Hitman de Garth Ennis y John McCrea
Si se puede enmarcar una frase en tu vida, a mi en lo personal me encantaría poder poner en mi pared esto:
Existen dos tipos de personas en el mundo: los que le gustan las películas de Clint Eastwood y los tontos.
Lo que parece una mera frase para quedar como un "cinéfilo cool", en Hitman es toda una declaración de principios. Recapitulemos.
Hitman nació en un anual de The Demon por ahí por los noventa, en el marco de un evento llamado Bloodlines, en donde una raza de aliens vampiros atacaba la Tierra. Sí, una trama digna de los noventa. Para hacer el cuento corto: Tommy Monahan, un asesino a sueldo de ascendencia irlandesa se ve envuelto con uno de los extraterrestres que invadían la Tierra en el famoso evento de turno. Como resultado, Tommy adquirió dos particulares habilidades: unos ojazos negros con visión de rayos x y una cabeza capaz de leer la mente de las personas. Gracias a esta particulares habilidades, Tommy se encargaría de trabajos especiales, donde seres superpoderosos sin escrúpulos serian su principal objetivo.
Como todo gran poder, viene con una... olvídenlo. Este no es ese tipo de comic. El Hitman de Garth Ennis y John McCrea se dio en un momento único y se palpa a leguas que ambos aprovecharon al máximo la oportunidad que se les dio a los autores. El personaje, enmarcado en el universo heroico de DC, se pasearía entre las bandas de poca monta, los dones italianos y la policía corrupta.
A Ennis siempre se le ha achacado Preacher como su gran obra, pero Hitman a mi parecer está a años luz. Y es que durante la serie (que duró 60 números) Ennis da vuelta todo lo que se puede dar en una serie ambientada en pleno universo pijamero de DC. De esta forma, Ennis pone en ridículo cada vez que puede a personajes como Batman o Green Lantern, tirando dardos a esa personalidad implacable del encapotado y mostrando que un anillo con el que puedes hacer casi cualquier cosa, no te hace más listo.
Personajes como SixPack son una crítica a esos héroes que deberían estar en un manicomio en vez de estar sueltos en las calles. Tommy tiene una admiración por Superman (del cual tiene una foto autografiada en el bar que frecuenta con sus amigos asesinos), no porque sea el héroe más poderoso, sino porque tiene los pies en la tierra y trata de ayudar y hacer este mundo un lugar mejor, una persona a la vez, y donde Tommy (y Ennis) lo nombran como el inmigrante definitivo.
Los personajes de la serie se mueven dentro de un mundo criminal tan básico que ni siquiera Batman le presta atención. En un bar, un grupo de asesinos a sueldo y amigos discuten cuál es la mejor parte del Vengador Anónimo mientras juegan unas manos de Póker. Y es esta sensación de camaradería y buena onda la que da a la serie una credibilidad enorme. Son un grupo de asesinos, pero con conciencia, que no matarán a quien no se lo merezca. No por ser un asesino, te da derecho a ser un imbécil, aseguran en un número. Y es que Ennis le pone trabajo a la hora de crear sus personajes, que cuando vez morir al malo de turno, te pone una sonrisa de satisfacción en el rostro. Lo mismo se puede decir de los personajes queridos del bar, pero en un tono tristísimo.
La serie tiene un ritmo vertiginoso, donde tiroteos y persecuciones están a la vuelta de la esquina, pero además hay tiempo para situaciones ridículas e inverosímiles, pero que caben perfectamente dentro de ese mini universo que crean los autores. ¿Conoces el nombre de ese dinosaurio? – Desde que tenía cinco, responde Tommy en una aventura donde viajan a la prehistoria.
Pero las críticas en Hitman no se detienen en personajes en pijamas: políticas de estado, la corrupción policial o la religión reciben dardos cada vez que se puede. Y también hay homenajes al cine bélico, las películas de Hong Kong y por supuesto a Clint Eastwood.
Un cómic divertido, ligero, pero no por ello menos denso y profundo, al igual que esas conversaciones con tus amigos: con una cerveza en la mano y arreglando el mundo, en un bar que nunca cerrará, y en el que siempre serán bienvenidos.