La Cosa del Pantano Parte 2 - Unlimited Editorial
Guión: Alan Moore
Dibujo: Stephen Bissete & John Totleben
Saga of the Swamp Thing Vol.2 #23-24
52 páginas
Volvemos a hundirnos en esta segunda entrega de La Cosa del Pantano de la editorial Unlimited. Luego de unas historias de tono más psicológico y personal, Alan Moore desvía su dirección - sin desviarse completamente del camino de lo psicológico - a lo que podríamos considerar una pequeña revisión de lo que es ser un héroe desde su ácido y filoso punto de vista; si a ello le agregamos los matices de terror y suspenso puro y duro que ya se venían trabajando en la entrega anterior, tenemos como resultado otra pequeña muestra del talento aventajado del autor para su época. ¿Qué esconde realmente Moore dentro de esta narrativa de miedo y desesperación? Tal vez más de lo que podemos ver a simple vista. ¡Vamos a descubrirlo!
Antes de ahondar en las historias, es menester que vuelva a referirme a la edición de este tomo, y es que sigo insistiendo que una buena presentación puede marcar la diferencia en el interés que mantienen los lectores de estas historietas - recordemos que Unlimited no está guiado específicamente a los fanáticos acérrimos y con camino más recorrido en los cómics, sino al lector nuevo, al joven o al viejo que tal vez nunca leyó estas historias o a quien simplemente la portada pueda parecerle interesante -. Por segunda ocasión, obtenemos un tomo sobrio y de contenido justo; las dos historias, las portadas que mantienen su reproducción original y el papel couché que absorbe de distinta forma la coloración, lo que obliga a alterar las tintas y matices; es cosa de ver la contraportada de cartón por dentro, donde se publicita el tomo de la próxima semana, los colores se ven bastante mejor allí.
A pesar de que esta semana puede sentirse un poco menos saturado que el de la pasada, e incluso en algunas escenas queda bastante bien, sigue siendo un punto que perturba a la compilación, sobre todo cuando el coloreado de Tatjana Wood ya es liso de por sí - a pesar de ello, personalmente me gusta mucho -, aquí parecerá simplemente tan fuera de lugar que parece absorber el dibujo y desbordarse por todas partes. Un ejemplo es la última parte del segundo número, que sin verse mal, no puede compararse con el de una publicación con papel bond o el acartonado de las ediciones de Planeta DeAgostini. Sobre la traducción, sigue manteniendo la fidelidad y el sentido del original en su mayoría, la única diferencia notable es que en inglés se usa mayormente el "Wood-Rue", mientras que aquí simplemente "Woodrue", pero nada que cambie el sentido de lo que Moore nos quería contar. La portada del tomo en sí misma, y seguramente en contrario a la opinión popular, me gusta bastante; me parece misteriosa y atrayente con esa suerte de marco negro, aunque es cierto que tal vez no eligieron las mejores portadas para tenerlas como invitación a comprar el número, me parece efectivo y le da un toque de diferencia con otras ediciones, además que tener las portadas en su formato original dentro compensa bastante. Con lo superficial ya revisado, vamos a ver qué nos entrega el corazón de este número.
"Otro Mundo Verde"
El descanso al que se había sumido Swamp Thing en las entregas anteriores se ve interrumpido cuando alcanza a notar que el Verde está siendo perturbado por alguien ajeno a este, Jason Woodrue. El Hombre Florónico, convencido por su delirio de que debe eliminar a toda la vida humana y animal de la Tierra para devolvérsela exclusivamente al Verde, comienza una misión genocida en nombre de la entidad. Mientras, podemos ver que Abigail, luego de escapar por miedo de su marido, vuelve a los pantanos a ver a La Cosa del Pantano; no se ha rendido en recuperar a su amigo.
