tanto, Jason Blood, humano portador del demonio Etrigan, comienza su búsqueda por una tabla Ouija, pero no cualquiera, sino que la usada hace poco por los padres de uno de los niños del jardín donde Abigail desempeña sus labores, el pequeño Paul. Volviendo a los pantanos, Swampy puede sentir el cambio hacia el otoño, el que parece que no ofrece otra cosa que terrores.
La verdad, en este número no pasan muchas cosas que afecten directamente a la historia principal, pero sí se encarga de mantener una intriga y suspenso correcto como la guía que nos mantiene leyendo en todo momento. Este cómic puede ser la primera vez en que muchos se encuentren con un personaje como Jason Blood - recuerdo que fue la mía, por lo menos - y haciendo un interesante juego de adivinar qué es lo que ocurrirá en cada página. A pesar de la enorme cantidad de pequeñas historias que Alan Moore mantiene por toda la historieta, logra mantener una coherencia en ello, además de explicarse muy bien para que evitar perder el hilo de ella, lo que la convierte en una lectura interesante pero algo pasajera.
¿Y qué quiere decir con que “El sueño de la razón produce monstruos”? Bueno, me parece que eso es más bien de libre interpretación, pero acomodándolo a esta ocasión en particular, podemos entenderla como que si nos olvidamos, rechazamos o abandonamos el terreno de la razón, comenzaremos a descubrir monstruos, terribles o no, encontrando tanto el ejemplo del joven Paul o de Matt Cable, que parece olvidar todo uso de cordura para poder satisfacer sus impulsos sexuales reprimidos. ¿Qué son los monstruos para cada uno? Eso es tan subjetivo como la vida misma, y todos tenemos formas distintas de combatirlos, pero una cosa es muy cierta, y es que si pueden a veces brindarnos placer o satisfacción, perder la razón por completo puede llevarnos a nuestro indiscutible final. Para un buen ejemplo de ello, está el próximo tebeo.
Un buen número, pero que parece ser un pequeño descanso del ambicioso arco anterior.
"Hora de Correr"
Narrado en forma anacrónica, "Horra de Correr" se convierte en un punto de inflexión para la mayoría de los participantes en ella, y que termina dejándonos con la miel en los labios, ya que no encontraremos la conclusión hasta el próximo número.
Por mientras, lo que se nos ofrece en estas páginas es un relato atrevido y terrorífico. El Rey Mono, quien escapó del infierno con la ayuda de los padres de Paul al utilizar la Ouija - y a los que acaba asesinando luego de esto -, comienza a alimentarse del miedo de todos los niños del jardín, llegando incluso a enseñarnos escenas brutales y bastantes perturbadoras, como la niña que ve a un hombre deformado como su padre que parece tener la intención de abusar de ella. Me atrevo a decir que es en este número donde Moore comienza su gran trabajo al desarrollar al personaje de Abigail; desde el mismo comienzo, Abigail no había sido creada para nada más que lo que pareciera ser una "damisela que necesita ser rescatada", ya sea por su padre, por Matt o por el mismo Swamp Thing. Con nula personalidad pero un diseño bastante atractivo, Abigail no era más que la compañía femenina que trataba de darle algo más de diversidad a los cómics de Swampy, pero que no aportaba más allá de lo genérico y de convertirse en un punto de la trama obvio como que necesitaba ser salvada. Alan Moore, de forma lenta y honesta, brinda el primer paso para que esta se convierta en un personaje fuerte y autosuficiente, al enfrentar a su marido Matt Cable por sus dichos sobre el jardín donde trabaja, ¿y es que no va luego de todas formas donde el pantanoso para que le ayude? Sí, pero no solamente porque se están enfrentando a algo sobrenatural, sino porque los cambios deben ser pausados y realistas para ser creíbles, no puedes convertir de un momento a otro a una persona en otra sin mayor explicación; son los momentos, las enseñanzas y las experiencias que ayudan a una persona a poder crecer, entender y ser mejor o peor, y con todo lo que ha vivido la pobre Abigail en este corto tiempo, es de admirar que no haya caído en la simple locura, como su marido. Un aplauso para Alan Moore por ello.
