MV52: N°19 - Swamp Thing de Alan Moore
Reseña: Cristóbal Halford
Lugar: 19 (3 votos, 19 puntos)
Guión: Alan Moore
Dibujo: Stephen Bissette, John Totleben, Rick Veitch, Shawn McManus, Ron Randall
Swamp Thing Vol.2 #20-64; DC Comics Present #85 y Annual #2
Introduccion: Una tarea atrevida
Cuando se me pidió que hiciera la reseña del tiraje de Alan Moore, mi escritor favorito, de La Cosa del Pantano, mi cómic favorito, no pude sentirme más emocionado. Me imaginé pudiendo finalmente expresar las mayores alabanzas a esta magna obra de arte, incluso con el miedo a sonar exagerado y aburrido si me explayaba demasiado, pero no fue apenas comencé con este escrito, que me percaté de que no iba a poder hacerlo, no sería capaz de hacer algo tan abominable como darles ni el más mínimo adelanto de toda esta travesía, y es porque, seguramente, nunca te vuelvas a encontrar con una historia de este tipo otra vez en tu vida. Comencemos por el hecho de que esta reseña debería restringirse específicamente a hablar de American Gothic, segunda gran parte que conforma toda la corrida de Moore, y que fue la parte de toda la saga por la cual voté en este top, pero me di cuenta que hablarles de lo que sería la mitad de la historia no solo es injusto para quienes no han leído nada hasta la fecha, sino que también arriesgado, porque podría olvidar uno o dos detalles que podrían cambiar completamente el sentido de la obra según cada lector, y les juro, no exagero en mis palabras.
Por lo tanto, he decidido hacer una pequeña retrospectiva sobre el personaje que espero ayude a todos a animarse a entrar en este hermoso y único mundo que La Cosa del Pantano nos entrega, además de poder dar una idea la evolución del personaje, sus historias y ayudar a apreciar cómo Alan Moore se aferró y construyó una odisea de algo que parecía tan unidimensional y destinado a la regeneración eterna de sí misma, transformándola en una de las mejores historias de todos los tiempos.
¿Qué es exactamente La Cosa del Pantano?
Bueno, lo correcto será partir con el nacimiento y posterior desarrollo editorial de nuestro gran amigo verde: Swamp Thing, en español La Cosa del Pantano, simplemente Swampy para los fanáticos, nace de la mente y trazo de Len Wein y Berni Wrightson en el año 1971, teniendo su primera aparición en la revista House of Secrets #92. Allí se nos presentaba a Alex Olsen, un científico que es saboteado por su mejor amigo para poder quedarse con su esposa; este incidente, lejos de matarlo (el plan consistía en alterar químicos y obtener una explosión a través de ello, el que su otrora compañero le emplazó en su laboratorio), lo convierte en lo que sería nuestro primer acercamiento con el pantanoso. Es una historia corta pero apasionante, abordando temas como la soledad, el amor, la traición y la venganza. El diálogo es muy acorde a la edad de oro, con su estilo de monólogo poético donde los personajes nos otorgan los más mínimos detalles, pero que cuenta con un desarrollo más contemporáneo, donde el dibujo de Berni Wrightson, con sus lapices que juegan entre la locura y lo real, es tan preciso y carácteristico que no podría imaginarme esa historia dibujada por otra persona, e incluso marca una pauta inmediata para todos los demás dibujantes de Swampy a futuro, que claramente intentan imitar lo hecho por ´él, cosa que Bissette no solo conseguiría, si no que perfeccionaría a su propio estilo.
Este pequeño aperitivo, fresco y apasionante, gustó tanto en el público que se le pidió a sus creadores si podían convertirlo en una tira mensual, a lo que primero rechazaron, pues lo consideraban una historia muy personal, especialmente Wrightson, quien sufría penas de amor en ese momento, y decidieron que esta sería la primera y última historia de Alex Olsen, pero no de la Cosa del Pantano.
