La Cosa del Pantano Parte 1 - Unlimited Editorial
Guión: Alan Moore
Dibujo: Stephen Bissete & John Totleben
Saga of the Swamp Thing Vol.2 #21-22
52 páginas
Unlimited cómics, editorial chilena parte del Grupo Copesa, sorprendió al mundo comiquero criollo cuando anunció el pasado 14 de Julio el lanzamiento de La Cosa del Pantano de Alan Moore, una corrida que a pesar de ser aclamada por fanáticos y expertos del mundo comiquero, sigue manteniendo cierto anonimato culposo para muchos lectores, quienes aprovecharán esta ocasión como primer encuentro con la creación de Len Wein y Bernie Wrightson. Si es tu primera vez leyendo esta magnífica saga, podría estar escribiendo montones de párrafos aburridos de por qué este es uno de mis cómics favoritos, pero no pienso aburrirlos con mi infinita admiración e interminables halagos a Moore, para esto está el artículo de Swamp Thing del MV52 que fue publicado hace un tiempo, hecho por su mismo servidor, el cual también pueden usar perfectamente como una introducción general a estas historias.
No, expresaré mi cariño a tal obra dándoles el mejor análisis que pueda sobre esta nueva edición que invade los kioscos nacionales, y para ello, desmembraré la edición de forma material como de contenido, además de una pequeña sorpresa que estaré añadiendo cada semana a estas reseñas. ¿Eres un lector nuevo y no entendiste lo suficiente qué está ocurriendo? ¿Ya habías leído a Swampy en el pasado y te interesa conocer algunos datos extras sobre él? ¿Sabes mucho sobre el personaje y gustas de corregirme en alguno de mis dichos? Sean todos libres de hacerlo, porque a partir de hoy, queridos lectores del blog, comenzamos un viaje a través del "verde"; uno que al terminarlo, te prometo que de alguna forma, aunque sea muy pequeña, va a cambiar tu modo de ver la vida. Ese es el poder de Alan Moore.
Partamos por la edición, que tiene tanto puntos positivos como negativos. Lo mejor siempre es partir con las malas noticias, y en este caso son de alto calibre: Unlimited hizo omisión del número #20 de esta colección, primer número originalmente escrito por Alan Moore. Este es un tema que puede dar para mucho debate; algunas personas pueden opinar que es un número meramente transitorio que el número siguiente explica de forma resumida y correcta para quienes se lo perdieron; otros pueden comentar que las mismas colecciones estadounidenses, originalmente, tampoco lo incluían, restándole importancia al hecho; también estarán quienes digan que es un error imperdonable el llenarse la boca con publicar las historias de Alan Moore y que falte nada menos que la primera de ellas; y los más pesimistas pueden hasta especular si futuras entregas también serán extraídas por no considerarse de importancia.
¿Mi humilde opinión? Sí, agradezco que Unlimited se la juegue con colecciones que no necesariamente aseguran un éxito comercial, al mismo tiempo que acerquen este material al público general y que también tomen en cuenta las opiniones de sus seguidores para elegir futuras publicaciones, no les quito ese mérito, e incluso podría perdonarles la omisión de no ser que no se hace ninguna referencia a ello; me hace pensar la poca preparación o cariño que puedan estar otorgándole. No solo el número #20 no se encuentra por ningún lado, sino que tampoco tenemos alguna introducción que permita una entrada más amigable a este personaje, limitándose a lanzar dos historias sin prólogo alguno que ayude a situar a nuevos lectores a sentirse atraídos un poco más allá de lo que nos ofrecen estas historietas - que tienen la suerte de hablar por sí mismas por su tremenda calidad -. También es menester señalar que, si bien se agradece que Unlimited mantenga el “papel de lujo” en sus colecciones de forma permanente, no puedo evitar el pensar que por el estilo de dibujo y color de estos cómics, podrían apreciarse de forma más correcta en su antiguo papel bond; los colores, retocados digitalmente para poder congeniar con el couché de esta edición suele resultar demasiado chillón, además de jugarle en contra al estilo de dibujo, pareciendo que lo invade más que lo acompaña en ciertas ocasiones; no es un trabajo que arruine la experiencia, e incluso uno se acostumbra rápido, pero puede que le quite impacto a algunas escenas y lo aleje de la temática del terror con colores tan claros y un entintado más bien opaco.