La posición y el juego de viñetas, unas sobrepuestas sobre otras o su extensión permiten dar una sensación de rapidez, como demostrándonos que el problema debe ser resuelto antes de que algo más terrible ocurra, mientras que la discusión entre Abigail y Matt va aumentando en los acercamientos, dando una sensación de cómo se aumenta no solo los tonos de los argumentos, sino que también el acaloramiento de la situación, la que luego cada vez se va apagando de a poco. El título del cómic pareciera no referirse solamente al apresurado viaje de Swamp Thing y Abigail, sino que también a la última carrera que Matt decide realizar al final del número, una que no termina de la forma que uno esperaría.
Un relato que termina dejando los pelos de punta, y que invita a que sigamos la historia con un próximo tomo.
Stephen Bissete y John Totleben hacen un excelente trabajo en el primer número, pero decae un poco en el segundo, especialmente en los paneles menores, donde se toman algunas libertades en cuanto a composición de personajes. Esto normalmente no sería un problema, pero el achurado y abusivo coloreado de esta edición no ayuda en nada a pasar por alto estos detalles. Viendo más allá de solamente el dibujo, la narrativa visual mantiene una primera categoría, usando la posición de las viñetas a su favor para poder contarnos todo lo que necesitemos saber de la historia, sin la necesidad de rellenar con paneles que pudieran parecer de relleno o que distraigan de los diálogos. Alan Moore es bien conocido no solamente por ser enormemente exigente con sus cooperadores, sino que al mismo tiempo por tratarlos con respeto y confiar plenamente en ellos, algo que podemos comprobar muy bien aquí, pues la sinergia entre todos estos autores es apabullante, logrando imprimir verdaderas pesadillas en estas páginas. Un trabajo para disfrutar una y otra vez.
Como se puede ver, este tomo sigue manteniendo una calidad que trasciende lo que en esos años podíamos encontrar en los cómics mainstream, con tramas y detalles que intentan ir más allá, pero de forma tan sutil que no emulan un recurso barato de polémica. El desarrollo de historias como personajes mantiene un equilibrio tan fino que pareciera que son el mismo, y las historias avanzan a terrenos que mantienen una expectación fluctuante al no poder adivinar qué va a ocurrir. Un imperdible.
Sumergiéndose en el Pantano
Esta semana, en mi búsqueda constante de información para otorgarles lo mejor a nuestros lectores, les traigo algunos datos que ni yo sabía antes de dedicarme a investigarlos, así que básicamente estamos aprendiendo juntos, todo un gusto para mí. Estos son:
- John Constantine fue presentado íntegramente en Saga of the Swamp Thing Vol. 2 #37, pero su primera aparición real fue en Saga of the Swamp Thing Vol. 2 #25, apareciendo de primer plano en una viñeta. Bissete y Totleben querían dibujar a un personaje que emulara al cantante Sting, y de allí nació el pequeño cameo realizado en este último número. A Allan Moore le gusto mucho la idea, y decidió crearle toda una personalidad al personaje, naciendo entonces Constantine.
- Etrigan y Kamara, el Rey Mono, no son una creación de Alan Moore, sino que de Jack Kirby, ambos en el año 1972, pero con apariciones distintas. El primero nació en The Demon Vol.1 #01, mientras que Kamara hace su primera aparición en The Demon Vol.1 #04.
- Originalmente, Swamp Thing no podía hablar por el tremendo dolor que le causaba, pero esto no parecía más que un simple recurso narrativo que se olvidaba cuando Len Wein necesitaba que el monstruo hablara. Martin Pasko decidió olvidar este detalle para un mejor desarrollo de las historias, tradición que los siguientes autores mantuvieron.
- "Another Green World", título de Saga of the Swamp Thing Vol.2 #23, es una referencia al disco homónimo de Brian Eno. (Dato aportado por mi compañero Marco Gálvez)
- La portada del número #25 de este volumen es la primera en ser realizada por John Totleben y Stephen Bissete, tomando el lugar de Tom Yeates.
Hasta la próxima semana, ¡donde La Cosa del Pantano se lleva su hábitat a Hollywood! Así es, la próxima semana en "Sumergiéndose en el Pantano" daremos datos de las dos películas basadas en él. Descansen y cuiden el Verde, porque él nos cuida a nosotros.