Cómic Chileno – En Dosis Diarias
Si a cualquier lector latinoamericano medianamente familiarizado con el cómic le mencionan Ediciones de la Flor, sabrá que se está hablando de una editorial de la hermana república de la Argentina, responsable de las múltiples ediciones de Mafalda y del material de Quino, y de otros tantos humoristas gráficos del otro lado de los Andes como por ejemplo Roberto Fontanarrosa y su Bogie, el Aceitoso.
¿Qué tiene que ver esto con el humorista gráfico chileno Alberto Montt (nacido en Quito en 1972, padre chileno y madre ecuatoriana)? Muy simple: Montt es el primero de nuestros compatriotas en ser publicado por las míticas Ediciones de la Flor, el año 2011 (con un librito llamado ¿Quién es Montt?).
Las tiras de Montt aparecen, de manera gratuita y con cierta frecuencia desde el año 2006, en su propio sitio: www.dosisdiarias.com. El 2008 se publicó en el mercado local el primer volumen recopilatorio de En Dosis Diarias (Ediciones B, y ya van por el quinto). Y como si el éxito local no fuera suficiente, la ya mencionada editorial argentina totaliza otros cuatro tomos (además del ya mencionado, están Mecachendié, Rompe, Paga, y Sí Pero No).
Montt es, ante todo, sobresaliente y sarcástico. Irónico, ácido, y brillante. Es uno de los nuestros: su obra está llena de referencias a la cultura pop y a la ñoñería (Star Wars, superhéroes de uno y otro lado, y afines son innumerables... y tratados con el menor respeto posible: Magneto sabe que no puede sentarse cerca de Iron Man, Flash es un eyaculador precoz, y Batman cae en la trampa del fraude nigeriano). Irrespetuoso al punto que dos de sus personajes recurrentes son Dios y el Diablo. Su estilo de dibujo es absolutamente particular, propio e inconfundible. Los nombres que da a los personajes que aparecen una única vez son nombres que antiguamente, alguna vez, se usaron en Chile. Y suma y sigue.
¿Por qué hay que leer a Montt? En primer lugar, porque es contemporáneo nuestro. Está produciendo ahora mismo, como parte de una camada de creadores locales, y eso, por sí mismo, es muy valorable. Tal como ocurre con las personas, la salud mental comienza por la capacidad de tomarse uno mismo no demasiado en serio. En segundo lugar, porque es bueno. Bueno bueno. Como muestra, acá hay apenas tres chistes. Métase a su página y dese cuenta que es mucho más. En tercero, porque el tipo es dedicado con sus fans (basta ir a darse una vuelta a cualquiera de los lanzamientos de libros o donde sea que esté firmando: el tipo no te hace un garabato, ¡te hace un dibujo completo!), así que cualquiera de nosotros tiene la oportunidad de tener un libro dedicado por el autor sin necesidad de pagar la entrada a un evento. Cuarto (y final) porque es uno de los nuestros, un ñoño (de otro modo, es imposible que publique tanto chiste de El Señor de los Anillos) con capacidad de reirse de la ñoñería. Y por último (si, ya había dicho "y final", ¿y qué?), porque -por fin- tenemos un humorista gráfico con el que sacar pecho ante el resto del mundo. Su humor no es localista (para nada). Es un chileno... global.
Lea a Montt. Comente a Montt. Recomiende a Montt. Compre a Montt. Regale a Montt. Los bolsillos de Montt se lo agradecerán. Y, también, todo aquél que lo lea.