Aquí termina lo negativo. Lo que está bien, realmente está bien. Comenzaré aplaudiendo la magistral traducción del tomo - lamentablemente no sé de quién es, pues no encontré donde se señala; si alguien lo encuentra o lo sabe, deje un comentario contándonos -, reproduciendo de forma impecable la intención de Moore en los diálogos, incluyendo cada punto y coma del escrito original, muy bien allí Unlimited. También, la reproducción fidedigna de las portadas hechas por Tom Yates, que incluso mantienen su texto en inglés, me pareció bastante nostálgico y ayuda a mantener una sensación de estar leyendo la historia original. Con la cabeza fría, es un tomo sobrio y correcto, pero muy pobre como primer encuentro con nuestro verde amigo. Sobre los extras, puedo entender que no se agregaran en esta ocasión, pues en los años que se publicaban estas historias no se aplicaba la estrategia de las portadas alternativas con este tipo de títulos, así que pasaremos por alto el detalle. Y bueno, antes de pasar a las historias, ¿de qué nos perdimos exactamente en el número #20? Los invito a que lean de todas formas este número de la manera que más les acomode, pero como pequeño resumen les dejo la siguiente imagen.
Con eso zanjado, pasemos directamente al contenido de esta “Parte 1”.
"Lección de Anatomía"
Alan Moore llegó haciendo escuela, no perdió el tiempo y en sólo dos números se dedicó a hacer una deconstrucción y estudio sublime sobre La Cosa del Pantano, cambiando al personaje para siempre. No solo consigue darle una vuelta completa al personaje, tanto en intenciones como objetivos, sino que logra hacerlo de una manera que funciona, que puedes creerlo y te deja con la boca abierta. No hablamos de uno de esos giros de guiones que sabes que durarán unos cuantos números y luego volverá a ser como siempre, no: las cosas cambiarían para siempre a partir de este momento - o bueno, así era hasta antes de los New 52, pero eso es otro tema -. La Cosa del Pantano estaba muerto, o eso se creía, como también otras cosas que estaban destinadas a cambiar su rumbo para siempre. Moore logra desarrollar una historia alejada de todos los tópicos superheroicos de una época que solo se repetía a sí misma para dar salto a un tema maduro y de nulo descubrimiento en un cómic de esta categoría: la pérdida de la identidad. No es difícil ponerse en el lugar de Swampy; se encuentra perdido, quitado de lo único que lo mantenía cuerdo, perdiendo no solo su identidad, sino que también sus objetivos, sus sueños, sus deseos, su esperanza, lo que termina por convertirlo en un monstruo al final del día. La madurez y el perfecto ritmo con el que el autor juega para contarnos esta historia de desolación y engaño es brillante, yendo in crescendo hasta el inevitable final, con una última parte terrorífica que logra poner los pelos de punta; este desarrollo se encuentra adornado de por sí por temas que, sea en mayor o menor medida, dejan frío por la crudeza y honestidad como se tratan, como por ejemplo de la experimentación sobre seres vivos o muertos, o la exhumación de las esposa de Alec Holland para efectos sencillamente villanescos. Brutal.
¿Y qué queda cuando uno pierde todo? Perder la cordura. El mismo cómic hace énfasis de que la reacción de La Cosa no está guiada sencillamente por odio o rencor, sino por miedo, por desesperación, lo que lo llevó a realizar actos que nunca se creía capaz de realizar, como cualquier ser humano, como cualquier ser con sentimientos. Lo que Moore nos ofrece en pocas palabras, es la epitome de un problema humano aplicado a un ser sobrenatural; lo convierte en uno más de nosotros sin realmente serlo, y con ello, consigue convertir de forma muy expedita a La Cosa del Pantano en una de las revistas más interesantes, no solo de su época, sino que de la historia general del cómic. Estamos hablando de historias publicadas hace más de 20 años atrás, pero consiguen mantener su frescura y novedad hasta hoy, y sobre otros muchos títulos actuales que no hacen más que reciclar historias pasadas sin mayor esfuerzo alguno. ¿Lo mejor de todo? Esto recién está comenzando.
"Desbordados"
Continúa el viaje de La Cosa para encontrarse a sí mismo, ahora sumido en lo que podemos interpretar como un claro cuadro de depresión, luego de la nefasta revelación a la que estuvo expuesto hace poco. Remitiéndose a convertirse "en su verdadero ser", Swamp Thing vuelve a los pantanos de Louisiana que lo vieron nacer, para echar raíces y olvidar su humanidad para siempre. Alan Moore hace tremenda gala de su conocido juego de metáforas y yuxtaposiciones, convirtiendo las escenas en que Swamp Thing parece "soñar" en una llena de interpretaciones y mensajes ocultos; no solo eso, sino que es un claro resumen de todo lo acontecido en el pasado y cómo el monstruo, con los ojos abiertos sobre su verdad, logra interpretarlo y aceptarlo a su modo.
