MV52: N°20 - Y: The Last Man
Reseña: Cris Castro
Lugar: 20 (19 puntos, 2 votos, 1 favorito)
Guión: Brian K. Vaughan
Dibujo: Pía Guerra
Y: The Last Man #01-60
Las Hijas de las Amazonas (Libre de Spoilers)
Apuesto que si en el mundo por alguna extraña razón se murieran todos los seres vivos con el cromosoma “Y” fulminante y espontáneamente, a ustedes (hombres) les gustaría ser los únicos sobrevivientes para vivir rodeados de solo mujeres, a que sí. Bueno, siento decirles que ya ocurrió en septiembre del 2002, los únicos sobrevivientes masculinos fueron Yorick Brown y su mono Ampersand, y no fue un paraíso, al menos no para ellos.
Corría el año 2009 cuando fui invitado a la fiesta de un amigo. Asistieron estudiantes de Diseño Gráfico, Arte, Comunicación Audiovisual, Sonido, Cine, Literatura, Psicología y ñoños por excelencia. Imaginen las conversaciones, yo creía estar en Comic-Con San Diego, bueno, sin Standee’s, Hellboy ni Deadpool molestando. Me preguntaron cuál era mi serie de tv favorita y yo respondí que LOST era (y es) mi serie de tv favorita, comenzamos a debatirla y por esas cosas de la vida nombro a Brian K. Vaughan, quien era el actual Editor Ejecutivo Argumental de la serie, o sea, el compadre vigilaba “pa’ dónde iba la micro”. Un amigo muy chascón se acerca muy sorprendido a mí (me asustó), y luego de decirme que LOST había cambiado su vida, me contó que conocía a Brian K. Vaughan por una serie de comics llamada Y: The Last Man, que nunca había leído algo parecido, que lloró con ella, que la siguió de principio a fin, mes a mes, que dejó de comer por ella y que tiró con la esposa de su vecino por ella... oh, wait. En fin, mis amigas y amigos, así es como conocí Y: The Last Man de los impecables Brian K. Vaughan y Pía Guerra. La serie de la que estamos a punto de hablar.
Comencé a leer la serie, poco a poco me iba adentrando en una historia muy exquisita en variedad de géneros y muy inteligente en narración. Si bien muchos pueden decir que demora un par de números en engancharte, en mi caso Pía Guerra demoró 3 páginas en volarme del escritorio con sus dibujos y Brian K.V. ya me tenía enamorado para el final del primer número. Cuando terminé el número #01 tuve una especie de déjà vu, de alguna manera ya sabía a lo que me enfrentaría, sabía que no podría parar de leer hasta el final y daba gracias a mi Dios (Dr. Manhattan) por haber conocido la serie después de terminada, ya que no me quería enfrentar al suspenso. Todo marchó según lo esperado, cada final de cada número me mandaba una frase distinta. Partí con un “oh my God” y terminé con un “¡Mamá no puedo bajar a comer ahora! ¡Tengo que golpear mi cabeza con la pared hasta morir y luego bajaré!”. La serie me entregó más de lo que puedo expresar, y estoy seguro que muchos de los que la leyeron pueden decir lo mismo.
Técnicamente hablando la serie cuenta con un gran trabajo detrás. El arte de Pía Guerra no sería lo mismo sin José Marzán Jr. a las tintas, aparte de varios dibujantes invitados a lo largo de la serie contamos con las portadas de un J.G. Jones que no se anda con cuentos. El guión es muy detallado y cuidadoso. Durante la serie se pueden apreciar muchos guiños a películas y series de televisión que sin duda inspiraron al escritor. Los personajes están esculpidos en detalle, con líneas temporales muy bien cuidadas y métodos de narración aplaudibles. El distribuir las historias usando flashbacks de un personaje en particular por número ya es algo que Brian había empleado en LOST, y posterior a Y: The Last Man, lo hizo en Ex Machina, y realmente funciona de maravilla. Cada final de cada número estuvo pensado para no soltarte hasta el final y eso es un método magistral.
Aún no conozco a ningún pecador que no le haya gustado la serie, de más que los hay. En mi caso siempre imaginé que me encontraría con algo de tal magnitud, aunque la idea de ser el último hombre en la Tierra ya se me había pasado por mi ex mente de niño, nunca imaginé que sería así.
En la serie se muestran el feminismo y machismo plasmadísimos pero jamás denotando la posición de los autores respecto al tema, pues se cuida bastante cualquier mención personal en las viñetas. De ahí a que los personajes tienen distintas llegadas ficticias mientras que en la indutria nos encontramos con una gran cantidad de series que apuntan a un lugar determinado dependiendo de quienes estén detrás. Aún así, claramente todo se va al cuerno con sólo mujeres en el mundo (lo mismo ocurriría con sólo hombres) pero esa teoría de los autores está apoyada por otras del mismo calibre. En conclusión el equilibrio lo es todo.
Bueno, espero que les haya gustado esta reseña y que si no ha leído esta serie aún, ¿qué está esperando? Yo voy a leerla otra vez ahora porque ya estoy extrañando a Yorick, Ampersand, Agente 355, Dra. Mann, etc. Disfrutaré de su impecabilidad y lloraré con el final… sí, lloro con el final porque no solo las niñas lloran.