Esta primera historia, orientada más a una narración clara de suspenso y de terror en cuanto a lo visual, parece querer contarnos de los efectos que conllevan el fanatismo desmedido, incluso cuando se trata de una buena causa, porque si lo analizamos bien, pareciera ser que Woodrue tiene un muy buen punto entre manos; el ser humano parece no preocuparse de nada más que ellos mismos, usando animales y plantas a su antojo y en su mero beneficio, mientras estos, esclavos de nuestra "superioridad mental", deben aceptar esta sumisión y simplemente aceptar su destino al no encontrar una forma de poder defenderse. Un punto interesante que apoya esta idea es la página del policía que, para evitar que se puedan repetir los sucesos de Lacroix - aldea que Floronic Man está atacando -, llega a su casa a destruir toda vida vegetal que pudiera haber en ella, incluyendo un árbol de 20 años de edad que plant´p con su mujer cuando se mudaron a su hogar. ¿Es que acaso la única opción para poder salvarse era la destrucción, el continuar o hacer la guerra? Pero bien, ¿qué separa los actos de la humanidad a los que comete Woodrue? Eso se analiza directamente en el siguiente número, pero como un unitario, esta ocasión es una perfecta forma de plantearse qué tan distintas serían las cosas si no fuéramos la raza dominante, además de cuestionarnos nuestros métodos para solucionar problemas; es posible que la aldea de Lacroix sea tan inocente como las plantas que Woodrue acusa fueron abusadas por el beneficio humano.
Swampy, quien puede sentir en carne - o vegetación, hahaha - propia el desequilibrio que se está formando por las acciones de Floronic Man, además de verse interrumpido en su descanso y en su propio reino por el intruso, se ve obligado a tomar acciones en ello. El número termina con un encuentro entre ambos, con un cortante y sencillo "Basta" - o "No More" en inglés - de Swampy, siendo un epílogo de lo que será un encuentro entre estos dos, dejándonos en la mejor parte.
Como número único, puede sentirse un poco más lento que los anteriores, pero una trama como esta merece sus tiempos para poder ser sutil y al mismo tiempo expositiva. El juego de difuminados y viñetas que realizan los autores es de admiración, con acercamientos terroríficos y expresiones que nos permiten entender y sentir las emociones que éstos personajes sienten, sean protagonistas o menores. Otro gran trabajo hecho por este equipo.
"Raíces"
Si bien este número mantiene el tema del fanatismo y lo hace mucho más explícito, también podemos hurgar en una crítica al heroísmo, concretamente a los métodos que éstos utilizan para solucionar los problemas. Swamp Thing y Floronic Man tienen su encuentro, en el que el segundo trata de traidor del Verde al primero por ayudar a las personas que estaban cerca de la zona de guerra. Al mismo tiempo, la Justice League, quien fue avisada de los desastres que Woodrue estaba cometiendo en ese momento, se encuentra en un dilema, pues no encuentran solución aparente para el plan del villano. Nadie, ni siquiera Superman con todos su poderes, idea alguna forma de evitar este terrible suceso, pero La Cosa del Pantano logra superarlo de la forma más simple de todas: Hablando. Con unas sencillas palabras, este consigue que Woodrue se dé cuenta de que su ceguedad está afectando tanto a la humanidad como al verde, lo que termina quebrando emocionalmente a Floronic Man, que con un agudo juego de interpretaciones e imágenes, podemos entender que no es ni humano ni planta, por ello no puede entender realmente a ninguno.
Ahora, ¿Cómo es que la Justice League no pensó en eso antes? No estoy hablando de soluciones meramente violentas, pues tenían a personajes como Zatanna o Firestorm, que cuentan tanto con poderes mágicos como moleculares. No, e incluso se deja ver cómo lo habían derrotado anteriormente sin problema, pero ahora parecía una causa perdida. No solo eso, sino que el punto de que no vieron venir esto porque Floronic Man no atacó una gran ciudad como New York, sino que un pequeño pueblo de menos de 600 personas. ¿Quién elige quién debe ser salvado y por qué? ¿Es que los héroes están perdiendo un poco su humanidad con este juego constante de villanos y salvadores, olvidando lo realmente frágil que es la vida humana? Alan Moore peca también de dejar como unos incompetentes a toda la liga, prácticamente barriendo el piso con todo su sistema en unas pocas páginas - que incluso llegan cuando el problema está resuelto para encerrar a Woodrue como si fuera cualquier otra ocasión, cuando estábamos hablando de la extinción hace unos minutos -, y si eso es algo que guste o no, queda a decisión del consumidor, pero a mí me ha parecido una jugada atrevida que acaba dando resultado para el mensaje que quería entregarnos, que fue el hecho de que un ser antropomórfico vegetal que acaba perdiendo la ultima pizca de humanidad que le quedaba sea la responsable de salvar a todos los humanos del planeta.