Floronic Man intenta contactar con el "Verde", la fuerza elemental que conecta con todas las plantas de la tierra, y solo me ceñiré a darles esta descripción para no adelantarles nada. Este logra hacerlo a través de Swamp Thing, y cuando lo hace, puede sentir todo el dolor e injusticia que sufre la vegetación por culpa de los humanos, sintiendo asco - y vergüenza -; esto logra despojarlo de su humanidad y lo convence de que él es el avatar del verde, intuyéndose a sí mismo una misión a nombre de este, misión que conoceremos en números más adelante.
Mientras nuestro protagonista se sumerge en los problemas de aceptación en los que se encuentra ahogado, tenemos todo lo contrario en el personaje del Floronic Man: él desea renunciar a todo rastro de humanidad que pueda haber en él. Pero no solo eso, al mismo tiempo encontramos que en la "perfecta" vida humana, Abigail Arcane y Matt Cable viven un perfecto infierno personal cada uno, guiado por la poca comunicación y el estrés sexual que están sintiendo - tema muy recurrente en las historias de Moore, pero que son abocados de forma adulta y realista -. Por lo que tenemos tres posiciones distintas: alguien que lucha por su humanidad, otro que lucha por perderla y quienes la tienen pero no saben cómo llevarla, todos escapando de alguna forma de ella y por diferentes motivos. Nuevamente una historia escrita de forma tan meticulosa que logra tener su propio desarrollo argumental y de personajes al mismo tiempo, sin descuidar ninguno y haciéndolos parte vital de la historia.
El dibujo de John Totlenben y Stephen Bissete es elegante y aterrador al mismo tiempo, pero además sabe jugar muy bien con las emociones y los guiones de Moore, teniendo, a mi gusto, la misma importancia que lo literal. El hermoso y delicado color de Tajtana Wood se ve modificado en esta edición, como ya mencioné anteriormente, cosa que lamento mucho.
Como conclusión, dos números que seguramente te dieron mucho en qué pensar, situaciones que no esperabas encontrar en una colección de este tipo. Te felicito por eso, todavía recuerdo mi primera vez con Swampy y cómo me ponía a releer varias veces las escenas o me quedaba mirando algunos paneles por mucho tiempo; es una de las experiencias comiqueras que recuerdo con más cariño, y espero que cuando todo termine, podamos compartirla todos juntos.
Sumergiéndose en el Pantano
¡Y ahora la sección especial! Aquí me dedicaré a contarles algunas cuantas trivias de nuestro personaje verde favorito, desde experiencias de los autores, explicaciones de cameos en los números, datos interesantes y cualquier otra cosa que pueda ser digna de mención. Recuerden también dejarme cualquier sugerencia en los comentarios sobre qué les gustaría saber, si quieren que me explaye más en alguna explicación o si no me di a entender bien. Para esta semana les traigo los siguientes datos:
• Las primeras doce páginas de Swamp Thing Vol.1 #2 se perdieron en el correo cuando se les envió a Berni Wrightson para que las entintara. Wrightson tuvo que comenzar a trabajar en las páginas de forma apresurada, y alcanzó a terminar dos, hasta que finalmente recibió las perdidas en su hogar.
• Muchos suelen confundir a Man-Thing con Swamp Thing, pero ambos, aparte de ser distintos en poderes e historias, están fuertemente influenciados por The Heap, personaje de los años 40. De todas formas, Man-Thing nació año y medio antes en Marvel (mayo de 1971) que el primer volumen de Swamp Thing (noviembre de 1972), pero nunca se tomaron acciones legales.
• Floronic Man no es un personaje creado por Alan Moore, sino que por Gardner Fox y Gil Kane en el año 1961. Originalmente enemigo de The Atom, Jason Woodrue es un dryad (en los mitos griegos se les entendía como entidades de los bosques) exiliado de su dimensión, y que originalmente se llama Plant Master.
• Tanto el volumen 1 como el volumen 2 de Swamp Thing, pese a ser grandes éxitos, tuvieron problemas de distribución en Estados Unidos y muy pocas copias se entregaban respectivamente a cada estado.
Estén atentos la próxima semana a datos inútiles del pantanoso. Compren la colección, que a pesar de todo, es una buena forma de acercarse fácilmente a estas historias, además de que si les va bien, siempre existe la posibilidad de que alarguen la cantidad de entregas y quién sabe, podríamos terminar con la corrida completa - o casi - del barbón. Hasta el próximo número y que el verde los acompañe.