The Li'l Depressed Boy, o 'Scott Pilgrim' si en vez de exes y super poderes hubiera música indie y depresión
Cabros, vuelve The Li’l Depressed Boy. No, momento, déjenme decirlo como de verdad me siento:
¡¡¡¡¡¡¡VUELVE THE LI’L DEPRESSED BOY!!!!!!!
La semana pasada los propios autores anunciaron que están trabajando en un nuevo arco de uno de los comics más personales de la nueva generación. Después de más de un año (HOLY SHIT, FUE UN AÑO DOLOROSO) sin saber nada del muñeco de trapo favorito del circuito indie, LDB está de vuelta, y para los que estamos ya metidos en ese mundo de música triste y vacíos existenciales, son noticias increíbles; para los que no tienen idea de qué estoy hablando... déjenme mostrarles...
The Li’l Depressed Boy, o LDB para acortar, es la creación de Shaun Steven Struble, un escritor que el '98 se le ocurrió que un webcomic sobre un trapo depresivo era justo lo que necesitaba para atraer a la niña que le gustaba en ese momento. Según él mismo, fracasó rotundamente, y después de una semana ni se preocupó en seguir con el cuento.
Pero el punk siempre lo puede todo, y digo esto literalmente porque LDB volvió a aparecer en un experimento medio zine/medio antología de comics; pero atrás quedó el formato comic-strip en el que vio la vida y se estiró a un par de páginas, inmerso en un monólogo contemplativo sobre la soledad y el propósito último de la vida nos encontramos con un nuevo LDB ahora dibujado por Zachary Le Trover. El experimento duró un par de años, no siempre con nuestro amigo, pero de a poco haciéndose un nombre. Luego de que United Front levantara más de lo que pudiera y dejara de existir, LDB tomó sus petacas, sus vinilos de Devo y The Cure y se devolvió a la internet a crecer y ser ahora dibujado por una pila de dibujantes, Chris Fenoglio y Sina Grace se llevaron la mayor parte del trabajo, pero las aventuras y tristezas dieron para todos los estilos, llegando incluso a ser dibujado por Sam Keith y Jim Valentino en oportunidades.
Todo lo que se fue desarrollando primero en la web, luego en revistas, y otra vez la web pagó cuando, por fin, en 2011 Struble dio el salto definitivo, llevándose a su colaborador usual Sina Grace, a los miércoles impresos cuando en Image los aceptaron para una nueva serie regular.
Por su puesto regular es un decir, porque en 2 años y medio lograron sacar 16 números, llegando a un punto en que a principios de 2013 pararon y dijeron “Ok, lo sentimos, no podemos hacer esto regular así que no vamos a sacar nada hasta que podamos hacer algo regular de verdad. Oh, también vamos a hacerlo como Hellboy así que prepárense para 5 o 6 meses con comics y después nada por un tiempo indeterminado. Que les vaya bonito” y ahí quedamos... hasta hace una semana.
Eso es más o menos la historia de cómo llegamos acá, pero en verdad... ¿Qué significa todo esto?
Los comics son sobre todo expresión, y a pesar de todos los cambios que sufrió este comic en su historia, la expresión es la única constante. La expresión ha estado presente en cada una de las etapas. Shaun Steven cuenta (y leyendo su obra no es necesario que lo diga explícitamente) que siempre fue alguien que no encajaba, que Li’l Depressed Boy fue un escape, un lugar donde poner todo lo que sentía y le costaba decir.
Comenzando con un layout clásico de tres paneles y un chiste al final de cada tira, un Struble aún en el colegio intenta hacer que la entonces chica de sus sueños se fije en él, grita “hey, mírame soy creativo, soy chistoso, soy alguien y puedo hacer algo”.
Explorando formas de escritura más largas y luchando con el sentimiento de no pertenecer en un nuevo mundo como la universidad, LDB toma un giro más melancólico y la obra se vuelve más acompasada, cargando con más peso que antes, ya no hay una esperanza de que la chica de sus sueños se vaya a fijar en él, de que algo vaya a cumplirse en su vida. Todo dando paso al siguiente paso.
Ya fuera de los estudios, y luchando con una intensa depresión, la obra de Struble se vuelve más oscura. Li’l Depressed Boy ahora sí se gana el nombre, y en momentos más experimentales no hay diálogos, sino una serie de imágenes tristes con poemas sobrepuestos. Aun cuando se siente un poco de esperanza, autor y protagonista se pisan la cola ellos mismos para que se corte de raíz.
Y de pronto todo se corta. No sabemos más de nuestro personaje por un tiempo, y luego aparece en las páginas de su propia revista.
Sabiendo lo enorme influencia de la vida de SSS en el comic, cuando abrimos la primera página de LDB #1 sabemos que algo bueno pasó porque el tono cambia completamente, otro de los monólogos a los que nos acostumbra Struble abre el comic: “He caído en mi vieja rutina, retraído tras estas murallas nuevamente [...] Recluirme ya no funciona [...] Es tiempo de encontrar otra cosa por lo que vivir”
Y quieres abrazarlo porque por fin venció sus demonios, porque el comic los convierte también en tus demonios. Porque sientes que cada página de la web en la que este barbón de Texas te mostró su alma y se hizo uno contigo dieron por fin resultado.
LDB es inmensamente personal, vemos cada paso en la vida del autor, lo vemos crecer y sufrir en el proceso, pero en esta época que aliena a la gente, todos pueden relacionarse con eso. Struble es un tipo solitario que le gustan los juegos de video y los cómics, y la música indie, y los usa como anclas para aferrarse a la vida, y real, REALMENTE quiere que tú hagas lo mismo, ojalá con su propio comic.
PD: Uno de los momentos que más voy a recordar en mi vida relacionada a los comics fue que publicaron mi carta en el #16 de la colección original. Fue maravilloso. Ojalá a ustedes alguna vez les publiquen una carta en uno de sus comics favoritos porque se siente la raja.