The New 52 - Blackhawks
Es hora de meternos en una de las series de la línea Edge, donde se encuentran las que supuestamente son más violentas... pero más bien es el cajón de sastre donde van las series que no cuadran con las otras categorías. En esta honrosa categoría (?) tenemos Blackhawks, otro cómic con el que DC buscaba rescatar conceptos y diversificar su línea de lanzamientos.
Esta encarnación no tiene nada que ver con las anteriores, teniendo un roster completamente nuevo (no van a encontrar a la Lady Blackhawk rubia de las Birds of Prey pre-reboot), lo cual ayuda harto, porque no tenía idea de nada sobre este equipo y me permitió analizar el cómic por sus propios méritos.
BLACKHAWKS
Guión: Mike Costa
Dibujo: Graham Nolan, Trevor McCarthy y Cafu
Entintadores: Ken Lashley, Bit
Colores: Guy Major
Textos: Rob Leigh, Carlos Mangual
Blackhawks Vol.1 #01-08
Resumen
Todo parte en una misión en Kazajstán con el equipo secreto haciendo cosas de equipos secretos... con el único problema que un miembro del equipo, Kunoichi, es fotografiada y la existencia del equipo se vuelve conocida por internet, además durante dicha misión un operativo rival la muerde y la infecta con Nanocites, una especie de nanotecnología que pasa a ser un elemento central durante toda la duración del cómic. Además conocemos el cuartel general del equipo, The Eyrie, una especie de fortaleza metida entre las montañas de Asia.
Más tarde nos enteramos que es la ONU quien inició el programa Blackhawks e incluso en un momento se llega a cuestionar la necesidad de su existencia, al existir en forma paralela la Justice League International, pero el comic llega a justificar su existencia, al menos por un tiempo.
Con el tiempo se nos presenta a Mother Machine, un personaje al que claramente se le puede sacar más provecho, en particular porque sus motivaciones y métodos se parecen MUCHO a los de Brother Eye, el cual no aparece en este cómic, por cierto. Igualmente el cómic eventualmente trata de desarrollar las relaciones del equipo Blackhawk, mostrándonos principalmente a los miembros que no son carne de cañon: Lady Blackhawk, The Irishman, Attila, Wildman, Canada y su comandante Andrew Lincoln.
Comentario
El principal problema que le encontré al cómic es que durante al menos la mitad del primer arco se esforzaba más en mostrar a los Blackhawks en situaciones de acción que en convencer al lector sobre por qué debería importarle lo que ocurra con los personajes, lo que claramente influyó en su temprana cancelación. Es más, el #6 que iniciaba el segundo arco argumental hubiera sido un muy superior primer número por el balance que tiene entre la acción y el desarrollo de personajes, lo que tal vez hubiera cambiado completamente la suerte de esta serie... no se hubiera convertido en una de las más vendidas, pero podría haber continuado como una serie de culto de haberse hecho bien. La verdad no sé si culpar a Mike Costa por esto, ya que claramente era un escritor adecuado para la tarea (Wikipedia dice que escribió comics de G.I. Joe y del videojuego Resistance) y que a medida que avanza la historia se le nota más cómodo con los personajes.
La temprana cancelación del cómic claramente afectó el desarrollo de personajes, salvo a Kunoichi que fue la que recibió mayor atención. Al resto apenas los pudimos conocer en profundidad, salvo algunos detalles de la vida de The Irishman y Attila, pero personajes como la nueva Lady Blackhawk terminan siendo un completo misterio.
Lo que me gustó harto fue el enfoque Sci-Fi que fue adquiriendo, con elementos como collares traductores de perros al estilo de la película UP y la idea de digitalización del ADN como un medio para guiar la evolución, depurando residuos evolutivos.
Sobre el arte, originalmente recayó en Graham Nolan, el cual no me gustó como dibuja, es similar al estilo de David Finch, pero incluso más feo. A partir del #2 Trevor McCarthy ayudó con las terminaciones, lo cual se notó particularmente en la mejora de ese número en particular, pero en los números siguientes el estilo Finch vuelve en toda su horrenda gloria. A partir del número #5 se dieron cuenta que el Finch pirata no rendía y Cafu dibuja, Bit entinta y Carlos Mangual se hace cargo de los textos.
Pero lo más curioso de todo es cómo percibí al equipo, el cual pese a la cantidad de recursos que poseía y que sus integrantes se les notaba capaces, la organización en su conjunto producía resultados mediocres y a mis ojos se les veía incompetentes, al menos en comparación con otras agencias del universo DC. Aun así, los Blackhawks no terminaron siendo una idea tóxica, por lo cual fácilmente podrían ser reintroducidos en el DCU, tal vez no en un cómic propio, pero sí dentro del juego de las agencias de espionaje como Spyral, Checkmate o A.R.G.U.S.
No es un cómic que leería nuevamente porque por su extensión no da para mucho, pero es perfectamente recomendable para quienes quieran conocer más sobre el lado sin tantos poderes del DCU.