Esta revelación le permite a nuestro querido coloso verde que entienda lo que él es de alguna manera, que pueda aceptarlo, e incluso, que llegue a quererlo a ello y a sí mismo, terminado el número con un splash de una hoja completa que no da nada más que esperanzas y ganas de seguir vivo.
El arte alcanza un punto espectacular en estos dos números. Los planos que nos enseñas a Swampy en completo son simplemente llenos de armonía y detalles que nos permiten admirar el trabajo sin cansarnos una y otra vez; cuando se trata de los paneles que deben darnos terror o motivarnos se hace un trabajo espléndido con las expresiones faciales de los personajes, tanto así, que incluso si faltaran diálogos en las páginas, podríamos hacernos fácilmente una idea de lo que está ocurriendo, unos maestros de los lápices Stephen Bissete y John Totleben.
Cerraré declarando que como primer arco de Moore a cargo de esta revista, no es exageración señalar que logró cambiar lo que uno puede esperar en un cómic para siempre. Como ya señalé, no sólo nos entregó una historia madura y brillante en sólo 5 números (contando el omitido #20), sino que en ellos crea una crítica del estancamiento superheroico de ese tiempo. Atrevido y totalmente distinto, esta es solo una pequeña muestra de las maravillas que La Cosa del Pantano tiene para ofrecernos.
Sumergiéndose en el Pantano
Esta semana, me dedicaré a datos más gráficos y de mención a números anteriores, especialmente a quienes aparecieron en el "sueño" de Swampy del número anterior (#22).
• La añana es Anton Arcane, enemigo principal de la serie y que tiene su primera aparición en Swamp Thing Vol.1 #02. Su forma de araña aparece por primera vez en Swamp Thing Vol.2 #17, de Martin Pasko.
• El robot aparece por primera vez en Swamp Thing Vol.1 #06. Fue enviado por la organización del Cónclave para capturar a Swampy.
• El alienígena aparece por primera vez en Swamp Thing Vol.1 #09. Un extranjero espacial que cayó por accidente a nuestro planeta, solo esperaba recibir ayuda y en cambio solo le dan hostilidad.
• El monstruo estilo Frankenstein aparece como una figura ensombrecida en Swamp Thing Vol.1 #02, y de forma completa en el #03. Es en realidad Gregory Arcane, hermano de Anton y padre de Abigail. Tiene esa figura luego de pisar un campo minado y ser reconstruido por su hermano.
• M' Nagalah, criatura totalmente lovecraftiana, aparece por primera vez en Swamp Thing Vol.1 #08. No solo se atribuye el tormento de un pueblo entero, sino que el encargado de crear la humanidad, e incluso darle su inspiración a escritores como Poe y Lovecraft. Bueno, si era tan inteligente ¿por qué se murió? (no muere en realidad).
• El hombre lobo se nos presenta en Swamp Thing Vol.1 #04. Maldecido, este hombre está destinado a vivir su vida como un monstruo, a lo que su familia intenta hacer algo al respecto.
• El dinosaurio es de Swamp Thing Vol. 1 #12, número en que Bernie Wrightson ya no dibujaba, sino que Nestor Redondo. Muy poco aporte en la trama, su aparición se debe a unos viajes temporales a los que se encontraba víctima el pantanoso.
• Para terminar, un claro homenaje que se hizo en los New 52 a la portada de Swamp Thing Vol.1 #10. Podemos ver como en el mismo número, el Vol.5 hace una reproducción actualizada de aquel dibujo, a cargo de Yanick Paquette.
Espero que hayan satisfecho su húmedo gusto tanto el número como esta pequeña reseña. No olviden comentar y darme su opinión, aquí nos interesa. Hasta la próxima semana.