MV52: N°24 - Saga
Reseña: Marco Gálvez
Lugar: 24 (16 puntos, 3 votos)
Guión: Brian K. Vaughan
Dibujo: Fiona Staples
Saga, o la quintaescencia de la nueva space opera.
Nota del columnista: Esta columna está escrita sobre el fundamento de que todos conseguimos piratamente lo que leemos, sin comprar el original.
Es algo arriesgado lanzar una serie con un nombre como Saga. Las búsquedas en Google sin conocer sus autores arrojarán cualquier resultado como Star Wars Saga, The Saga of Swamp Thing, o cualquier cosa que no sea Saga. El desafío de Saga, con un nombre tan malo, entonces, se volvía generar interés. Interés por sus autores, por cómo buscarlo y por dónde encontrarlo.
Tras casi tres años de publicación, tres premios Eisner recibidos el 2013 (Mejor Serie, Mejor Serie Nueva y Mejor Guionista), polémicas por viñetas con escenas sexuales totalmente naturalizadas, Saga ha superado todas las expectativas. ¿Qué la hace tan especial? El honor que le hace a la etiqueta space opera.
En el libro The Space Opera Renaissance, los recopiladores Hartwell y Cramer definen la limpieza progresiva del término, que comenzó siendo un término despectivo hacia la ficción tipo Flash Gordon, hasta la reivindicación y la autonominación del género.
...colorful, dramatic, large-scale science fiction adventure, competently and sometimes beautifully written, usually focused on a sympathetic, heroic central character and plot action, and usually set in the relatively distant future, and in space or on other worlds, characteristically optimistic in tone. It often deals with war, piracy, military virtues, and very large-scale action, large stakes.
La anterior sería la definición de la space opera ya desde los años ’90 en adelante, en que el colorido y el diseño sobrecargado de los personajes se ha vuelto de lo casual a lo intencionado. Un cambio que muy probablemente se pudo ver en su evolución desde la cantina de Mos Eisley en 1977 hasta los seres diseñados para la nueva trilogía de Star Wars (pensando en la carrera de pod racers, o ya más maduro en el boga que lleva a Obi-Wan en el planeta Utapau en el Episodio III. Este fin último y contemporáneo del colorido, el dramatismo, la épica, el tono optimista y la inclusión de piratería, guerra, milicias y una hermosa narración, ha encontrado su mayor exponente en la reconocida Saga que de verdad cumple con su título.
En la ópera priman los elementos estéticos como danza, vestuario, maquillaje, escenografía, sin dejar de lado la música y el guión. Y es esto mismo lo que sucede con Saga. Desde Kubrick que en el arte de masas occidental había visto una predominancia tal del color, del diseño de personajes y de escenarios. Cada viaje a otro planeta o ciudad es un deleite para los ojos del lector. Y cada personaje nuevo realiza una entrada triunfal. Quienes no la hayan leído se sorprenderán con cada primera viñeta en que un personaje hace entrada a formar parte de la novela. O al menos en cada viñeta en que puede apreciarse por primera vez al personaje en su totalidad.
Saga posee, además de una trama malditamente atrapante como Vaughan ya demostró en Y: The last Man, un show estético deslumbrante. Las alas y los cuernos, los robots, las naves espaciales, las armas, los vestuarios, todo elemento se vuelve un enriquecedor distractor a una lectura veloz. Saga es una obra que te obliga por encantamiento a mirar cada viñeta, que cobra tanta o más importancia que los diálogos. Ese dibujo tan minuciosamente diseñado, tan perfectamente proporcionado y tan sencillamente entintado nos hace olvidar que hay lápiz, además de demostrar una evolución en el mismo Vaughan: el dibujo ya no es, como en sus trabajos anteriores, un acompañamiento a la narración, sino una parte imprescindible de la narración. Saga, sin las viñetas y diseños creados por Vaughan y Fiona Staples, perdería más de la mitad de su atractivo.
Hay huevos del tamaño de un planeta, hay fantasmas adolescentes, hay príncipes robot orgánicos, hay paparazzis, hay brujería, hay ciencia, hay una guerra y un estado opresor, hay escritores de novelitas rosas, hay ex-novias que causan pánico y de enorme astucia y habilidad, hay una gata psíquica (que recuerda vagamente a Bubastis), hay agentes del gobierno de los dos planetas en guerra, hay rebeldes y prófugos, hay decenas de referencias a nuestra cultura pop, a estilos musicales de las últimas décadas. A esto se le suma el plus de estar totalmente contado en racconto, por Hazel, con cuyo nacimiento comienza la serie, y que hasta la fecha lleva contándonos la historia que ha sucedido hasta su primer año de vida. Todo esto con el toque inconfundiblemente feminista de Vaughan, donde no hay macho protector ni damisela indefensa (vicios desgraciadamente tan comunes en todo el género superheroico).
No hay nada que deje de cautivar o sorprender en Saga. Incluso para quienes quizás el espacio no haya sido jamás su escenario predilecto para contar historias, podría afirmar que no ha habido antes un espacio interplanetario tan rico, tan creativo y tan constantemente sorprendente. Saga es realmente una ópera espacial que pone a dos excelentes diseñadores a crear mundos pop, y personajes pop. Como si desde los vestuarios de Michael Jackson hasta Lady Gaga estuvieran presentes en el espacio, y como si los planetas fueran desde carátulas de discos de rock progresivo hasta carátulas de soul. Si en nuestro propio planeta podemos ver culturas y estéticas tan distintas moviéndonos de un país a otro, Saga no comete el error de uniformar a un planeta, mostrando como si cada país y persona fuese igual (simplificación TAN común en toda la ciencia ficción interplanetaria), sino que llena y llena de riqueza cultural en cada número. Se les perdona completamente, viendo los resultados finales, a Vaughan y a Staples darse una pausa de seis meses por cada seis números publicados.
Una ovación a esta cumbre del género.
PS: Considero tan importante el diseño en Saga -dentro de esa casa editorial que pasó de ser un museo de arsenales de guerra futurista, cinturones de balas y correas metálicas y de cuero como simples accesorios a una pasarela de moda futurista-, que evité añadir cualquier viñeta que presentara a priori algún personaje importante. Y es que, como mencioné más arriba, gran parte de la emoción de la serie entra por los ojos.