Con el tiempo y mucha meditació, Wein cambió de opinión y se contactó con su amigo, al que convenció de que no era necesario que usaran al mismo personaje, si no que trajeran a la vida al monstruo bajo un nuevo personaje; de esta idea nacio Alec Holland, nuevo avatar de Swampy y por tanto, protagonista del primer volumen de The Swamp Thing, en el que la dupla creadora trabajaría durante los primeros diez números. Se cambió el origen del monstruo en contenido, pero no sustancia: Alec y Linda Holland era un matrimonio de científicos que trabajaban buscando una fórmula que ayudara al crecimiento de las plantas para hacer uso filantrópico de esta, pero como la mayoría de las historias, los héroes tienen villanos, y en nuestra historia, una organización privada interesada en el producto del matrimonio, el cual planean dar un uso más negativo y egoísta, buscando obtener la formula, bajo cualquier medida necesaria. Como era de esperar, nuestro héroe no se deja amedrentar por las amenazas de estos rufianes, lo que los obliga a tomar medidas extremas; colocando una bomba en el laboratorio de los Holland, sabotean todo el experimento de la pareja, algo que Alec alcanza a descubrir pero no detener para evitar el trágico incidente. La explosión lo hace entrar en llamas, y en su desesperación encuentra el pantano cercano del edificio para poder calmar el fuego, lo que conlleva a que la mezcla de la formula que preparaban, el calor y el pantano de vida al segundo personaje que sería La Cosa del Pantano (bueno, es el primero que tiene derechamente ese pseudónimo). Pero allí no termina el primer número, ya que su mujer es asesinada, logra vengarse del trío que perpetró toda esta desdicha y el detective Matt Cable, amigo de la pareja y encargado de protegerlos en nombre del gobierno, le jura buscarlo y atraparlo por todo el mundo si es necesario, pues erróneamente culpa a Swampy del asesinato de la pareja de científicos. En los siguientes números se introducirían personajes cruciales del universo del pantanoso, como Anton Arcane, brujo y principal enemigo de las primeras historias de Swamp Thing, y Abigail Arcane, personaje femenino cuyo desarrollo y evolución de personaje debe ser uno de los mejores de todo personaje de cómic; podría considerar un verdadero ejemplo de cómo escribir un personaje desde cero y transfórmalo en uno inolvidable.
Los números de Len son escritos en tonos líricos y con múltiples monólogos de la criatura y los demás personajes, los que nos permiten conseguir entender sus sentimientos y motivaciones, en especial los del monstruo, ya que su objetivo es viajar a través de todo el mundo hasta encontrar al directo responsable de los acontecimientos que cambiaron su vida para siempre, travesía que está repleta de ambientes góticos, monstruos clásicos de la literatura para sazonar las historias, y honestamente, cualquier otro cliché que se te pueda ocurrir del género del terror, como castillos en montañas gigantes o mansiones enormes y lúgubres. Los dibujos de Berni siguen siendo clásicos y llenos de dinamismo y atmósfera, transmitiendo muy bien el suspenso que rodea a todas estas historias. Luego de 10 números entretenidos y correctos, se decide pasar la serie a otros escritores que, lamentablemente, no pudieron conseguir mantener el interés del personaje, con historias poco interesantes o sencillamente ridículas, siendo solamente malas copias de la pareja creativa originaria, bajando considerablemente en ventas y llevando a la subsecuente cancelación del primer volumen.
El renacimiento de la Cosa
Por los años 1980, DC estaba muy interesado en expandir su universo de personajes fuera de los tebeos, y Swamp Thing fue uno de los héroess elegidos para hacer una carrera mas allá de los cómics e intentar darle un segundo aire con una película, tarea que se le asigno a Wes Craven (The Last House on the Left, A Nightmare at Elm Street), quien todavía era considerado un novato en el mundo de la cinematografía. Este escribió y dirigió la película, que fue considerada correcta en la mejor de las situaciones, pero que cumplio el objetivo de poner en el ojo público al personaje, lo que le dio una segunda vida y otra oportunidad, ya que DC optó por empezar un segundo volumen de historietas para explotar este pequeño éxito que estaba naciendo del filme. Esto llevaría a que luego se forjara una secuela de la película (más orientada al humor, a diferencia del suspenso que emanaba de la primera) como también su propia serie de televisión, tanto live-action como de dibujos animados.
Volviendo directamente a los comics, la tarea de volver a contar las aventuras de Swampy se le entrego a Martin Pasko, escritor conocido en esos tiempos por los números que había escrito en Flash, Wonder Woman y DC Universe Presents. La serie pasaría a llamarse The Saga of the Swamp Thing y Pasko realizó un mejor trabajo que los literatos anteriores que arruinaron a Swampy en los tomos pasados, ya que se dedicó a imitar muy bien al trabajo que Wein y Wrightson hicieron en los números originarios de la Cosa del Pantano, ignorando varios elementos introducidos erróneamente por los anteriores escritores (como darle un hermano a Alec o el hecho que recuperara su humanidad al final del volumen anterior). Esto llevó a que Swamp Thing recuperara el status quo de sus historias y se volviera entretenido nuevamente, pero una directa consecuencia de esto fue un estancamiento del personaje, ya que no contaba con un desarrollo real ni él ni sus historias, insertándolo nuevamente en situaciones de terror que estaban muy lejos de brillar por su originalidad. Pasko terminaría su trabajo en La Cosa del Pantano en el número #19 de la serie, ya que decidió dedicarle más tiempo a sus otros proyectos, que eran de carácter televisivo.
