MV52: N°4 - Kingdom Come
Reseña: Antoine Von Rainer Phibes
Lugar: 4 (55 puntos, 12 votos)
Guión: Mark Waid
Dibujo: Alex Ross
Hubo voces... rayos, truenos... Y un terremoto.
Con una cita bíblica anunciando el destino que espera al final de la historia somos introducidos a Kingdom Come, la obra de Mark Waid con dibujos del pintor Alex Ross, quien logra transformar a los “Héroes” de esta historia en versiones realistas de sí mismos, dándole una profundidad e identidad a la historia que pocos pueden lograr solamente con sus viñetas.
Mi primer acercamiento a esta historia fue hace unos dos años aproximadamente en la casa de un amigo, intruseando sus cosas encontré el primer tomo de ECC y se lo pedí. Hasta ese momento no tenía idea de la historia y quedé asombrado por la cantidad de detalles y personajes (muchos de los cuales no conocía en ese tiempo), además de las ilustraciones, las cuales jamás había visto en otro cómic.
Esta historia nos muestra un mundo donde los grandes héroes del universo DC han decidido renunciar siguiendo a Superman, quien se retira al darse cuenta que el tipo de justicia que él proponía era percibida como anticuada y fuera de lugar por la humanidad que había jurado proteger. Esto da paso a una nueva generación de superhéroes, quienes son los descendientes de los antiguos que pelean solo por la diversión de hacerlo y no inspirados por el bien superior como lo hubiera hecho la antigua generación en su momento.
El hilo conductor de la historia es Norman McCay, un pastor amigo de Wesley Dodds (el Sandman de la Golden Age). Este último al morir le hereda sus visiones del futuro, guiado por el Espectro, quien se ha distanciado totalmente de su lado humano volviéndose un ser apático e imposibilitado para tomar la decisión de a quién castigar, por lo que se vale del juicio moral y las visiones de Norman para que éste le ayude a decidir.
Luego de una lucha entre un grupo llamado el Justice Batallion (donde uno de sus miembros es Magog, uno de los personajes más importantes de esta historia) y el Parásito, quien trata de rendirse pero es completamente ignorado por unos héroes que lo único que quieren es tener una pelea. Al tratar de defenderse logra herir de gravedad a Capitán Atom, quien explota destruyendo e irradiando Kansas, dejándola inhabitable. Luego de la tragedia, los súper humanos se vuelven aún más incontrolables, luchando solo por el gusto de hacerlo; esto provoca finalmente la intervención de Superman y el comienzo del final.
La verdad no quiero seguir hablando de la historia, si no la has leído no quiero arruinarte nada y si ya la has leído sabes exactamente todo lo que viene, así que simplemente hablaré de mi experiencia y visiones personales acerca de lo que para mí es una de las obras más importantes en la historia del cómic y mi lanza de batalla en la discusión de que el cómic sí puede ser considerado como arte, al mismo nivel que el cine o la literatura.
Una de las lecturas más importantes que se puede ver dentro de la historia no es sólo la lucha generacional entre la vieja guardia comandada por Superman y esta nueva generación irresponsable de superhéroes, quienes se ven obligados a servir en la reformada Liga de la Justicia o ser enviados a un Gulag por ser, según esta nueva Liga, un peligro para otros pero sin ser puestos en un juicio. Estas detenciones se aprecian como un intento de imponer un régimen totalitario en la comunidad metahumana. Por otro lado tenemos dos facciones que se oponen a Superman y su Justice League, el M.L.F. (Mankind Liberation Front), compuesto de antiguos enemigos de la Liga original, junto con el único humano que podría derrotar a Superman misteriosamente del lado de Luthor y los Outsiders de Batman, que están compuestos por sus antiguos aliados y otros héroes que no se alinearon con la Liga de la Justicia, en su mayoría vigilantes sin poderes. Ambas organizaciones con agendas muy distintas pero un mismo objetivo: detener a Superman. Durante la mayor parte del conflicto queda claro que esta nueva JL se ha convertido en una versión más militante que la original con miembros como Wonder Woman que están dispuestos a matar si es necesario, dando a entender que el tono que se le quería dar a esta Liga era de una moralidad gris en el mejor de los casos.
Otra cosa que siempre me ha llamado la atención como lo mencioné brevemente más arriba es la gran cantidad de personajes que aparecen en la historia. Esto nos muestra lo grande que es realmente el universo DC, con apariciones de casi todos los personajes alguna vez publicados por la editorial, aunque sea de fondo o una mención, dándole a los fanáticos ese sentimiento de que estábamos frente a un universo que respira por sí mismo, lleno de detalles y vida, lo cual es coherente siendo que efectivamente nos estamos enfrentando a un posible final y nuevo inicio de este universo (no, no me refiero a un reboot ¬¬).
En resumen, esta historia es una que todo comiquero debe haber leído alguna vez en su vida, independiente de sus sentimientos por los personajes y el universo DC; no sólo por el arte y las ilustraciones, que por supuesto hacen gran parte de la obra, sino que también por esta historia que nos muestra a unos héroes humanos con dudas y temores, falibles e inseguros en su misión de cara a una humanidad que ya no los adora como dioses, sino que les teme, incluso aquellos humanos que lucharon a su lado alguna vez, esta guerra que finaliza con una gran cantidad de bajas pero que también muestra cómo se completa el círculo para los grandes personajes de DC.