Fue entonces cuando Len Wein, quien era editor de DC en esos tiempos, se fijó en el trabajo en A.D. 2000 realizado por un completo desconocido en el tebeo americano, un tipo británico cuya forma de narrar sus historias eran algo nunca antes visto por el público americano, un estilo acaramelado en apariencia y sumamente profundo en su núcleo, siendo novedoso, fresco y muy adictivo. Este escritor no era otro que Alan Moore.
Las cosas nunca volverán a ser como eran
Alan Moore, muy bien acompañado de John Totleben, Stephen Bissette y Rick Veitch, tenía una tarea que parecía un poco complicada partiendo del número #20 de la serie, ya que el momento en que llegó a la historia parecía haber llegado a una clara conclusión. Martin Pasko no fue muy amable con ellos en su último número, pues decidió que Swampy derrotara a su mayor némesis, Anton Arcane, cerrando la mayoría de los argumentos que envolvían al personaje. No solo eso, si no que terminó con Alec buscando el cuerpo de su enemigo para poder cerciorarse de el destino fatídico de este, lo que claramente ofrecía la opción de repetir las mismas historias que veníamos leyendo desde el primer tomo de Wein, con los mismos personajes, las mismas situaciones y los mismos desenlaces.
Moore, muy aventajado a su época, decide tomar la última decisión que a cualquiera podría ocurrírsele, una que nadie podía esperarse para comenzar una historia: Mata a la Cosa del Pantano. Sí, yo sé que al comienzo mencioné que no quería quitarles la novedad de descubrir toda esta historia, y que esto parece ser un tremendo spoiler y que puedes creer que te arruiné desde el comienzo toda la experiencia que vas a tener con Swampy, pero confía cuando te digo que no, y es más, es el primer dato que necesitas saber (crucial) y el último que voy a contarte para que puedas entender el magnífico trabajo que Moore se atrevió a hacer con el personaje. Tal vez pareciera que eso fue simplemente una medida fácil, barata para reiniciar todo el universo de Swampy y empezar desde cero, pero afirmar eso sería una falacia para el enorme esfuerzo y cariño que Moore colocó en esta obra. Lo que él hizo fue exprimir una historia que comenzaba a corearse a sí misma en un ciclo interminable de poca imaginación e inyectarla de experiencias, sentimientos y pureza que la convertirían en un viaje inigualable, y definitivamente irrepetible, ¿y de qué forma podía hacerse esto? Dando un giro completo a la historia, pero sin perder la esencia o lo anterior a esta.
Déjenme planteárselos de esta forma. Si te dicen “La Cosa del Pantano”, ¿cuántas historias crees que se podrían ocurrir con esto, y qué enfoque podrías darle principalmente a éstas? Alan Moore se burla e esta pregunta, no se restringe a nada, y le da a la serie una madurez e inteligencia que nadie podía esperarse haber encontrado en un título de este estilo.
La historia que abarca los números de Swamp Thing de Alan Moore toca un abanico enorme de temas que merecen criterio formado y responsabilidad para hablar de ellas, temas que en manos inexpertas podrían haber fallado al punto de convertirse en una simple sátira infantil de lo que intentaban contar, pero Moore no se corta con nada. Racismo, brujería, autoestima, romance, culpa, xenofobia, miedos personales, traumas, sexo, mensajes medioambientalistas, ocultismo o el miedo al futuro o el pasado. Cuando todos los demás autores, incluidos los mismos creadores, se quedaban en la confortable zona de las historias de terror estilo pulp, Alan Moore dio cien pasos adelante, y logró contar historias llenas de carácter y desarrollo en ellas. No contento solo con eso, el trabajo de continuidad que este realiza de los pasados números es simplemente brillante, llevándonos incluso a la idea de creer que todo lo sucedido anterior a Moore estaba planeado para que este pudiera utilizarlo para desarrollar un universo mucho más complejo de todo ello.
Si ya parece fantástica la enorme gama de sensaciones que puedes obtener este cómic, tanto por sus atrapantes historias como sus infinitamente carismáticos personajes, te deseo hacer saber que ni siquiera se limita a todo ello, ya que lo principal que aborda toda la saga es el conocimiento de uno mismo, aprender quien se es realmente. El poder entender quién es cada uno y cuál es su lugar en su vida, en la de otros y el universo completo, tema con la que creo que todo el mundo se puede identificar. Todos hemos dudado de lo que somos, de lo que queremos ser y todos los miedos que esto conlleva, lo que te hará identificarte muy bien los diálogos de Alan, los cuales se sienten honestos y reales, cosa que resulta sorprendente cuando estamos hablando de un ser humanoide hecho de plantas que funciona como avatar para nosotros mismos.
Dejando de lado el tema principal, estas asombrosas historias ofrecen algo para cada lector, e incluso puede que dependiendo de tu estado de ánimo te permita entenderla de forma distinta, llegando a tal nivel personal de caracterización. Nos encontramos con el trabajo de alguien radiante, alguien que se preocupa del más mínimo detalle de todo y que conoce muy bien a todos los personajes con los que trabaja, y no son pocos. Alan Moore se permite trabajar con una tremenda galería de personajes de lo más variopinto, tanto en estilo como popularidad, por lo que vamos a poder ver cameos de personajes como Phantom Stranger, Adam Strange, Etrigan, la Justice League y el mismísimo Batman, además de contar con personajes nuevos que se quedarán en la historia de DC para siempre, como por ejemplo el mismo John Constantine, creado en las mismísimas páginas de Swampy.
El dibujo de Bissette y Veitch (el primero haría la mayoría de los números, mientras el segundo tomaría las riendas más en los finales; también se aplaude a los artistas invitados como Shawn McManus o Ron Randall) y el entintado de Totleben son simplemente maravillosos, siendo perfectamente acompañados de los colores de la siempre talentosa Tajtana Wood. Gráficamente, vas a encontrar de todo en estas historias, pasando por ilustraciones exageradas que acentúan el terror de las escenas, dibujos psicodélicos que permiten sentirte parte de las sensaciones que experimentan los personajes, enormes escenarios llenos de imaginación y vida, e incluso encontrarte con una (mala) representación de Chiloé y alguno de sus monstruos mitológicos; si, Chiloé, nuestro país tiene un papel importante en cierta parte de la historia. Los colores logran resaltar a cabalidad lo que cada escena quiere hacernos sentir, ya que se sienten vivos, como si pudiéramos tocarlos, y permite que nos podamos ahogar en las sensaciones que transmiten, como la desesperación, el terror, el conocimiento o lo novedoso.
¿Qué más necesitas para convencerte de leer esta maravilla?
Conclusión: Abraza el verdor.
Alan Moore cambió para siempre la forma de escribir cómics. Muchos pueden decir que su estilo es demasiado pretencioso para su gusto, pero creo que cometen un faltar error al cegarse en ese solo punto; Alan Moore puede ser pretencioso, pero sabe mezclar perfectamente esta pretensión con un estilo muy adictivo y entretenido, lo que crea al final un producto que no puedes soltar de tus manos hasta que termines un número para automáticamente pasar al siguiente. El no tiene miedo de tocar ningún tema, pero lo hace con el debido respeto que este y los lectores merecen, tomando a estos, y a sí mismo, muy en serio.
Si hice toda esta retrospectiva es porque te invito a leer lo siguiente antes de adentrarte al run del barbón:
- House of Secrets #92
- Swamp Thing Vol.1 #01 al #10
- Saga of the Swamp Thing Vol.2 #01 al #19
Si quieres mi opinión, si bien no son necesarios para entender lo que Moore nos quiere contar, te permitirá concebir muchos detalles pequeños que este se molestó en darnos, cosa que te dará una mayor satisfacción y te permitirá saborear más plenamente la evolución de nuestro amigo verde, hasta llegar al clímax creativo que Alan llegó con un personaje que parecía tan plano como Swampy.
Por todo esto, espero que la invitación que te hago sea aprovechada y no te prives ni un momento más de esta increíble historia, la que ECC está actualmente comenzando a reeditar para el deleite de nosotros los fanáticos en unos hermoso tomos de tapa dura. El valor de relectura que tienen estas historias es inmenso, y te aseguro que cada vez que vuelvas a levantar un tomo de Swamp Thing, aprenderás o descubrirás una o dos cosas que tal vez no te percataste antes; a mí siempre me pasa. Por ello, espero que te prepares para una de esas pocas lecturas que, puedo asegurarte, van a cambiar tu forma de apreciar un cómic para siempre, tanto en lo que te puede ofrecer una historieta como un personaje tan entrañable como lo es nuestra querida Cosa del Pantano.
La carne hace reviews, las plantas oyen